domingo, 25 de noviembre de 2018

464. EL FIN DEL REALISMO MÁGICO EN EL ARTE MEXICANO


464.- MANIFIESTO DEL ARTE HUENTITÁN OBLATOS
FIN DEL REALISMO MÁGICO EN EL ARTE MEXICANO

   Es costumbre del arte empezar  mediante la publicación de manifiestos los anhelos de nuevas expresiones estéticas cuando las que han dominado  se han agotado, el arte que es la expresión del espíritu del hombre busca nuevas formas de comunicarse.
   Hace 500 años el descubrimiento de América pone de manifiesto un nuevo mundo del que México es su expresión máxima, un pueblo con una asombrosa y rica historia milenaria igual que las mayores civilizaciones del mundo, esto trajo luego la conquista y la colonia, la destrucción sistemática de nuestra historia y cultura que hasta la fecha perdura,  después de la colonia  tenemos épocas turbulentas como la Independencia y más recientemente la Revolución Mexicana que luchan por reconstruir de forma auténtica y original el arte mexicano, la lucha y los esfuerzos del mexicano por reconstruir su ser.
    En los tiempos modernos México se enfrenta a nuevos colonialismo, a nuevas amenazas y desafíos ante la cultura urbana industrial  que trae nuevas expresiones estéticas  y nuevas maneras de difusión como son los medios de comunicación masivos, una globalización donde las culturas nacionales son menospreciadas.
   Jalisco  en el Occidente de México  sufre a través de los siglos ese proceso destructivo  y se esfuerza por dar a México  una identidad   mediante elementos populares y se construye en consecuencia una mexicanidad  folklórica, festiva.
En términos generales  México en los últimos   siglos  oscila entre la luz y la oscuridad, entre la vida y la muerte  buscando reafirmar su existencia y esa lucha por la vida toma distintas expresiones estéticas, en el tiempo y en las distintas regiones geográficas de México, el arte mexicano que da sentido a su existencia, el arte como una expresión netamente humana necesaria para la realización plena del mexicano.
    Ante este proceso histórico de México las corrientes estéticas definen diversos estilos, en Jalisco, en Guadalajara   en los últimos 50 años   podemos definir en términos generales  como lo que se ha llamado “el realismo  mágico”
   La Revolución Mexicana de la que estamos celebrando centenario trata de reconstruir la identidad nacional  y de ahí se irradia el nacionalismo estético coronado con el muralismo pictórico que exalta la historia nacional y sus valores, con la llegada de la década de los años cincuenta  con la cultura urbano industrial   aparece el individualismo y el subjetivismo desligados de los aspectos históricos y sociales y significa otra forma de destrucción de la cultura mexicana milenaria.
   El realismo mágico  es una expresión estética  que como su nombre lo indica  es un mundo de magia, de alquimia, de ensueño, de embrujos, hechizos, de encantos, de circos, de duendes, de fantasmas, de aparecidos, de seres de otro mundo y otra dimensión, etc. Es por lo general una regresión infantil que niega la realidad real y crea realidades alternas, niega la realidad y la historia, es el miedo a crecer del mexicano, el deseo de  ser siempre infantil  de regresar al mundo de la fantasía del niño que siente atracción y miedo por la oscuridad, el sueño y la muerte, es el no ser y la muerte como lo vemos en Juan Rulfo en su obra Pedro Paramo, Alejandro Colunga, Sergio Bustamante, etc. Toda esta corriente estética en Guadalajara  se corona  en nuestro sector con la escultura Tzompantli de Mario Martín del Campo, la visión trágica del mexicano que le cierra el camino del futuro, este mundo  infantil de fantasmas, duendes, magos, cirqueros  y muertos  es lo que impide que el mexicano alcance su madurez histórica y trascienda  hacia nuevas edades, por ello el mexicano le tiene miedo al futuro  y se refugia siempre en un pasado folklórico mágico, esto distorsiona la historia  y fomenta con ello su propia destrucción.
   Este realismo mágico basado en la subjetividad personal  es la negación  del mundo real  y social y en consecuencia  carecen de sentido y responsabilidad social, son indiferentes al dolor, explotación y muerte del mexicano, por ello el arte se vuelve frío e intrascendente.
   El Señor Dios nos ha permitido  clausurar  real y simbólicamente la Escuela de Arquitectura  CUAAD  que en cincuenta años no ha tenido ninguna utilidad para nuestras zonas de Huentitán Oblatos y hemos propuesto una nueva arquitectura y un nuevo urbanismo  que proyecte a Guadalajara al futuro, con ello hemos definido los trazos iniciales de la Nueva Guadalajara. Del mismo modo  viendo la importancia del arte hemos apoyado  la construcción del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo en Huentitán junto al obsoleto CUAAD conscientes de que este museo como signo de los nuevos tiempos  fomentará entre los niños y jóvenes de Huentitán Oblatos  nuevas expresiones estéticas que respondan a esos nuevos tiempos.
   Que la escultura Tzompantli  impuesta de manera autoritaria  en nuestros barrios sea  la lápida  que señale la muerte del realismo mágico en Guadalajara y que nuestros jóvenes de Huentitán Oblatos  avancen  hacia un futuro de luz, esperanza y vida y queden atrás entre polvo y sombras atrapados entre las telarañas los duendes, fantasmas  y calaveras, en esa nueva arte en Guadalajara es una expresión de los valores trascendentales que humanizan al hombre, valores de un nuevo humanismo en Guadalajara enfocados en construir el futuro cimentado sobre una historia debidamente interpretada, una estética en Guadalajara  sensible y humana, respetuosa de nuestra historia, sensible al dolor y sufrimiento de nuestra gente, una muralla para la defensa de nuestra riquezas naturales como es la Barranca Oblatos Huentitán, una arte que sea una comunicación y un dialogo abierto con la comunidad , no sea un autoritarismo o dictadura  que se impone férreamente  como la obra Tzompantli que según el autor al interpretar la historia era y es para infundir miedo y terror, la dictadura como abuso de poder siempre ha terminado en la muerte.
   Sea la publicación de este sencillo Manifiesto el inicio de la Revolución del Arte en Guadalajara  que interprete con visión de futuro nuestra rica herencia histórica.
                                            Descanse en paz el realismo mágico en Jalisco  y sea la escultura Tzompantli su lápida y su epitafio, sea la publicación de este Manifiesto la certificación legal de su muerte.
                                          Guadalajara Jal.  A  20 de noviembre del 2018
                                       A  t e n t a m e n t e
Antonio Rojas Cárdenas, Juan Ángel Peña Enríquez, Francisco Peña Enríquez