lunes, 28 de julio de 2025

511. TONALÁ 500 AÑOS. La destrucción de la Zona Arqueológica de Coyula-Matatlán Capítulo 1

 


VELORIO Y NOVENARIO

DEL INAH JALISCO

“Resquiescat in pace….”

    En el vertedero Coyula Matatlán se escuchan rezos…..resquiescat in pace… Doña Medela del pueblo de San Gaspar lleva las cuentas del rosario…Pater Noster…es el velorio del INAHJalisco…Ave María, gratia plena… Dominus técum;  benedicta tu in muliéribus… en torno al difunto se han congregado los pepenadores que en voz baja preguntan: ¿Y de que murió?, uno entre los presentes respondía casi haciendo señas: Era  muertero o buscador de tumbas y cayó en una de ellas, ¡el golpe fue fatal!… ¡Pásenles el café a los presentes por favor! …luzca para él la eterna luz.....los buitres de la sociedad de consumo  revolotean sobre el cadáver del INAH Jalisco y emiten graznidos impacientes…resquiescat in pace…

    Llegamos ahí a Coyula Matatlán en el mes de junio de 1989, veníamos de los vertederos de San Gaspar que eran primero campos de flores en la cercanía de la Barranca de Tonalá , luego se hicieron en esas 23 labores  bancos de arena y en los huecos que quedaron se depositó luego por tres años la basura de Guadalajara, aquel  pueblo indígena adornado con huertas de flores es solo recuerdo, aquellos paisajes coloridos y pintorescos de san Gaspar se transformaron en desiertos desoladores, lo más lamentable de esto es que sobre los 23 ex vertederos de San Gaspar  miles de familias edificaron sus casas sobre basura con gravísimas consecuencias para su salud, muchos de ellos enferman y mueren,  ninguno hace nada por ellos, ni siquiera rezan.  

   La basura industrial debería de estar en zonas industriales para el manejo y aprovechamiento adecuado de la basura, es este el delito criminal de los grandes industriales con fortunas estratosféricas,    por su omisión la basura derivada de sus millones de productos se tira en los pueblos  más pobres, en campos agrícolas, en las tierras de los pueblos indígenas como San Gaspar, en las barrancas, y el colmo de toda esta irresponsabilidad:  en las zonas arqueológicas, el reino indígena de Tonalá ha sido en los últimos 40 años la solución fácil y barata de la basura de Guadalajara con los vertederos, Laureles, San Gaspar y Coyula Matatlán, los indígenas de Tonalá cargando con el problema de la basura de Guadalajara , pero el colmo de este abuso y desfachatez es cuando sus zonas arqueológicas se toman como basureros.

 

BREVE DESCRIPCIÓN DE COYULA MATATLÁN

   Coyula Matatlán es una meseta en medio de la Barranca de Tonalá, eran labores y se había sembrado maíz, el maíz nos llegaba un poco debajo de la rodilla y en todo aquello estaba coronado por  los paisajes verdes de la Barranca,  en aquel verdor y sembradíos sobresalían un decena de cerritos o montículos, muchos de los pepenadores comenzaron a hacer sus casitas de plástico pepenado junto y arriba de aquellos cerritos, la neblina al amanecer cubría aquella meseta y de pronto todo  aquello desaparecía tras aquel velo fantasmal, se comenzaron a escuchar historias y leyendas de esa zona, que era un panteón de indios, que ahí había un pueblo fantasma,  que aquello eran pirámides, y en efecto en el suelo se veía mucha pedacera de barro , habían  restos de lo que parecían platos  y lajas  de una piedra negra brillante que algunas como el hermano Abel decía  que era obsidiana.

  Entre aquella neblina de la barranca y las sombras de la noche se diluyeron aquellas dos aldeas y pueblos, el caserío de los pepenadores  y aquellas ruinas milenarias en cuyas paredes encerraban murmullos que perturbaban la imaginación y los sueños de los pepenadores, se fueron entretejiendo aquellas historias de hombres y mundos tan distintos, el convivir extraño de vivos y muertos, en Coyula Matatlán algunas veces costaba trabajo distinguir entre  vivos y animas en pena ya que ahí se entretejen y entrelazan tres cementerios.

   Las nubes negras que venían de la Barranca  bramaban y bufaban, vientos huracanados que levantando polvaredas sacudían los árboles, luego se dejaban caer con furia   sobre la meseta de Coyula Matatlán estrujando los maizales y las chozas  de plástico y tela de los pepenadores , después  chorreaban   los arroyos sobre las laderas que se precipitaban saltando y gritando  bulliciosamente   sobre la Barranca,  al final  aquel suspiro de quietud perfumado por el campo mojado,   todo aquello  a nuestra llegada en el mes de junio era como un  paraíso encantador de una vegetación exuberante y paisajes conmovedores, cientos de árboles majestuosos únicos de la barranca, nubes y neblina al amanecer,  arroyos y manantiales de agua limpia y cristalina donde al principio tomábamos agua , había multitud de pájaros de los más diversos colores y cantos, florecer colorido de los campos, era común ver zorras, tlacuaches, coatíes, tejones, mapaches, armadillos, etc.  Pronto aquel edén y paraíso se transformó al poco tiempo en un infierno, en un lugar de desolación y muerte, de cascadas de aguas venenosas, de vapores tóxicos, de escurrimientos ácidos, se difundía  el olor de la muerte, miles de  árboles ahogándose  extendían su brazos resecos clamando al cielo, era el monumental cementerio de la sociedad de consumo, el  cadáver de la sociedad instantánea y desechable, del placer y de la comodidad, era la calavera, el lado oculto y desconocido del progreso y de la modernidad, Coyula Matatlán  de ser un rincón del paraíso se volvió  al poco tiempo en  la puerta  y la escalera para bajar al infierno donde gritan atormentados los hombres.

    Aquellas labores de los ejidatarios de Coyula   dieron elotes y luego mazorcas , soplaba ya el viento frio del este y testereaban    las flores de mirasoles color rosa y morados que junto con el cempaxúchitl de las huertas de San Gaspar de las Flores   anunciaban el mes de los difuntos,  los ejidatarios de Coyula a quien pertenecía esas tierras piscaron en chiquigüites las mazorcas y cortaron el rastrojo con casangas que cuando iban al vertedero siempre las traían a la mano desconfiando de los pepenadores,  fue la última vez que sembraron, ya que los pepenadores muy frecuentemente asaban elotes, al terminar la cosecha del maíz comenzaron las máquinas a acercarse a los famosos cerritos, al quitar el telón verde  y ocre de los maizales y verse con más claridad el paisaje geométrico de los cerritos  dio inicio a una asombrosa historia de cementerios, actores vivos y muertos con máscaras que participaban en una obra absurda de teatro.  

 

EL PARTO

DE LA NUEVA ESCUELA DE ARQUEOLOGÍA

COYULA MATATLÁN

       El Señor Cristo Jesús Señor de la Historia expresa lleno de gozo que el Padre del Cielo oculta sus grandes misterios a los sabios y entendidos y lo revela a la gente humilde y sencilla, solo él tiene ese conocimiento y por ello gracias a ese corazón manso y humilde se vuelve en Maestro que invita a todos los marginados, cansados y agobiados por la carga a que aprendamos de él, solo sobre esa piedra firme e inconmovible se  puede construir el conocimiento, es decir cualquier forma de saber  o escuela, en este caso el asombroso parto de la nueva escuela de arqueología Coyula Matatlán, esta es como el Señor Cristo Jesús: una piedra desechada, destruida, despreciada, pero son las piedras que hacen posible el futuro del hombre, si el Señor de la historia revela y enseña a los pobres y humildes quiere decir entonces que ellos tienen un conocimiento, una didáctica, una escuela que revelan algunas de  las maravillas de Dios, y ciertamente en Coyula Matatlán los pepenadores han recibido esa gracia que Dios les ha dado.

    La descripción de este parto de la nueva escuela de arqueología Coyula Matatlán me conmueve profundamente por los recuerdos que me trae, me permito compartir con ustedes estos imborrables recuerdos de mis hermanos y compañeros pepenadores:

   A finales  de 1989 en  la meseta donde está el vertedero  y que antes era la zona arqueológica  donde existían más de 10 estructuras, en su parte central  estaban más o menos juntas cuatro estructuras, dos tenían forma piramidal  aproximadamente  de la misma altura que la que actualmente queda pero mucho más amplias de la base,  a su lado estaba una plataforma muy amplia y junto a ella otra plataforma más chica.

   Llego el momento de tirar la basura junto a esas estructuras, a un lado se estaba tirando la basura, mientras que una maquina pesada con una cuchilla al frente  preparaba el terreno a un lado como a una distancia de 20 metros , ahí estaban esas estructuras que menciono, la maquina pesada comenzó a derribar por un lado uno de esos montículos y buscaba escarbar hasta el nivel del barro, es decir como metro y medio abajo del nivel del piso de arena  de jal de esas estructuras, la máquina trabajaba  mientras a unos 20 o 30 metros  estábamos  algunos 500 compañeros pepenadores trabajando sobre montículos y paredones de basura, si uno volteaba veíamos cómo se cortaba aquel montículo por mitad quedando un alto paredón vertical, en un momento se detuvo la máquina que era manejada por uno al que llamábamos el Camarón   ya que era de piel colorada, el Camarón comenzó a llamar a los pepenadores y su servidor se sumó a los curiosos que se acercaron, ya que en el paredón había aparecido un hueco o cueva de algunos setenta  centímetros, pero más al fondo se veía que se ampliaba y se alcanzaban a ver tenuemente algunos objetos.

     Siendo que la máquina había movido la tierra, el paredón seguramente había perdido estabilidad , pronto nos congregamos una multitud de pepenadores alrededor de aquel paredón y cueva, el Camarón buscaba entre los presentes un valiente que se animara a entrar ya que el Camarón era alto y muy gordo, Pedrín el hermano del Güero que era chaparrito  y delgado se animó a entrar, Pedrín se dobló casi en forma fetal para entrar  a aquella cueva que quedaba más o menos en el centro  y en la parte más baja del montículo , todos estábamos inquietos  y conteniendo la respiración pidiéndole a Dios que no se fuera a derrumbar la cueva, pasaron alguno 5 minutos y poco a poco vimos que Pedrín hacía esfuerzos por salir de la cueva, al salir a la luz Pedrín emocionado  abrazaba contra su pecho dos monos hermosísimos, los cientos de pepenadores nos quedamos asombrados, los monos tenían algunos 30 centímetros de altura, los dos monos representaban mujeres, Pedrín entro a esa cueva varias veces y sacó en total algunas 30 piezas, había monos y platos de colores y tipo de barro distintos, no recuerdo con detalle si había piezas de piedra,  obsidiana o algún otro material, lo que sí sacó al final fue un cráneo,  fue la única vez que me tocó ver que se sacaran piezas y cráneos íntegros perfectamente conservados, todas esas piezas con gran alboroto se llevaron a una tienda o carpa de plásticos y telas pepenados que eran las casas donde vivían muchos compañeros pepenadores, ahí había unas tablas grandes de madera que servían como mesa     donde pusieron todas aquellas hermosas  piezas, la noticia se extendió entre los cientos de pepenadores esparcidos en todo aquel vertedero y muchos fueron a ver aquellas piezas en ese pobre museo improvisado, en todos nuestros compañeros se dibujaban sonrisas, la sonrisa inigualable e inconfundible  de los pobres, contemplábamos largo rato sobre todo a los monos recién nacidos, y uno a otro nos hacíamos muchas preguntas: ¿Qué será esto? ¿Qué será esto otro? ¿A quiénes representan los monos? , los monos parecían hablar y sonreír  discretamente,  felices de nacer de nuevo a la vida y reencontrarse con los hombres tan extraños, la transformación de aquel pueblo milenario, Dios y el Señor de la Historia transformaba radicalmente la historia, la muerte y la vida de los hombres, era una especie de volver de la muerte, de resucitar, de reencontrase hombres con miles de años de diferencia.

    En esa pobreza y humildad gracias al Señor de la Historia Cristo Jesús nacía la nueva y asombrosa escuela arqueológica de Coyula Matatlán, expliquemos un poco más este parto:   Al describir en páginas anteriores una tormenta de la Barranca que fecunda el nacimiento del maíz sobre las labores de los ejidatarios , hacemos una semejanza entre la semilla del maíz y la labor arqueológica, las piezas y tumbas por lo general  siempre están sepultadas, bajo tierra , es la semilla que se sepulta para que muera y renazca  a  la vida como explica el Señor y Maestro de la Historia, en el pensamiento de los nahuas el hombre nace del maíz, se sepulta la semilla  y muere y renace, la tierra se vuelve ese seno fecundo en que el hombre muere y resurge, alzándose, levantándose como la caña del maíz.  

   Este montículo era como un seno materno, al romper aquel paredón y quedar aquella cueva donde sale Pedrín a la luz abrazando los monos, se paría, era el parto arqueológico, en realidad Pedrín estaba entre dos tumbas y paredones, por un lado el paredón y montículo de la basura que es el cementerio de la sociedad de consumo  y por otra está ahora frente al paredón  del montículo prehispánico,  se da un intercambio entre dos tumbas  con ofrendas tan distintas, Pedrín al entrar por el hueco en realidad él muere, ingresa a la tumba y saliendo renace de la muerte trayendo en sus brazos dos monos de mujeres, el hombre en trabajo de parto, dando a luz y alumbramiento,  estábamos viendo otro tipo de parto como el explicado por el Señor  a Nicodemo,  de una tumba, de la muerte se renacía a la vida,  era el renacimiento o resurrección de aquellos muertos, es el parto de una nueva era de la arqueología en Guadalajara, si se habla de parto de la arqueología se habla entonces de una arqueología viva, no de una arqueología  de tumbas y de muerte  como las descripciones de Galván, al poner todas aquellas piezas bajo una tienda de plásticos y cartones pepenados se daba el paso a la construcción formal de esa escuela, Dios Creador por medio de Cristo Jesús Señor de la Historia nos hacía a cientos de pepenadores con su providencia  arqueólogos a su modo, para nosotros el cráneo que por cierto al poco rato comenzó a desquebrajarse y volverse como polvo representa al INAH Jalisco, el INAH Jalisco es un cráneo que representa la muerte, es una institución agotada, envejecida, desquebrajándose, derrumbándose,  agonizante,  moribunda.

  Le pedí al Pedrín que me regalara lo que quedaba del  cráneo y poniéndolo con cuidado en una bolsa pepenada emprendí el silencioso camino a la Barranca justo a un lado del vertedero, me parecía indigno que esos cráneos que luego fueron muchos fueran triturados sin ninguna compasión por maquinaria pesada, dándole sepultura  rezaba algunas oraciones.

     Mientras ellos mueren nosotros  maravillosamente renacemos, solo Cristo Jesús, el Señor y Maestro puede resucitar a los muertos, puede enaltecer a los humillados y despreciados, para él los muertos duermen y despiertan a un mandato suyo, por eso como Señor y Maestro de la Historia tiene otra visión totalmente revolucionaria sobre la arqueología y la antropología que se pone ahora a prueba en la zona arqueología de Coyula Matatlán.

 

EL MINIMALISMO Y LA MONUMENTALIDAD

ARQUEOLÓGICA EN COYULA MATATLÁN

   En el vertedero Coyula Matatlán más de 500 pepenadores  recogíamos con ganchos  de fierro y con unas  bolsas o costales a la espalda todo lo que se pudiera reciclar: plástico, vidrio, cartón, papel, lámina, fierro, cobre, aluminio y ahora se echaba al costal también piezas arqueológicas.

   Había algunos compañeros que pepenaban cartón y papel y usaban unos costales más grandes que cargaban en la espalda, miles de toneladas iban formando paisajes apocalípticos, se formaban paredones de basura de más de 20 metros de alto, a veces esos costales estaban copeteados de papel y el viento que es muy común y fuerte por la Barranca  movía aquellos papeles sobre la espalda de los pepenadores, los vapores azufrados saliendo de la basura , el viento y el polvo  diluían aquellas imágenes, los pepenadores en un momento parecían ángeles con alas de papel que descendían de aquellas montañas de basura al inframundo, era ahí unos de los resolladeros del infierno, ahí se anudaba en un nudo ciego el pasado y el futuro, la vida y la muerte, el cielo y el infierno.

    Había ahí un compañero que se dedicaba a comprar oro y plata, era alto, corpulento, de  barba y con el pelo largo y le decían “el Greñas”, cuando escuchó lo que había encontrado Pedrín  se le desató la codicia que retozaba    en sus ojos,  traía al pecho colgado con una correa un pequeño lente pero potente para identificar el oro, después de lo de Pedrín se le veía con empeño y dedicación merodeando como un zorro inquieto  en torno a la máquina del Camarón cuando derribaba los montículos y plataformas, con su gancho de fierro removía la tierra, esperaba encontrar el tesoro de Moctezuma: ¡Los collares de oro puro!.

    En una ocasión me tocó ver que el Greñas había encontrado entre la tierra dejada por la maquina Komatsu unas piezas de cerámica, eran como platos o cuencos, el Greñas los agarro y  las examino religiosamente como cuando buscaba el oro, frunciendo el ceño dijo desconsolado: ¡uuuyyyy! ¡Estos inditos eran muy pobres!, el Greñas se le despencó el corazón, se llevó una tremenda desilusión, después lo vi algunas veces en la Barranca, abajo del vertedero que disque que buscaba entre las vetas de la barranca: ¡ópalos!, no sé si corrió con suerte en esta nueva empresa, el andaba en carro, un tiempo después lo vi en el tianguis del Baratillo en una bicicleta muy usada, con huaraches y en la espalda colgada una vieja guitarra, todos sabíamos que el Greñas cuando iba al Baratillo  se disfrazaba poniéndose ropa vieja y harapienta y haciéndose pasar por casi un ciego buscando   mediante el arte del regateo obtener el mejor precio al comprar el oro.  

    Nuestro compañero Greñas representaba, era una imagen reciclada de Nuño de Guzmán y los españoles que llegaron a Tonalá en 1530, Nuño de Guzmán  venía de torturar y quemar al tlatoani de Michoacán para que le diera el oro y la plata, y no traían los españoles una lupa colgada al pecho como el Greñas sino muchos espejitos para cambiarlos por el oro de los indígenas, al igual que el Greñas Nuño de Guzman se rodeaba de los misioneros franciscanos que pregonaban la pobreza andando  con hábitos viejos y descalzos mientras que ellos torturaban, descuartizaban y quemaban a los indígenas para arrebatarles su oro y plata, Nuño de Guzmán quería superar en méritos y riquezas a Hernán Cortés , a las grandes ciudades con pirámides y plataformas monumentales con  los mayas, Teotihuacán o la hermosísima ciudad de México Tenochtitlán edificada en medio de un lago que dejo maravillados a los españoles capitaneados por Cortés, acérrimo enemigo de Nuño de Guzmán, nada de eso encontró en Tonalá, los cronistas como Fray Antonio Tello no mencionan que en Tonalá hubiera  arquitectura prehispánica como fueran pirámides o plataformas monumentales, describe en todo ello sencillos caseríos, si Tonalá era la capital de todos estos pueblos, poco se podría esperar de las demás poblaciones, esta frustración, ira y coraje la descargaba contra los indígenas que más tarde le valdría un juicio penal y moriría preso y pobre en España, ese temible y despiadado Nuño de Guzmán nacido en la Guadalajara España, cuando Guadalajara se retira del  reino de Tonalá se forja en consecuencia una Guadalajara netamente criolla que heredando de Nuño de Guzmán ese odio y desprecio por los indígenas  destruye 500 años después con  su basura  esas pirámides y plataformas del reino indígena de Tonalá .

   Esto del Greñas que es una sombra reciclada o proyección  de Nuño de Guzmán definirá dos corrientes arqueológicas en México: Por un lado la monumentalidad de la zona maya  con sus grandes ciudades y sus extraordinarias pirámides y plataformas al igual que México Tenochtitlan, una de las ciudades más extraordinarias  y admirables del mundo de aquellos tiempos, por otro lado tenemos el minimalismo arqueológico en el occidente de México teniendo en este caso a Tonalá como capital o cabecera.

   Este falso minimalismo arqueológico del Reino de Tonalá será decisivo  para orientar y reducir la arqueología del INAH Jalisco a meras tumbas de tiro como las descritas por ejemplo por el arqueólogo Javier Galván: “Las Tumbas de Tiro del Valle de Atemajac Jalisco”, esta investigación de las tumbas de tiro en el Valle de Atemajac no se realiza por el INAH Jalisco oportunamente sino porque fueron en parte expuestas y destruidas al construir el fraccionamiento Tabachines, la arqueología del INAH Jalisco se reducirá a ser sepultureros y muerteros de tumbas halladas   accidentalmente  después de ser amenazadas  o semi destruidas por construcciones y obras.

   El Arqueólogo Javier Galván hizo en 1976 un plano detallado de las estructuras arquitectónicas existentes en la zona arqueológica de Coyula, al informarle personalmente de la destrucción por el vertedero Coyula Matatlán expresó una gran indignación y disgusto casi rasgando sus vestiduras,  pero  no contra los destructores sino contra mi persona que señalaba y denunciaba, deduzco ahora que meterse en un conflicto le mermaba importancia y le acarreaban problemas con el férreo sindicalismo que controla el INAH Jalisco siempre trenzado  en eternos pleitos, no por las investigaciones arqueológicas sino   para que el presupuesto  raquítico de la institución garantice sobre todo sus sueldos, pero particularmente   atender la destrucción de la zona arqueológica de Coyula por él declarada podría poner en riesgo el seguro de su jubilación, es mejor hacerse el ciego y el sordo , lavarse las manos y hacerse el desentendido y olvidadizo, siendo él experto en tumbas lo mejor era darle sepultura al caso Coyula Matatlán.

   La preocupación de los arqueólogos adscritos al INAH Jalisco era encontrar grandes y monumentales zonas arqueológicas para no sentirse marginados y excluidos  del monumentalismo arqueológico que ha dominado en México.

    Uno de estos que buscaba afanosamente la monumentalidad de la arqueología del Occidente de México era el antropólogo Phil Weigand  que 1987 hizo al igual que el arqueólogo Javier Galván un reporte detallado de las pirámides y estructuras de la zona arqueológica de Coyula , agradezco en lo personal que en junio de 1996 haya tenido la amabilidad de  enviarme ese informe tanto en inglés como en   español y me decía “colega” que era extensivo a estos nuevos arqueólogos pepenadores que Dios en su providencia había puesto  piezas arqueológicas milenarias en sus manos, éramos entonces colegas del Dr. Weigand , esto nos confortaba, pronto seríamos  traspasados por la frialdad de la desilusión.

    Nuestra colega Weigand tuvo un interés inicial de conocer el testimonio, pruebas y piezas de los pepenadores , con lo cual añadiendo su informe se podría rescatar  en parte la zona arqueológica de Coyula,  pero luego probablemente  deduce que contar con tales “colegas” podría a la larga manchar y desprestigiar su brillante carrera, pero sobre todo  que tiempo después  el Gobierno del Estado de Jalisco le asignaban más de 300 millones de pesos para su monumental proyecto de Guachimontes en Teuchitlán y Etzatlán, el dinero del gobierno de Jalisco estaba fluyendo fabulosamente, era prudente y oportuno olvidarse de los pobres y miserables “colegas”  sepultados entre la basura que lo único que le acarrearían serían problemas, si se ha encontrado la añorada monumentalidad arqueológica, para que buscarle chichis a las gallinas si ya se tienen los huevos de oro,  ¡el prestigio y el honor profesional están  garantizados!, que aquellos otros “colegas”  que se rasquen con sus propias uñas y pidan limosna para el rescate de Coyula Matatlán, que al fin y al cabo  hay poca distancia entre ser pepenador y limosnero, 300 millones de pesos para su proyecto de Guachimontones y: ¡Ni un solo centavo para Coyula Matatlán!, entonces nuestro corazón tropezando emitió instintivamente un suspiro o un  quejido como cuando al caer se nos quiebra el alma, Coyula Matatlán es un grito desgarrador de las piedras desechadas  en medio de la barranca y una respuesta  mil veces repetida por el eco  de aquellos abismos que abrazan la nada, nuestras manos vacías clamando al cielo como las ramas huesudas de los miles de árboles  envenenados de la Barranca, ellos y nosotros con los brazos extendidos estábamos ante el Señor Crucificado.

   A la llegada de los españoles a México se mencionaban tres reinos importantes: Los aztecas, los tarascos y Tonalá, no se mencionaba a Etzatlán  o Teouchitlán, el  reino indígena de Tonalá fue decisivo para la historia inicial de Guadalajara, el colega Weigand hace de Guachimontones el centro y capital de la arqueología de Occidente  de México  quitándole con ello toda importancia a Tonalá, esto es un problema ya que nuestro antiguo Colega  termina por forzar y distorsionar la arqueología particularmente de Jalisco,  bastará con que se rescatara  e investigara la pirámide mayor que quedó abajo del vertedero Coyula Matatlán  para considerar  la importancia arqueológica de Tonalá en el Occidente de México.

    En mayo y junio de 1996 ante los señalamientos públicos que hacíamos se hizo presente el arqueólogo Gonzalo López en Coyula Matatlán  para atender el montículo que quedaba, le platique a él nuestra historia, por respuesta me denuncio ante policías municipales de Tonalá, por lo cual fui detenido por ellos ahí en el vertedero,  fui llevado en una patrulla a la cárcel municipal de Tonalá, ahí estuve encerrado algunas tres horas, ya previendo esto  traía siempre  copias de algunos oficios que daban cuenta de mi gestión y preocupación por la zona, me dejaron libre, el deseo de Gonzalo López era refundirme  en la penal de Puente Grande, Gonzalo López a pesar de ser de su conocimiento nunca dio informes de la pirámide mayor que está en la parte baja del vertedero Coyula Matatlán, el informe final que hizo Gonzalo López no habla de la zona y las estructuras destruidas , sino de un montículo que en todo momento lo trata de forma aislada, tal ensayo  no tiene ninguna importancia .  

    El empeño supremo del INAH Jalisco es olvidar, desacreditar, minimizar, simular, aparentar, callar  y guardar  ante todo un silencio sepulcral sobre la destrucción de la zona arqueológica de Coyula Matatlán,  y parce que lo ha logrado, el problema está en que las piedras gritan.

 

 

 LOS ARQUITECTOS CONSTRUCTORES

DE LA MONUMENTAL ZONA ARQUEOLÓGICA DE COYULA MATATATLÁN

 

    Todo esto tiene su explicación pleno en la dimensión teológica gracias al Maestro y Señor de la Historia Cristo Jesús, cuyos misterios resuelven particularmente la cuestión de la muerte y resurrección del hombre, el descender y ascender , al ser levantado en la Cruz como piedra desechada por los arquitectos que se vuelve por su resurrección en la piedra angular, la arquitectura prehispánica ha sido destruida, desechadas sus piedras,  la muerte destruyendo la muerte, levantando el Cáliz como la elevación en la Cruz sobre el monte de la Calavera o  Gólgota, la pirámide prehispánica  se eleva hacia el cielo y desciende en su centro al abismo de la muerte, la ofrenda con su pata o base tripie se eleva piramidalmente. Estas cuestiones teológicas necesitan un análisis más detallado.

     La construcción de la ciudad o pueblo de Coyula Matatlán por los arquitectos tonaltecas sorprende ya que contradice los elementos fundamentales de la arquitectura prehispánica de mesoamérica , vemos por ejemplo las grandes pirámides de Teotihuacán que están sobre valles planos, lo mismo que la arquitectura maya y sus ciudades, México Tenochtitlán edificado sobre un islote teniendo la horizontalidad del lago de Texcoco, en la arquitectura del México prehispánica se buscaba mediante la pirámide dominar plenamente el horizonte para la contemplación del sol que rige la vida del hombre y que fue tan fundamental en los pueblos prehispánicos de México, la pirámide es una proyección de los montes  donde el hombre asciende al cielo, al sol y a la luna, esta arquitectura no es una arquitectura cerrada como la arquitectura de templos y catedrales europeas, sino abierta  unida con el cielo, con el cosmos, es netamente exterior no interior, en esta ascensión dominará siempre la escalera para continuamente ascender y descender , estas pirámides serán  en su base tumbas donde sepultarán al hombre rodeado de ofrendas, esto nos ayudaría mucho a entender la arquitectura prehispánica de Coyula, sin embargo, en Coyula Matatlán  se da una gran contradicción.

     Siendo que el reino indígena milenario de Tonalá está cerca del Valle de Atemajac que es totalmente plano con pleno dominio de la horizontalidad para contemplar la salida del sol, pues justamente Tonalá quiere decir: “lugar por donde sale el sol” , se pudo haber construido Coyula milenario  donde está el pueblo de Coyula actual cerca del periférico, y sin embargo no es así, los arquitectos que construyeron el Coyula milenario descienden la Barranca de Tonalá hasta la primera meseta que tiene cierto  dominio del horizonte  y contemplar el sol ya que está orientada exactamente al este, la visión se reduce en esta meseta hacia el oeste, hacia el ocaso del sol,  y ahí construyen  sus plataformas, pirámides y en torno a ellos las casas, hasta ahí parecería que se respeta la arquitectura prehispánica del altiplano y la zona maya, pero al examinar con detenimiento no parece ser ese el objetivo fundamental  de los constructores de Coyula Matatlán ya que sus arquitectos construyen en la parte baja de esa meseta  la pirámide más grande y espectacular de ese conjunto arquitectónico donde llegamos a ver en su plataforma más alta escaleras de cantera que lamentablemente luego fueron destruidas que dizque para sacar el oro que tenían dentro, todo parece indicar que esa monumental pirámide que está abajo del vertedero Coyula Matatlán  era el templo, lo más sagrado, pero envuelta y sepultada por los abismos de la Barranca, estas altas laderas frontales y laterales de la barranca  ocultan por completo la visión del sol, si Tonalá significa “Lugar por donde sale el sol” ¿Por qué  ocultar la  mayor estructura arquitectónica de Coyula Matatlán en el abismo de la Barranca?, ese es el enigma y misterio que envuelve como la niebla de la Barranca a la arquitectura  de Coyula Matatlán.

 

 

LA SEPULTURA DE LA BARRANCA TONALA-HUENTITÁN

PARA LLEGAR AL PARAISO DE DIOS

     Tratemos de entender a los arquitectos que planearon y edificaron Coyula milenaria: Primeramente al ir descendiendo al abismo de la Barranca Tonalá-Huentitán  uno es “sepultado” se ha bajado  a una fosa hacia aquellos mundos  desconocidos, ya que la Barranca Tonala-Huentitán tiene visiblemente algunas 50 capas geológicas, cada una de ellas tiene colores y composiciones químicas distintas, corresponden a  distintas capas geológicas de miles o millones de años, cada una de esas capas es como un capítulo que forman un libro, una enciclopedia maravillosa de la obra de Dios en la Barranca, en cada una de esas capas está escrita una historia de grandes erupciones, terremotos, inundaciones, hundimientos, etc. Junto a la capilla  que está un poco abajo de la Puerta de la Barranca en Huentitán el Alto es una capa paleontológica, muchas de esas capa geológicas o mundos desconocidos desaparecieron dramáticamente particularmente por erupciones  y la extensión de la lava, Coyula Matatlán se agrega a esos capítulos de mundos desconocidos y destruidos.

   La zona arqueológica de Coyula fue edificada hace quizá unos 1500 años, es decir mil años antes de que llegaran los españoles a Tonalá en 1530, ese ciudadela o pueblo milenario de Coyula fue edificado  sobre  esas capas o mundos geológicos desconocidos que hemos mencionado, esos son sus cimientos,  debajo de esas plataformas y pirámides  está un estrato de arena tipo jal y abajo una beta de barro, después una capa de basalto, las tumbas prehispánicas de Coyula estaban sobre el nivel del barro, se ha descendido al nivel de la meseta de Coyula “a la tumba de la barranca” y ahora mediante la construcción de plataforma y pirámides escalonadas se asciende hacia la luz del sol, quedando la estructura mayor en la parte bajo del ahora vertedero de basura: ¿Por qué este descender y ascender?, tratando de responder  a esta pregunta en forma resumida:  es la relación entre el cuerpo y el espíritu que luego en el pensamiento en la idiosincrasia  de los nahuas, es el águila y la serpiente, es el Quetzalcóatl, la serpiente emplumada que desciende por las grecas formadas con la sombra de los escalones de la pirámide, este concepto del águila y la serpiente que es el símbolo de nuestra bandera mexicana constituye  la fuente inagotable de la filosofía mexicana que forja nuestra identidad, esto  a su vez toma significados teológicos de la lucha continua entre el cuerpo y el espíritu, entre la vida y la muerte.

    Si no quieren ver y reconocer la monumentalidad de la Zona Arqueológica de Coyula Matatlán en la gran pirámide que aún queda abajo del vertedero, tratemos de ver entonces de forma más sencilla y humilde, esa “monumentalidad” de la cerámica milenaria tonalteca.

 

LA ESCRITURA SILENCIOSA MILENARIA

DE LA CERÁMICA TONALÁ

   Decíamos en páginas anteriores que la Barranca Tonalá-Huentitán es un libro, la maravillosa enciclopedia de Dios bellamente ilustrada  con sus escrituras y lenguajes propios que proclaman las maravillas de Dios en la creación, si hojeamos esos capítulos o mundos geológicos geológicos   hacia el principio llegaremos al mismo paraíso donde  está Dios como Divino Alfarero que amasando el barro con sus manos forma con delicadeza al primer hombre, el hombre es de barro, es polvo de la tierra, el Divino Alfarero ha moldeado al hombre a su imagen y semejanza y soplando en aquel hombre de barro le da un espíritu de vida, el hombre tiene un gran parecido a su Alfarero, se ha proyectado ahí su imagen, el Señor Dios Creador es un alfarero, después será un humilde carpintero.

    Por ello el hombre en forma instintiva sentirá siempre un gran interés  y atracción por el barro, heredando esa capacidad creadora de su Divino Alfarero  el hombre da forma a su mundo con el barro, y particularmente  viendo al barro como un espejo  proyecta en él su propia imagen y semejanza, nada distingue tanto a Tonalá como sus miles de alfareros  que trabajan el barro con tantas técnicas y estilos, nadie aprecia tanto el barro como Tonalá,  pero en Coyula Matatlán estaban esos talleres de alfareros milenarios que dejaron en sus obras de barro la historia de su vida, los lenguajes y escrituras de la cerámica de la zona arqueológica de Coyula.

 

  Habíamos estado un tiempo en los vertederos de San Gaspar de las Flores, se decía que los pobladores indígenas más puros de Tonalá eran los indígenas de San Gaspar, en efecto, la mayoría de sus pobladores tenían hermosos rasgos indígenas, algunos de sus habitantes eran también pepenadores  o vendían comida, mientras que en el pueblo de Coyula se veía en sus pobladores un mestizaje, cuando nos cambiamos a Coyula Matatlán éramos como algunos 500 pepenadores, de estos alguna cincuenta familias construyeron sus casitas de platicos y telas  en torno  a los montículos  y vivían ahí de forma permanente haciendo una vida ordinaria, Coyula Matatlán era su pueblo. Cuando comenzaron a sacar la maquinaria pesada   la multitud de monitos de aquellos montículos me quedé sumamente asombrado, las figuras que salían se parecían extraordinariamente a nuestros compañeros nativos de San Gaspar, uno de los rostros de mujer que le luego supe que le llaman estilo ameca  era como una fotografía exacta de una compañera de San Gaspar inclusive el color pálido y alargado de  su rostro, sus ojos, su boca y la forma de sonreír  era una copia  sorprendente de aquellos monitos que salían en Coyula Matatlán.

   Hace 10  años investigando en el Archivo Histórico de Jalisco que está por la avenida Alcalde vi unos documentos de 1690 donde hablaban sobre San Gaspar donde refiere que el pueblo original se llamaba Tacuestla y que estaba  más cerca de la Barranca , pero fue trasladado al sitio que tiene ahora  San Gaspar, la población de Coyula actual tiene rasgos mestizos, a diferencia de San Gaspar que muestra su mayoría de población hermosos y originales rasgos indígenas, por lo cual  podemos fundamentar inicialmente que Tacuestla o San Gaspar tuvo una descendencia más directa de esos pobladores de Coyula Matatlán milenario quienes edificaron esa arquitectura prehispánica que hemos descrito, para reafirmar un poco más esta tesis inicial  he de decir que me toco rescatar de las bandas de la máquina  en Coyula Matatlán unos restos que parecían de un hombre o tlatoani  por los objetos encontrados, la figura representaba a un hombre sosteniendo en sus manos un palo o vara y llevaba un caso con cuernos, su rostro no era como el de las mujeres sino que expresaba seriedad, pues bien, había un compañero pepenador de San Gaspar que se parecía al cien por ciento  a ese monito que rescate en parte fragmentado, parecía entonces que el pueblo de Coyula Matatlán después de mil años sus descendientes volvían a vivir en ese pueblo, ese pueblo volvía a tener vida con aquellos mismos rostros, por ellos podíamos entender cómo eran y vivían aquellos habitantes de Coyula Matatlán milenarios y que tuvimos en nuestras manos  sus cráneos a quien respetuosamente les dábamos sepultura en la parte baja de la Barranca, las figuras que parecían hablar y tenuemente sonreír expresaban con su lenguaje quiénes y cómo eran, como vestían, cómo se adornaban, cómo tejían su ropa, a qué se dedicaban, que animales tenían, cuáles eran sus armas, etc. En ese pueblo milenario de Coyula Matatlán había una multitud de alfareros y artesanos que trabajaban la piedra para los metates y la obsidiana, por el nombre de Matatlán que es el primer pueblo milenario que colindaba con Coyula Matatlán hace referencia por el nombre a la piedra para hacer metates,  mientras que la obsidiana se encuentra en abundancia a partir del cerro del Colli y se extiende en abundancia hasta el cerro de Tequila, estaban también los arquitectos que realizaron sobre todo la gran pirámide que está en la parte baja del vertedero, tiene aparentemente  tres plataformas sobre puestas y en la superior me tocó ver escaleras talladas en piedra parecida a la cantera como ya lo he expresado pero lo repito por su importancia.

   La ofrenda funeraria se corona con una  imagen en barro del difunto, el hombre proyecta esa capacidad creadora de sí mismo, de hacer y proyectar la imagen de su cuerpo  al barro, con lo cual el cuerpo del hombre se momifica, se fosiliza, se petrifica, con ello trasciende a la descomposición del cuerpo y se eterniza, este es un tema muy extenso ver cómo la arqueología   desemboca por los hermosos  monitos en la antropología.

   Donde por cierto,   las figuras antropológicas prehispánicas del Occidente de México son mucho más apreciadas en el mundo del arte  que la mismas figura de la cultura maya o las del altiplano particularmente por su sencillez y la fuerza de la expresión especialmente  de su rostro, podemos ver por ejemplo que las  figuras mayas  y aztecas  están excesivamente cargadas de adornos, de exóticos tocados y complejas vestiduras, se da más importancia a todos aquellos arreglos y se descuida la expresión del rostro, todos aquellos tocados y adornos ahogan el rostro,  en cambio las figuras del occidente de México  tienen un cuerpo  con muy poca ropa  o muchas veces desnudo, el cuerpo en la mayoría de las veces es  trazado de forma descuidada pero con una grandísima y bella expresión en el rostro, es esa la monumental riqueza de la antropología del Occidente de México pocas veces explotada.

 

EL LENGUAJE Y LA ESCRITURA

DE LA CERÁMICA MILENARIA DE COYULA MATATLÁN

     Un tema particular son los alfareros milenarios  que debieron abundar en Coyula Matatlán, ellos hacían en barro todos los objetos que se usan en la cocina, desde cantaros, ollas, platos, jarros, cuencos, etc. Pero muy especialmente hacían los monitos o figuras que contaban gráficamente su historia, ellos tenían un lengua particular que lamentablemente desconocemos, pero el alfarero milenario de Coyula Matatlán plasmó en los objetos y figuras de barro  mediante sus formas, colores y adornos con pinceles  un incipiente y rudimentario lenguaje, un “escritura” que cuenta su historia, así como el mudo se expresa y habla con los dedos de la mano y el ciego lee al tocar con sus dedos su escritura, así también nosotros debemos saber leer esos distintos lenguajes que hablan y gritan sobre la historia milenaria de Coyula Matatlán.

   La zona arqueológica de Coyula Matatlán hubiera ayudado a entender y valorar más la cerámica Tonalá  una de las más bellas de México y el mundo, desde esta lógica valían más las piezas de cerámica de los colegas pepenadores que la gran pirámide de Etzatlán en Guachimontones que miden su grandeza por los miles de turistas que la visitan, Coyula Matatlán hubiera sido un centro turístico, ambiental  y cultural un millón de veces más importante que Guachimontones.

   Esta cerámica milenaria de Coyula Matatlán  como semilla fecunda  y de fuertes raíces proyectándose sobre los distintos tiempos y edades de Tonalá , desembocando particularmente en los tiempos contemporáneos donde miles de talleres  de cerámica en Tonalá con las más diversas y admirables técnicas  producen millones de piezas  que se extienden por México y el mundo, demostrar esta monumentalidad de la cerámica Tonalá es relativamente sencillo, trataremos más bien de ver la profundidad antropológica y teológica de las ofrendas de cerámica en Coyula Matatlán.

 

 

 

 

 

 

 

 

 LA MONUMENTALIDAD DE LA CERÁMICA DE TONALÁ

     ¿Dónde está entonces la monumentalidad de la cerámica Tonalá? Para tratar de responder a esto  veamos las miles  piezas de cerámica que rescataron cientos de pepenadores.

   Muchas de las piezas de cerámica rescatadas de las bandas de las máquinas pesadas de Coyula Matatlán eran como platos o cuencos de muy variados colores y técnicas, estos miles de piezas en forma de cuencos y platos  tenían en su gran mayoría tres patas que podían ser pequeños o verdaderamente grandes que parecían cuernos, (a esto le llamaríamos bases tripie de la cerámica ), estos últimos eran huecos y tenían un orificio en la parte alta de esas patas o cuernos, estas piezas de cerámica no se apoyaban directamente  en el piso sino que quedaban elevadas, alzadas, esto nos revela un gran misterio antropológico y teológico.

   Tenemos por ejemplo que todos los animales al comer  o beber , no necesitan platos o  vasos, ni cocer su comida al fuego y sin embargo así viven , los platos y los vasos son una cuestión  netamente antropológica a su primer nivel del cuerpo, pero el hombre no solo es cuerpo  sino también espíritu , el plato y vasos al elevarse  hablan no solo del cuerpo sino la elevación del espíritu, esas piezas de cerámica trascienden más allá de la muerte por ello eran depositadas como ofrenda de los muertos, la ofrenda es levantada, esa elevación o levantamiento hacia lo alto, hacia el cielo, no hacia al abismo de la tumba, donde el hombre horizontal “duerme”, la elevación  en la pirámide y la base tripie  de la cerámica tienden  a la elevación, a la verticalidad, a la vida, al cielo.

   Ampliemos un poco más lo anterior desde la metodología de la nueva escuela arqueológica de Coyula Matatlán gracias a la exaltación y elevación del Señor de la Historia en la Cruz, para ello retomemos el parto de esta escuela:

        La geometría arquitectónica de Coyula Matatlán. Ha quedado  un paredón vertical  en el montículo que ha derribado parcialmente el Camarón con su poderosa máquina Komatsu, este paredón alto y amplio tiene una forma triangular  que topa en su parte baja con una beta de barro , en el centro de esta pirámide triangular o cónica ha quedado un hueco, cueva o puerta por la que ha entrado nuestro colega Pedrín y siendo “sepultado ha muerto” , es la puerta estrecha y asombrosa para entrar al mundo desconocido de los muertos, hacia el Mictlán, los platos y objeto de barro tienen también con sus tres patas esa elevación piramidal, esa base del tripie  vuelve al plato o cuenco una ofrenda, la espiritualiza, el comer y el beber del hombre se vuelven sagrados, esto toma un profundo significado teológico  con el Maestro y Señor de la Historia  Cristo Jesús cuya elevación o exaltación en la Cruz lo vuelve un sacramento  en la cena Pascual, en la institución de la Eucaristía, esta relación entre una sencilla y ordinaria mesa con comida y bebida y su relación con la muerte en la Cruz, con su exaltación, con ello la mesa se ha vuelto sagrada, la mesa y los platos y vasos se han alzado como un altar que solo a la luz de la Eucaristía toma pleno significado una actividad tan sencilla como el comer y beber, por ello la cocina es sagrada, es significativo que la cocina mexicana es patrimonio cultural de la humanidad, esta misma categoría debería de tener la cerámica Tonalá.

    Los   cementerios de la sociedad de consumo  en Coyula Matatlán donde usaron  platos y vasos instantáneos y desechables, esos utensilios desechables no llevan esos tripies en su base, es una sociedad materializada,  sin espíritu, muerta, sin preocupación por la otra vida, son millones y millones de ofrendas desechables que se ponen en torno al cadáver de nuestra sociedad de consumo, de nuestra sociedad de la comodidad y el bienestar donde la felicidad se compra en bolas y paquetes desechables y moldean en plástico sus  dioses de la comodidad y el bienestar.

 

      La estructura piramidal arquitectónica  es un subir del espíritu del hombre al cielo, mientras que el cuerpo desciende al abismo de la tierra o de la Barranca, esas ofrendas sobre platos elevados o alzados los necesita el difunto en su tránsito hacia la otra vida, la muerte es solo un paso para que la vida del hombre continúe,  el abismo de la barranca y al fondo el río Lerma Santiago que algunos reconocen como el Chicanohuapan, ese abismo  y niveles de la Barranca que representan  niveles del inframundo necesitan ser cruzados por el difunto para llegar al Mictlán.  el hombre de barro vuelve a recrearse en el barro cocido al fuego, petrificándose, eternizándose, la vida del hombre no puede ser destruida, se eleva sobre ese suelo o abismo, sobre la tumba de la barranca  , esto mencionado de forma breve transforma el  concepto de la tumba prehispánica mexicana  y dignifica la tarea arqueológica, el arqueólogo ya no es un simple sepolturero o muertero como Galván, por  eso hablábamos de un parto de la nueva escuela arqueológica de Coyula Matatlán para construir gracias al Señor de la Historia una arqueología viva, que tienda no al pasado sino al futuro, a la elevación y trascendencia del espíritu del hombre mientras que el cuerpo vuelve al polvo del que fue formado.

 

  En este primer capítulo que es una mera introducción general podemos ver gracias al Señor de la Historia Cristo Jesús que absurdamente se intercambian plataformas y pirámides prehispánicas por plataformas y pirámides de basura, se entrelazan el cementerio prehispánico y el cementerio de la sociedad de consumo, se anudan en un nudo gordiano el pasado y el futuro, el reciclar del tiempo y el espacio bajo estas nuevas metodologías de escuelas edificadas de basura para desconcertar a sabios y entendidos.

    Cuando en el año 3000 y si todavía quedan algunos hombres con vida en el Valle de Atemajac y descubren por casualidad el cementerio de la sociedad de consumo de Coyula Matatlán quedarán horrorizados al comprender por las ofrendas que ahí se encuentren  que fue la razón del   inició de  la destrucción de lo que un día fue la gran ciudad de Guadalajara, la terrible y criminal sociedad de consumo.

       Al tratar de reafirmar algunos puntos centrales del primer capítulo vemos entonces que sobre la “tumba” de la Barranca se ha edificado las tumbas prehispánicas que a su vez han sido recicladas y cubiertas  mil 1500 años después por el cementerio de la sociedad de consumo , ahí se entierra el cadáver de la sociedad instantánea y desechable, el cráneo del consumismo  urbano industrial, a las capas geológicas de la barranca que son mundos desconocidos  sepultados unos a otros por capas continuas, se ha agregado ahora una capa de 30 a 50 metros  de basura que desprenderá por siglos vapores azufrados y tóxico, escurrimientos ácidos, son nuevos tiempos y eras, vemos entonces ahí  en Coyula Matatlán tres cementerios  entrelazados: el cementerio del abismo de la barranca y sus capas geológicas o mundos desconocidos , el cementerio prehispánico  Coyula Matatlán y el cementerio de la sociedad de consumo, estos mundos  o cementerios están en conjunción  continua no en forma estática sino dinámica, el pasado y el futuro devorándose y destruyéndose el uno al otro.

 

 

 

 

LA BARRANCA TONALA-HUENTITÁN

Y LAS EMIGRACIONES DE LA PROTO GUADALAJARA

   

       Ese abismo, esa tumba de la Barranca Tonalá-Huentitán  será el seno donde se gestarán las distintas  Guadalajaras, de Nochistlán emigra a Tonalá, de Tonalá a Tacotlán, y de Tacotlán al Valle de Atemajac teniendo como eje rector a esa Barranca Tonala-Huentitan  o Barranca del Río Santiago o Chicanohuapan que era la división entre los territorios de la Nueva España y la Nueva Galicia, entre las propiedades de Hernán Cortés y Nuño de Guzmán,  Guadalajara queda al final en territorio de Hernán Cortés pues Nuño de Guzmán había sido tomado preso y llevado a España al igual que Tenamaxtli.

  Por ello y gracias al Señor de la Historia en ese reciclar del espacio y el tiempo se recicla y actualiza la conquista de los españoles, aquellas armaduras, espadas y cañones ahora fundidas  y recicladas forman el fierro de las máquinas pesadas que han destruido la zona arqueológica de Coyula Matatlán, a  500 años de la llegada de los españoles  a Tonalá  Guadalajara española sigue destruyendo la cultura indígena tonalteca con aquellas mismas armas ahora fundidas y recicladas.

 

 

 

TONALÁ 500 AÑOS

   Faltan tan solo 5 años para cumplir 500 años de la llegada de los españoles conquistadores a Tonalá  aquel 10 de marzo de 1530, este jubileo puede pasar desapercibido para la mayoría de la población, inclusive para los propios tonaltecas, pero no para los que se dicen historiadores, arqueólogos , antropólogos  y cronistas de Jalisco, es el tiempo  fecundo en que puede brotar una colorida primavera histórico arqueológica en Guadalajara , la gestación de nuevas escuelas como es el caso más dramático de la escuela arqueológica Coyula Matatlán.

   Si INAH Jalisco no pudo proteger lo que está a su lado como lo es Coyula: ¿Podrá proteger lo que está  a cientos de kilómetros en Jalisco  en lejanas e inaccesibles sierras, bosques y selvas?, si el INAH Jalisco no pudo rescatar la cerámica milenaria en Coyula   tan importante para comprender y valorar la cerámica Tonalá que es de gran importancia en México y el mundo: ¿Le interesara  rescatar zonas arqueológicas perdidas entre distantes montes y pedregales  junto con pueblos olvidados de Jalisco?.  Si el reino indígena de Tonalá era tan importante como el pueblo Azteca y el Tarasco y a pesar de esto no es de interés e importancia para el INAH Jalisco: ¿Le importaran pueblos perdidos en la historia?  Si en Tonalá estuvo Guadalajara de 1532 a 1535 y es un tema que le tiene sin cuidado al INAH Jalisco: ¿Qué pueblo o ciudad de Jalisco sería atendido por el INAH Jalisco? Ningún pueblo indígena del occidente de México sería tan vital para entender el proceso histórico de  500 años de Guadalajara como lo es Tonalá pero eso nunca jamás y hasta el final de los siglos lo entenderá el INAH Jalisco.

 

  Quitémonos  esa venda de  los ojos, no nos engañemos más, despertemos a la realidad, el INAH Jalisco es desde hace muchos años tan solo un cadáver viviente, momificado,  ni en 50, 100 o 1000 años defenderá y rescatara verdaderamente el patrimonio arqueológico de Jalisco, el INAH Jalisco no moverá un solo dedo por el rescate arqueológico de Coyula Matatlán, el INAH Jalisco está muerto y hacemos buena obra en darle cristiana sepultura precisamente en  esos  tres cementerios en Coyula Matatlán que hemos mencionado, por eso este sencillo primer capítulo lo terminamos  con los rezos finales de su novenario, por esos nueve puntos que debe de cruzar el difunto para llegar al Mictlán… Ave María, gratia plena… Dominus técum; … benedicta tu in muliéribus…¡resquiescat in pace!..¡Amén!...

¡Están listos los tamales y el atole!

 

  A casi  500 años de la llegada de los españoles a Tonalá junto con los primeros evangelizadores   que dan a su vez inicio a las celebraciones anticipadas a los 500 años de Guadalajara debido a las emigraciones de esa proto Guadalajaras, es necesario plantear nuevas escuelas arqueológicas e históricas en Jalisco, este bosquejo y borrador inicial de este sencillo ensayo titulado: “TONALA 500 AÑOS 1530-2030 LA DESTRUCCIÓN DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA DE COYULA MATATLÁN”   gracias al Señor de la Historia, tienen ese objetivo y propósito.

    Este primer capítulo que es un borrador inicial, es una mera introducción general de este sencillo proyecto, Si Dios nos lo permite y ayuda mediante el Señor de la historia Cristo Jesús continuaremos con el capítulo número dos con temas más concretos y precisos.

 

                                            Pepenador del Vertedero Coyula Matatlán

                                                            Juan Ángel Peña Enríquez

 

 

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