464.- MANIFIESTO
DEL ARTE HUENTITÁN OBLATOS
FIN DEL REALISMO MÁGICO EN EL ARTE MEXICANO
Es costumbre del arte empezar mediante la publicación de manifiestos los anhelos
de nuevas expresiones estéticas cuando las que han dominado se han agotado, el arte que es la expresión
del espíritu del hombre busca nuevas formas de comunicarse.
Hace 500 años el descubrimiento de América
pone de manifiesto un nuevo mundo del que México es su expresión máxima, un
pueblo con una asombrosa y rica historia milenaria igual que las mayores
civilizaciones del mundo, esto trajo luego la conquista y la colonia, la
destrucción sistemática de nuestra historia y cultura que hasta la fecha perdura,
después de la colonia tenemos épocas turbulentas como la
Independencia y más recientemente la Revolución Mexicana que luchan por reconstruir
de forma auténtica y original el arte mexicano, la lucha y los esfuerzos del
mexicano por reconstruir su ser.
En
los tiempos modernos México se enfrenta a nuevos colonialismo, a nuevas
amenazas y desafíos ante la cultura urbana industrial que trae nuevas expresiones estéticas y nuevas maneras de difusión como son los
medios de comunicación masivos, una globalización donde las culturas nacionales
son menospreciadas.
Jalisco en el Occidente de México sufre a través de los siglos ese proceso
destructivo y se esfuerza por dar a
México una identidad mediante elementos populares y se construye
en consecuencia una mexicanidad
folklórica, festiva.
En
términos generales México en los
últimos siglos oscila entre la luz y la oscuridad, entre la
vida y la muerte buscando reafirmar su
existencia y esa lucha por la vida toma distintas expresiones estéticas, en el
tiempo y en las distintas regiones geográficas de México, el arte mexicano que
da sentido a su existencia, el arte como una expresión netamente humana
necesaria para la realización plena del mexicano.
Ante este proceso histórico de México las
corrientes estéticas definen diversos estilos, en Jalisco, en Guadalajara en los últimos 50 años podemos definir en términos generales como lo que se ha llamado “el realismo mágico”
La Revolución Mexicana de la que estamos
celebrando centenario trata de reconstruir la identidad nacional y de ahí se irradia el nacionalismo estético
coronado con el muralismo pictórico que exalta la historia nacional y sus
valores, con la llegada de la década de los años cincuenta con la cultura urbano industrial aparece el individualismo y el subjetivismo
desligados de los aspectos históricos y sociales y significa otra forma de
destrucción de la cultura mexicana milenaria.
El realismo mágico es una expresión estética que como su nombre lo indica es un mundo de magia, de alquimia, de
ensueño, de embrujos, hechizos, de encantos, de circos, de duendes, de
fantasmas, de aparecidos, de seres de otro mundo y otra dimensión, etc. Es por
lo general una regresión infantil que niega la realidad real y crea realidades
alternas, niega la realidad y la historia, es el miedo a crecer del mexicano,
el deseo de ser siempre infantil de regresar al mundo de la fantasía del niño
que siente atracción y miedo por la oscuridad, el sueño y la muerte, es el no
ser y la muerte como lo vemos en Juan Rulfo en su obra Pedro Paramo, Alejandro
Colunga, Sergio Bustamante, etc. Toda esta corriente estética en Guadalajara se corona
en nuestro sector con la escultura Tzompantli de Mario Martín del Campo,
la visión trágica del mexicano que le cierra el camino del futuro, este
mundo infantil de fantasmas, duendes,
magos, cirqueros y muertos es lo que impide que el mexicano alcance su
madurez histórica y trascienda hacia
nuevas edades, por ello el mexicano le tiene miedo al futuro y se refugia siempre en un pasado folklórico
mágico, esto distorsiona la historia y
fomenta con ello su propia destrucción.
Este realismo mágico basado en la
subjetividad personal es la
negación del mundo real y social y en consecuencia carecen de sentido y responsabilidad social,
son indiferentes al dolor, explotación y muerte del mexicano, por ello el arte
se vuelve frío e intrascendente.
El Señor Dios nos ha permitido clausurar
real y simbólicamente la Escuela de Arquitectura CUAAD
que en cincuenta años no ha tenido ninguna utilidad para nuestras zonas
de Huentitán Oblatos y hemos propuesto una nueva arquitectura y un nuevo
urbanismo que proyecte a Guadalajara al
futuro, con ello hemos definido los trazos iniciales de la Nueva Guadalajara.
Del mismo modo viendo la importancia del
arte hemos apoyado la construcción del
Museo de Arte Moderno y Contemporáneo en Huentitán junto al obsoleto CUAAD conscientes
de que este museo como signo de los nuevos tiempos fomentará entre los niños y jóvenes de
Huentitán Oblatos nuevas expresiones
estéticas que respondan a esos nuevos tiempos.
Que la escultura Tzompantli impuesta de manera autoritaria en nuestros barrios sea la lápida
que señale la muerte del realismo mágico en Guadalajara y que nuestros
jóvenes de Huentitán Oblatos
avancen hacia un futuro de luz,
esperanza y vida y queden atrás entre polvo y sombras atrapados entre las
telarañas los duendes, fantasmas y
calaveras, en esa nueva arte en Guadalajara es una expresión de los valores
trascendentales que humanizan al hombre, valores de un nuevo humanismo en
Guadalajara enfocados en construir el futuro cimentado sobre una historia
debidamente interpretada, una estética en Guadalajara sensible y humana, respetuosa de nuestra
historia, sensible al dolor y sufrimiento de nuestra gente, una muralla para la
defensa de nuestra riquezas naturales como es la Barranca Oblatos Huentitán,
una arte que sea una comunicación y un dialogo abierto con la comunidad , no
sea un autoritarismo o dictadura que se
impone férreamente como la obra Tzompantli
que según el autor al interpretar la historia era y es para infundir miedo y
terror, la dictadura como abuso de poder siempre ha terminado en la muerte.
Sea la publicación de este sencillo
Manifiesto el inicio de la Revolución del Arte en Guadalajara que interprete con visión de futuro nuestra
rica herencia histórica.
Descanse
en paz el realismo mágico en Jalisco y
sea la escultura Tzompantli su lápida y su epitafio, sea la publicación de este
Manifiesto la certificación legal de su muerte.
Guadalajara Jal. A 20 de
noviembre del 2018
A t e n t a m e n t e
Antonio
Rojas Cárdenas, Juan Ángel Peña Enríquez, Francisco Peña Enríquez
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