domingo, 1 de mayo de 2016

413.- EL CHARRO Y LA SEXUALIDAD DEL MEXICANO

VICENTE FERNÁNDEZ DE HUENTITÁN
EL CHARRO Y LA SEXUALIDAD DEL MEXICANO
    Su sevidor, como aprendiz de pintor trataba de pintar algunos caballos, pero ninguno de ellos me agradaba, había gestos, poses  y actitudes que revelaban alguno profundo, traumático, todos esos modelos de caballos que trataba de pintar estaban domados, amansados: ¿Por qué revelaban esa imagen tan patética y triste?
  En realidad debería de pintar en su estado natural, indomables, libres, vivos. El caballo cuando es atacado por algún felino como un puma  lo ataca por la espalda, la espalda o lomo  es sumamente sensible, parte ciega,  la más indefensa, por ello el caballo al reparar trata de quitar todo aquello  de su lomo  que significa para el peligro, miedo y terror.
    El proceso de domar o amansar un caballo es un proceso de tortura, desde el momento que el hombre lo monta, el lazo que lo sujeta  y no lo deja correr  hacia su libertad, el freno, la cuarta que lo azota, la espuela que le punza, hasta que el miedo, el dolor y la llaga de la herradura  lo vuelven un ser totalmente dañado y vencido, sujeto a la voluntad absoluta del hombre, el caballo ha quedado traumatizado ante el hombre de por vida, el daño y trauma es profundo , responderá a cualquier gesto o seña de su amo, por ello al tatar de pintar un caballo domado asoma ante todo el miedo, el trauma,  el cansancio, el sufrimiento, la tristeza, la voluntad del caballo la tiene ahora  el hombre, el hombre se ha apropiado de su estatura, de su fuerza, el hombre se siente más alto , veloz y fuerte, agresivo, inquieto, nervioso, caballo y hombre terminan  por formar un solo ser.
  Esa fuerza y velocidad del caballo luego se verá reflejada  en medio del combate , de la guerra, del terror y de la muerte, el caballo de ha vuelto una máquina de guerra y de muerte, el trauma del caballo llega a su máxima expresión llevada por la voluntad ciega del hombre, por sus luchas y conquistas  para explotar  y esclavizar a otros hombres, en ello entendemos la expresión de los caballos de Gabriel Flores, González Camarena y Orozco, son caballos expresivos en medio del combate, entre la vida y la muerte, la guerra no es una liberación para la esclavitud del caballo sino la propia muerte, esto tiene cierto parecido con el arte terrible de la “fiesta” de toros donde  en el toro agonizante encuentran la máxima belleza del toro, esta herencia sanguinaria de la cultura española marca profundamente la personalidad patológica del mexicano.
   La conquista de los españoles de México se debió en gran pate a los caballos, el indígena percibía aterrado que eran un solo ser terrorífico con armas de fuego y espadas  que extendían por todas parte la desolación y la muerte , la conquista de los indios mexicanos  a quien se tenía como animales se seguía el mismo método para domar caballos:  causar profundos dolores y traumas  hasta reducir la voluntad  a dóciles esclavos, este terrible trauma histórico  ha perdurado hasta nuestros días, argumentaban que el indio al igual que el caballo era un instrumento de trabajo, irreflexivo y sin alma, un ser salvaje y brutal que debería de ser exterminado o al que se le debería de domar con el freno, el hierro, la cuarta o el azote, la tortura, destrucción y traslados de pueblos, etc. El rostro y la cultura mexicana perdió su libertad y dignidad, la belleza de su raza, termina siendo un dócil sirviente y esclavo,  esta historia no ha sido cambiada.
   Si el indio es un animal  que adora ídolos entonces debe de borrarse y destruir su historia, quebrar su ídolos, poner un freno y silenciar su lengua, este es el gravísimo trauma histórico que determinó la psicología del mexicano.
   El sanguinario conquistador español montado a caballo necesita justificar teológicamente  esta imagen de de destrucción y muerte y monta a  caballo a Santiago Apóstol que mata primeramente moros  y en México indios, el exterminio de infieles e idólatras está justificado.
   Santiago Apóstol se hace presente  montado a caballo en las conquistas del Occidente de México, en el combate  contra los tonaltecas  o en la Guerra del Mixtón que a diestra y siniestra  mata indios abriendo el camino a los soldados españoles para que sigan su ejemplo.
   Aún hoy en Tonalá vemos la Fiesta de Santiago Apóstol  y la Danza de los Tastuanes, los tastuanes con máscaras y Santo Santiago a caballo, el trauma histórico es profundo  y no puede ser superado, los tastuanes llevan terroríficas máscaras, el indio ha perdido su rostro, su identidad, su historia, no sabe quién es  ni de dónde viene ni a donde va, en su inconsciente que es u historia o memoria  parcialmente borrada seguirá luchando contra ese ser  mitad hombre, mitad caballo, un ser mitológico y divino.
   Con la Independencia y Revolución Mexicana el indígena mexicano se apropia de aquello que por siglo le aterró, fue el instrumento y símbolo de su opresión y esclavitud, pudo por fin montar a caballo, sentir aquello que sentía su conquistador, su señor y amo, el indígena descarga  su resentimiento y odio  contra el caballo , descarga en él su recelo histórico , experimenta  en el caballo la libertad , en ello hunde su raíces el charro mexicano, la charrería que se vuelve un símbolo y parte de la identidad profunda del mexicano, como paradoja el mexicano experimenta la libertad con aquello que históricamente fue su opresión, lo que lo traumatizó por siglos  y un animal lo hace instrumento de su valor y su libertad, creo que la psicología y filosofía mexicana ha de partir de este concepto para determinar la libertad del mexicano y no en conceptos como los plantea la psicología de Fromm en su Miedo a la Libertad.
   El caballo representa el valor, la transformación del hombre  para enfrentar el miedo, el miedo de siglos, el español con el caballo duplica su estatura mientras que el indio está a pie y descalzo, el sentido de la inferioridad de razas y del espacio, el malinchismo del mexicano ante los europeos, la inferioridad del mexicano forjada como el domar del caballo  por 300 años, al vencer esa inferioridad el mexicano tiene ahora el valor, el valor de un hombre: el macho mexicano inseparablemente unido al caballo, por eso se dice “caballero” pero no aplicado  al macho mexicano que es ante todo instintivo e irreflexivo por lo tanto vive para el instante como los animales, el macho es instintivo, salvaje, al golpe, al grito , el mexicano sujeta su voluntad a sus instintos  en su forma más primitiva , la violencia del macho desbordada en la Revolución Mexicana donde mata sin saber las razones, la falta de la ideología de la Revolución Mexicana que termina siendo interpretada equivocadamente por los marxistas.
  Pareciera que en el domar  y dominio del caballo  el mexicano aprende a dominar sus instintos, su lado animal y salvaje, el cuerpo y espíritu del hombre, la reata  o el arte del charro ayudan a atar y desatar  esos instintos del macho , del dominio de la fuerza  del hombre especialmente su instinto sexual, el macho se reducirá a su fuerza  sexual , la violencia sexual de los machos, la familia patriarcal, el estilo psicológico tradicional del mexicano con profundos traumas históricos jamás resueltos.
  El charro, el macho mexicano alcanza su esplendo en el cine, la época de oro: Jorge Negrete y Pedro Infante, los medios de comunicación  y la cultura de masas que moldean los estilos de hombre mediante ídolos artísticos y musicales, el prototipo del mexicano.
  El hombre al pasar de niño a joven su cambio más notorio es la voz, la testosterona modifica y regula la voz del hombre  y será parte elemental del cortejo, el canto del hombre que busca y seduce a la mujer , el charro ahora es canto, el macho se reduce a un aspecto de la sexualidad  como expresa Francisco Peña, el surgimiento y esplendor del mariachi que lleva serenata a la mujer, el ídolo cantor irresistible para las mujeres y el modelo antropológico del mexicano, esas imágenes forjaron esa identidad folklórica por el que el mexicano es conocido  falsamente en el mundo y nos hace tanto daño.  
  Ya hemos explicado en otras parte la relación entre el floreo de la reata  y el órgano sexual del mexicano, el hombre crece en torno al cordón umbilical, este concepto es el que gesta la visión mexicana del hombre, llegada a su perfección con la explicación del Señor a Nicodemo, el nacimiento del hombre celeste, esto último es un tema aparte que si Dios nos permite los desarrollaremos posteriormente.
    El charro mexicano desata ese instinto sexual, todo aquello que lo limitaba o frenaba y da rienda suelta a esa violencia, el charro monta a la mujer mexicana para dominarla  como doma a su caballo, el acto sexual se define como una lucha de cuerpos y de voluntades donde domina el macho mexicano que a la fuerza somete, doma y vence la voluntad de la mujer, la voz del mariachi se reduce ahora a expresiones guturales  instintivas y biológicas que reafirman ese cuerpo único entre el hombre y la mujer , la sexualidad se muestra como una violencia instintiva, el instinto que se opone a la razón  como tema prioritario de la filosofía mexicana, es decir que el hombre mexicano no es un ser reflexivo por lo tanto no puede acceder a los niveles de la filosofía y teología lo cual es una falsedad. Los aspectos anteriores definían la familia tradicional, al padre y al macho, a la mujer dedicada  sus hijos  y a su hogar.
   Tal valor del macho mexicano se acentúa con el tequila, que desata ese carácter violento y agresivo , irracional,  los ídolos del cine de oro eran ante todo borrachos y mujeriegos y así debe de ser el mexicano, tal modelo impuesto fue de gran utilidad para un gobierno y un partido que no se cuestionaba los problemas sociales y políticos y le dio cierta estabilidad a México que resultó contraproducente al ligarse a aspectos meramente rurales que nada tenían que ver con las sociedades desarrolladas  del mundo como expresa Francisco Peña.
 Vicente Fernández es un continuador de Jorge Negrete y Pedro Infante, con sus canciones sigue difundiendo  por todo México este modelo cada vez menos inoperante del charro mexicano, del macho, esto pudiera servir para una amplia e interesante tesis  de Antropología Mexicana, el modelo del hombre mexicano, por ejemplo en la película del Arracadas que fue filmada parte en Huentitán el Alto y en la Barranca  se definen esos rasgos del mexicano tradicional, se canta, se ve el valor del mexicano que mata con gran facilidad  y aparecen claras escenas de la sexualidad que sirvieron de ejemplo al México rural tradicional.
  El retiro de Vicente Fernández es el fin de toda una era del macho y charro mexicano, la llegada de la grandes ciudades, los millones de automóviles, los medios de comunicación, la vida urbano industrial hacen inoperante esos viejos modelos tradicionales mexicanos.
  Brevemente diremos que la cultura norteamericana  toma dominio e influencia a través de millones de películas y nuevos estilos musicales que forjan nuevos hombres y sociedades, especialmente impulsa la Revolución y Liberación Femenina, estas culturas globalizadas ridiculizan lo nacional y tradicional e imponen en esa cultura de masas nuevas escalas de valores, nuevos estilos de hombres y de familia.
 Con ello surge una cultura anti machos, anti mexicana, los norteamericanos desarrollan la cultura del oeste, del viejo oeste, de los cow boys, de gran interés para los mexicanos por lo antes expresado de los charros, fundamentalmente aparece el pantalón vaquero, los Levis  de pantalón de mezclilla que se vuelve la bandera de liberación de la mujer de los machismos especialmente de los mexicanos, el 90 por ciento de las mujeres actualmente utilizan pantalón de mezclilla, pantalón vaquero, es quitarle esa historia de dominio brutal y salvaje del hombre , el pantalón de mezclilla como ya lo hemos tratado en otros capítulos  es rudo y tosco,  de color gris que quita a la mujer todo sentimiento de ternura y maternidad  sino que la hace ruda y tosca, el cinto y las botas junto con el pantalón de mezclilla exaltan las sentaderas  y niegan el embarazo, se ha dado el proceso de la masculinización de la mujer, , con el pantalón vaquero norteamericano como modelo monta sexualmente ahora al hombre y lo domina, el rol tradicional de la mujer mexicana ha desaparecido,  ahora las mujeres en su mayoría estudian y trabajan  y están lejos del hogar y de  uno o dos hijos que por lo regular crecen en guarderías, ya no hay familia, la familia y pueblos  tradicionales mexicanos han dejado de ser funcionales y tener sentido, estamos ante nuevos fenómenos y sociedades, necesitamos nuevos modelos históricos, filosóficos y teológicos que respondan a las necesidades y problemas urgentes de los mexicanos, el retiro de Vicente Fernández es el anuncio del fin de toda una época que sirvió de referente y ejemplo para los mexicanos, Vicente se retira y se encierra en su mundo, en su rancho, la antropología mexicana ha de avanzar  por nuevos caminos y horizontes, construir las sociedades y ciudades del futuro, el caballo permitió conocer el nuevo mundo, la nueva antropología mexicana ha de conquistar no por el instinto sino por la detenida y profunda reflexión los nuevos caminos y rumbos de la cultura, del hombre mexicano, retos y desafíos de la filosofía y teología mexicana del nuevo milenio y siglo.

                                                     Juan Ángel Peña Enríquez




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