EL INDIVIDUALISMO Y LA SOLEDAD EN LAS GRANDES
CIUDADES
Al tratar de los misticismos y las nuevas
espiritualidades del nuevo siglo y milenio
de los fieles laicos, hemos visto esa deshumanización y falta de
espiritualidad, ese camino errante y oscuro hacia la iluminación del ser del
hombre.
Esto pude encerrar varias distorsiones, una
de ellas es una interiorización personal
que termina siendo un individualismo agresivo tan parecido al individualismo de
la sociedad de consumo o también al individualismo de las ofertas del
espiritualismo oriental, termino siendo el yo
un ídolo y un vicio, también esa vida de silencio y contemplativa lleva alejarse del mundo como característica
de las viejas ordenes y monasterios
cristianos que terminan encerrados
en altos muros y celdas, aprisionados en sí mismos.
Dentro del mundo del hombre (pues distinguimos
del mundo como creación de Dios) nos
dicen y nos repiten por millones de veces
que la felicidad se encuentra en la riqueza individual, acumular la
mayor cantidad de dinero y eso nos dará
tranquilidad, paz y seguridad, otro camino de felicidad es la fama, el ser
admirados y reconocidos por los hombres, aplaudidos, idolatrados, ser más que
los otros, tener más que ninguno, ser los primeros, vencer a los otros para ser solo yo, la
competitividad y la lucha violenta del hombre
contra el hombre, , es eso el valor y la riqueza, la escala de un mundo
mercantil, la individualidad y la
superioridad que garantiza el triunfo y la felicidad, la realización existencial
del hombre , cuando es precisamente uno
de los factores de la pobreza y soledad
del hombre, de su frustración y desencanto de la vida.
En ese misticismo y espiritualidad luminosa
el hombre ha de reconocer que forma parte no de una individualidad sino de una
comunidad, es solo una parte y necesita de todos y cada uno de los hombres, cada uno de los hombres tiene dones y carismas propios sin el cual él no puede realizarse plenamente
, nos necesitamos unos a otros, la doctrina cristina es muy clara sobre estos
aspectos: Formamos todos los hombres un solo cuerpo místico, cada uno es una
parte de ese cuerpo, por eso rechazábamos la falsa filantropía, la dependencia
y el subsidio, tutelaje y paternalismo de los primeros mundos porque condicionan
esa ayuda y determinan la funcionalidad de su propio sistema sin cuestionarlo o
ver sus propias contradicciones, una falsa caridad, en este sentido somos una
misma parte y formamos un solo cuerpo, nos necesitamos unos a otros y no en esa
forma unidireccional, el rico
desarrollado dando sobras al pobre tercermundista pero no ejerciendo la
justicia de los sistemas políticos y económicos que precisamente generan
millones de pobres sobre la tierra.
Más
aún, hemos de redefinir el concepto de
la vida del hombre, no solo en cuanto al mismo hombre sino entender la vida en todo su sentido, es decir, la vida de cada
hombre solo es posible con la vida de
cada planta, de cada uno de los animales, la vida en la tierra es un conjunto o sistema único e indivisible y de ellos depende directamente
la vida del hombre que por desgracia y
para perjuicio del hombre se ha puesto en peligro la propia vida en la tierra. Esta Primavera ecológica crea un conciencia
global, siendo que los ecosistemas no reconocen fronteras, por ello hemos de cuidar estas nuevas hermandades ecológicas
o esos misticismos o espiritualidades
ambientales que muchas veces terminan siendo panteísmos.
Ante una industrialización y urbanismo brutal, una productividad
ilimitada que alienta la sociedad de consumo
los ecosistemas se desquebrajan, el cambio climático está amenazando la
vida en la tierra.
Se ha de sembrar, cultivar, ver florecer y fructificar
la Primavera Filosófica y Teológica como nuevos movimientos agrarios, la
economía primaria de la agricultura ante el poder unilateral de la industria
siguiendo los lineamientos del Papa Francisco plasmados en su reciente
encíclica sobre las cuestiones ambientales.
Por ello la Barranca de Oblatos es ese monasterio fuente de misticismo y espiritualidad que redefine el espacio urbano, las
tendencias de las grandes ciudades hacia el futuro.
La espiritualidad de los Monjes de Oblatos no
es entonces la individualidad egoísta tipo
yoga, la meditación trascendental de rasgos orientales sino la
construcción y reconstrucción de la
comunidad real y concreta, no abstracta
o virtual, no histórica, literaria o imaginaria, sino uno de los sectores de
Guadalajara más marginados y olvidados que necesitan un nuevo modelo histórico y desarrollo, hemos de considerar
que esas líneas inspiradoras nacen de la propia vista del Papa Juan Pablo II a
Oblatos, específicamente al Barrio de Santa Cecilia, un Oblatos de esencia mística
bendecido por una visita del Papa, no es entonces ese sector maldito que
encierra en sí mismo la maldad de Guadalajara, hemos de dar fin a ese juicio
injusto a esos estigmas, crueles e
injustos señalamientos, es por ello ese juicio histórico y teológico al que
hemos hecho referencia.
A la
brutal sociedad de consumo solo le puede
esperar el hambre como el derroche aquel del Hijo Pródigo, el cambio climático
afecta especialmente a los agricultores de forma gravísima, para los profetas
del confort y la comodidad del mundo feliz les desagrada las catástrofes y las crisis,
sus ofrendas instantáneas y desechables a sus dioses del placer los hacen
ciegos y sordos a la crítica, cosas de
indios o seres salvajes que les anuncian en tono profético que un día despertaran
ahogados en sus propios desperdicios, la naturaleza se está volviendo contra el hombre, le está negando
poco a poco sus frutos, el cambio climático
hará grandes estragos en la economía mundial, particularmente la
producción de alimentos.
La espiritualidad de la Teología Mexicana no
es entonces encerrase en esa individualidad luminosa sino abrir sus ojos a la dimensión del mundo y del universo, esta Primavera Filosófica y
Teológica toma a la creación, a los ecosistemas como principio rector, no en
cuanto la ecología sea visto como una expresión romántica y poética de admirar
extraordinarios paisajes o como negación de la ciudad o huir de la vida urbana,
sino como una cuestión fundamental para marcar nuevos estilos de vida y líneas
estratégicas de desarrollo para las ciudades del futuro, en ese
sentido el Monasterio Oblatos o Barranca de Oblatos edifica esas nuevas
escuelas filosóficas y teológicas que al menos tengan significado local.
La visita del Papa Juan Pablo II a Oblatos
ha sido fundamental para dar inicio a su nueva interpretación y transformación,
las visitas del Papa Juan Pablo II a Latinoamérica hizo comprender la importancia
del continente de la esperanza y el futuro del catolicismo reafirmada luego con la propia Providencia de
Dios de dar un Papa Latinoamericano como es el Papa Francisco, es eso los pasos
de una nueva teología que da fin al centralismo teológico europeo, el viejo
mundo, las tendencias del nuevo mundo, tal construcción teológica es sobre una
sola Piedra, la Piedra inconmovible que fue desechada por los arquitectos: El
Señor Cristo Jesús, cada uno ha de ver
cómo construye sobre esa Piedra y esos cimientos, son esos los estilos
particulares de la Iglesia en nuestro caso la Latinoamericana , por tal razón
si la primera visita del Papa Juan Pablo II fue decisiva para cambia la
historia de Oblatos hemos de poner gran atención en la próxima visita del Papa
Francisco a México programada Dios mediante para el mes de febrero, sin duda
luces para vislumbrar y delinear con mayor claridad los nuevos teólogos mexicanos
de este nuevo siglo y milenio.
Equipo de Reflexión de la
Glorieta
y Corredor Cultural Oblatos