EL PAPA JUAN PABLO II EN OBLATOS
EL PAPA FRANCISCO EN MÉXICO
Y LA FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA MEXICANA
El misticismo en las grandes ciudades, la
Nueva Evangelización en los mundos virtuales.
En otros sencillos ensayos hemos definido
monasterios subjetivos: Uno de ellos es la Creación: La Barranca de Oblatos que
da la espalda a la gran ciudad, la contemplación de las maravillas de Dios, la
belleza de los paisajes, las esculturas o arte de Dios, la belleza divina vista
en la portentosa Creación, su oposición al proceso urbano e industrial que
buscan su exclusión y destrucción, en ellos cultiva y hunde sus raíces las Primaveras
del Mundo, la Primavera Filosófica, la reflexión y la responsabilidad del
hombre en nuestra situación actual y concreta, este misticismo de la creación
es una expresión del orden y de la apreciación estética, la vida maravillosa de
millones de especies muchas de ellas en grave peligro de extinción y que ponen
en peligro la propia vida del hombre.
Por otra, hemos definido los Monasterios del
Arte, particularmente de la pintura y la escultura, el arte que es creación y
contemplación, el arte en los barrios perdidos de las grandes ciudades, el arte
que busca la belleza, esa implicación filosófica entre bello y lo divino como plenitud
de luz y vida, toda el paisajismo maravilloso de la creación como la belleza en el arte termina siendo una
cuestión teológica.
La visita del Papa Juan Pablo II a Oblatos,
la reciente visita del Papa Francisco a México hace concreto el camino y los
pasos de esa Nueva Evangelización ante los retos, desafíos y problemas que
sufre México y que obliga a construir esa Teología Mexicana, encontrar esas
respuestas a lo que nos amenaza.
La visita del Papa a la Virgen de Guadalupe y
su visita a Chiapas es fundamental para
entender los trazos iniciales de esa teología, uno representa el mestizaje y
otra la cuestión indígena, la esencia y raíz de nuestro pueblo, la incipiente
Teología Indígena que debe de ser plenamente comprendida para emprender una
Nueva Evangelización, para ello se necesita un nuevo modelo histórico, la reinterpretación
histórica de México, las raíces y cimientos indígenas donde se asienta la cultura mexicana, la
colorida arte mexicana, el arte se sujeta a criterios históricos que dan esa
identidad nacional.
La visita del Papa Francisco a la Virgen de
Guadalupe, ese monasterio de la creación que hemos citado en párrafos anteriores se puede sintetizar en las flores, gracias a
su color, su geometría, su perfume y es común que nuestros altares se adornen
de flores y son las flores como expresión de belleza y vida que acompañan
muchos de los momentos celebrativos del hombre, esto toma con la Virgen de
Guadalupe un profundo sentido teológico, las flores, las rosas en la tilma del
indio Juan Diego crean, forman a la mujer, en este sentido se tiene una
creación y un paraíso mexicano, una concepción teológica mexicana, la
antropología mexicana, el hombre mexicano como Adán del que de su costado de su Tilma se crea esa mujer, el hombre mexicano tiene
su identidad profunda en su cultura indígena milenaria, tan antigua como otras
cultura del mundo como China, Egipto, Babilonia, etc. Lamentablemente es historia
destruida y distorsionada, ese nuevo modelo histórico reinterpreta y reconstruye
al hombre mexicano, esta luz fue ensombrecida con la antigua evangelización que
pretendió destruir la cultura e historia original e imponer los modos y estilos
de la cultura del viejo mundo, la cultura europea, por ello el Papa Francisco
pidió perdón a los indígenas en Chiapas
y oró en la tumba del Obispo Samuel Ruíz que acompañó el movimiento indígena
en Chiapas encabezado por el filósofo Marcos.
La identidad indígena es una cuestión de
revaloración o reinterpretación histórica, las raíces con el indígena Juan
Diego que alcanza la santidad, el primer indio santo, esto es un trazo del arte
mexicano que se transforma en proyección teológica: El arte sacro mexicano, la belleza
de la mujer mexicana se teje desde esa visión pictórica, la Frida mexicana, la
plena belleza de la mujer mexicana que gracias a la auténtica revolución y
liberación del arte queda libre de las poderosas empresas trasnacionales de los
cosméticos y de la “belleza” , libre de las cadenas de las mafias de la pornografía
y la prostitución , el arte, la estética en la mujer es liberadora , la mujer
no puede ser manipulada o instrumentalizada.
La Filosofía y Teología mexicana como
principio creador, del Génesis, historia particular capaz de engendrar, de dar
vida, la familia mexicana, el pueblo de México, este concepto de la vida y la
existencia como principio de la reflexión filosófica particular, del ser, de la
vida en contraposición de la nada y de la muerte, el existencialismo
postmoderno mexicano ante la cultura de la violencia y de la muerte globalizada, la propia visión del mexicano
sobre la muerte.
Esta base existencial, del ser mexicano es el
cimiento de toda construcción
filosófica, la creación de la mujer o Eva mexicana es su germen,
gestación o génesis teológico, el inicio o fundamento de la reflexión
teológica, el arte entra a ese proceso de gestación antropológica que enmarcan
esa visión antropológica y psicológica del mexicano.
En este sentido la transformación de las
rosas de la tilma del indio se transforma
en el Arte Sacro Mexicano, el arte sacro como contemplación de los bello que
envuelve toda la historia que se ha hecho vida en la cultura y arte mexicana,
en las tradiciones y costumbres, en la religiosidad popular, en la fiesta
mexicana, por ello el Papa Francisco en México antes de ser reflexión teológica
es fiesta colorida mexicana en que se ha transformado la propia historia de
México en torno a esa maternidad Divina
de la Virgen de Guadalupe, es decir el Papa Francisco es ante todo familiar,
de nuestra propia casa, el valor
fundamental de la familia, del Pueblo mexicano.
Esto es fundamental porque da fin al
centralismo teológico europeo y nos da luces claras para esa Filosofía y
Teología Mexicana que encuentra en su propia reflexión histórica la explicación
de su propia existencia y de su ser, lo
que fue, lo que es y lo que puede ser, la memoria histórica que lo proyecta
hacia el futuro, la filosofía ha iluminado el proceso histórico milenario
mexicano como uno de sus grandes tesoros no en cuanto atada a un pasado sino más bien lo que le permite avanzar y construir
el futuro.
De este modo este concepto del arte saco
mexicano , del arte sacro latinoamericano
puede cultivarse y florecer ese Renacimiento o Primavera Teológica y redefinir
esas nuevas órdenes , misiones,
misticismos y monjes , tales monjes ya no están encerradas en grandes conventos o
monasterios sino siendo sal y luz,
levadura en la mas, en el corazón mismo de las grandes ciudades urbano
industriales, siendo vanguardia en el arte, en la humanización de la ciencia y
la tecnología, dando respuestas a las inquietudes y problemas del hombre, por
ello ante esta sociedad de consumo, del espectáculo, de la indiferencia y el
desencanto se ha reavivar esas preguntas fundamentales de la existencia humana
como el dolor, la belleza, la muerte que ciertamente hoy son más actuales que
nunca y que no han sido resueltas por la ciencia y el pensamiento científico,
en este desierto espiritual de las grandes
ciudades han de surgir esas coloridas primaveras filosóficas y teológica.
Esta filosofía mexicana, de la vida, es orgánica, ordenada y estructurad, cósmica, no
antropocéntrica o del centralismo urbano industrial, el hombre como parte de un
sistema biológico, integrado a esa creación de todo ser viviente, no solo del
hombre, no solo de la ciudad.
Esta concepción y parto teológico de la tilma
del indio que constituyen la familia como cuestión de gran valor de la cultura
mexicana, la visión mexicana de la sexualidad hoy tan desvirtuada y tratada como una mercancía de la sociedad
desechable, de la sociedad de consumo, el valor de la familia tan confundida,
sujeta a ciertas modas y modos que resultan graves atentados contra la verdad y la vida y en la que los fieles laicos hemos sido
indiferentes y que se nos puede señalara
como irresponsables ante nuestro
silencio.
fotografía Albert Watson
Esta cuestión de gran valor de la cultura
mexicana no comprendida, malinterpretada
y manipulada ocasiona por ejemplo que
Fromm realice un trabajo de pésima
calidad utilizando la ideología y
metodología del psicoanálisis para
tratar de entender al mexicano, lógicamente resulta un fracaso.
La Nueva Evangelización ha de cuidar que la presencia
de la Virgen de Guadalupe no opaque la figura de Cristo Jesús el Señor, pues la
misión de la Virgen es llevar a Cristo y no a la inversa, esto parece ser un
signo dominante de la cultura mexicana que facilita ahora no la construcción de
matriarcados sino de una feminicracia, la nueva cultura violenta de la mujer en que se ataca y desaparece el hombre. Por un lado vemos en
la cultura mexicana ese presencia maternal (Virgen de Guadalupe, de Zapopan, de
Talpa, de San Juan de los Lagos) y por
otra el machismo mexicano, el macho charro y mariachi que parece más bien un
aspecto folklórico , esta femenicracia parece definir las líneas dominantes de
la cultura del nuevo milenio y siglo y en el que hemos de poner un cuidado
especial , es decir no se puede tener a la Virgen de Guadalupe como culmen de la fe mexicana
y no ser modelo ejemplar para la
propia mujer mexicana en las distintas épocas particularmente en esta sociedad
neoliberal , sería eso una grave contradicción
sumamente cuestionable .
En cierto modo esa es la base de las contradicciones
de nuestra fe, un México católico sumido en la pobreza y la explotación, un
pueblo lleno de fe pero indiferente a los problemas de nuestra sociedad y de nuestro
mundo, una Latinoamérica católica que no tiene filósofos y teólogos, que
rechaza y se opone a la reflexión ¿Cómo pude ser entonces el Continente de la
Esperanza? ¿Cómo puede evangelizar un mundo y una sociedad dominada por la razón y los principios de la ciencia y el
pensamiento científico?, es esto lo que cuestiona pos sí mismo el catolicismo,
un México creyente como lo ve el Papa Francisco
pero donde reina la injusticia y la pobreza , la incoherencia de la fe,
lo absurdo del México Católico que tolera la explotación, la dependencia, los
neocolonialismo, el narcotráfico, la injusticia contra los migrantes, la
violación de los derechos humanos, los crímenes y atentados contra la
naturaleza, el cinismo, la corrupción política, etc. Esto es inadmisible e
injustificable, nuestra fe como lo da a entender el Papa Francisco no es
entonces un atractivo turístico y folklórico, ni una fiesta de la visita
Papal sino que ha de ser el
instrumento de nuestra transformación
social e histórica , de respuesta y compromiso de nuestros grandes problemas y
necesidades, en este sentido la fe no es una cómoda contemplación de éxtasis
espiritual sino de ver el rostro sufriente, el dolor y la explotación de
nuestros hermanos, la miseria del hombre, del mismo modo el arte no es esa búsqueda
de la belleza como negación y complicidad de un mundo en destrucción sino de abrir los ojos a las realidades del
mundo, despertar nuestra responsabilidad
y compromiso.
Juan Ángel Peña
Enríquez
Muchas gracias, unos do o tres temas más y damos fin a este blog, hemos iniciado otro que hemos titulado "Glorieta y Corredor Cultural Oblatos" que es hacer práctica y concreta esta teoría, gracias
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