VICENTE FERNÁNDEZ DE HUENTITÁN
EL CHARRO Y LA SEXUALIDAD DEL MEXICANO
Su sevidor, como aprendiz de pintor trataba de pintar
algunos caballos, pero ninguno de ellos me agradaba, había gestos, poses y actitudes que revelaban alguno profundo,
traumático, todos esos modelos de caballos que trataba de pintar estaban
domados, amansados: ¿Por qué revelaban esa imagen tan patética y triste?
En realidad debería de pintar en su estado
natural, indomables, libres, vivos. El caballo cuando es atacado por algún
felino como un puma lo ataca por la
espalda, la espalda o lomo es sumamente
sensible, parte ciega, la más indefensa,
por ello el caballo al reparar trata de quitar todo aquello de su lomo
que significa para el peligro, miedo y terror.
El proceso
de domar o amansar un caballo es un proceso de tortura, desde el momento que el
hombre lo monta, el lazo que lo sujeta y
no lo deja correr hacia su libertad, el
freno, la cuarta que lo azota, la espuela que le punza, hasta que el miedo, el
dolor y la llaga de la herradura lo
vuelven un ser totalmente dañado y vencido, sujeto a la voluntad absoluta del hombre,
el caballo ha quedado traumatizado ante el hombre de por vida, el daño y trauma
es profundo , responderá a cualquier gesto o seña de su amo, por ello al tatar
de pintar un caballo domado asoma ante todo el miedo, el trauma, el cansancio, el sufrimiento, la tristeza, la
voluntad del caballo la tiene ahora el
hombre, el hombre se ha apropiado de su estatura, de su fuerza, el hombre se
siente más alto , veloz y fuerte, agresivo, inquieto, nervioso, caballo y
hombre terminan por formar un solo ser.
Esa fuerza y velocidad del caballo luego se
verá reflejada en medio del combate , de
la guerra, del terror y de la muerte, el caballo de ha vuelto una máquina de
guerra y de muerte, el trauma del caballo llega a su máxima expresión llevada
por la voluntad ciega del hombre, por sus luchas y conquistas para explotar y esclavizar a otros hombres, en ello
entendemos la expresión de los caballos de Gabriel Flores, González Camarena y
Orozco, son caballos expresivos en medio del combate, entre la vida y la muerte,
la guerra no es una liberación para la esclavitud del caballo sino la propia
muerte, esto tiene cierto parecido con el arte terrible de la “fiesta” de toros
donde en el toro agonizante encuentran
la máxima belleza del toro, esta herencia sanguinaria de la cultura española
marca profundamente la personalidad patológica del mexicano.
La conquista de los españoles de México se
debió en gran pate a los caballos, el indígena percibía aterrado que eran un
solo ser terrorífico con armas de fuego y espadas que extendían por todas parte la desolación y
la muerte , la conquista de los indios mexicanos a quien se tenía como animales se seguía el
mismo método para domar caballos: causar
profundos dolores y traumas hasta
reducir la voluntad a dóciles esclavos,
este terrible trauma histórico ha perdurado
hasta nuestros días, argumentaban que el indio al igual que el caballo era un
instrumento de trabajo, irreflexivo y sin alma, un ser salvaje y brutal que
debería de ser exterminado o al que se le debería de domar con el freno, el
hierro, la cuarta o el azote, la tortura, destrucción y traslados de pueblos, etc.
El rostro y la cultura mexicana perdió su libertad y dignidad, la belleza de su
raza, termina siendo un dócil sirviente y esclavo, esta historia no ha sido cambiada.
Si el
indio es un animal que adora ídolos
entonces debe de borrarse y destruir su historia, quebrar su ídolos, poner un
freno y silenciar su lengua, este es el gravísimo trauma histórico que
determinó la psicología del mexicano.
El sanguinario conquistador español montado
a caballo necesita justificar teológicamente
esta imagen de de destrucción y muerte y monta a caballo a Santiago Apóstol que mata primeramente
moros y en México indios, el exterminio de
infieles e idólatras está justificado.
Santiago Apóstol se hace presente montado a caballo en las conquistas del Occidente
de México, en el combate contra los
tonaltecas o en la Guerra del Mixtón que
a diestra y siniestra mata indios abriendo
el camino a los soldados españoles para que sigan su ejemplo.
Aún hoy en Tonalá vemos la Fiesta de
Santiago Apóstol y la Danza de los
Tastuanes, los tastuanes con máscaras y Santo Santiago a caballo, el trauma
histórico es profundo y no puede ser
superado, los tastuanes llevan terroríficas máscaras, el indio ha perdido su
rostro, su identidad, su historia, no sabe quién es ni de dónde viene ni a donde va, en su inconsciente
que es u historia o memoria parcialmente
borrada seguirá luchando contra ese ser
mitad hombre, mitad caballo, un ser mitológico y divino.
Con la Independencia y Revolución Mexicana
el indígena mexicano se apropia de aquello que por siglo le aterró, fue el instrumento
y símbolo de su opresión y esclavitud, pudo por fin montar a caballo, sentir
aquello que sentía su conquistador, su señor y amo, el indígena descarga su resentimiento y odio contra el caballo , descarga en él su recelo
histórico , experimenta en el caballo la
libertad , en ello hunde su raíces el charro mexicano, la charrería que se vuelve
un símbolo y parte de la identidad profunda del mexicano, como paradoja el mexicano
experimenta la libertad con aquello que históricamente fue su opresión, lo que
lo traumatizó por siglos y un animal lo
hace instrumento de su valor y su libertad, creo que la psicología y filosofía
mexicana ha de partir de este concepto para determinar la libertad del mexicano
y no en conceptos como los plantea la psicología de Fromm en su Miedo a la Libertad.
El caballo representa el valor, la
transformación del hombre para enfrentar
el miedo, el miedo de siglos, el español con el caballo duplica su estatura
mientras que el indio está a pie y descalzo, el sentido de la inferioridad de
razas y del espacio, el malinchismo del mexicano ante los europeos, la inferioridad
del mexicano forjada como el domar del caballo
por 300 años, al vencer esa inferioridad el mexicano tiene ahora el
valor, el valor de un hombre: el macho mexicano inseparablemente unido al
caballo, por eso se dice “caballero” pero no aplicado al macho mexicano que es ante todo instintivo
e irreflexivo por lo tanto vive para el instante como los animales, el macho es
instintivo, salvaje, al golpe, al grito , el mexicano sujeta su voluntad a sus instintos en su forma más primitiva , la violencia del
macho desbordada en la Revolución Mexicana donde mata sin saber las razones, la
falta de la ideología de la Revolución Mexicana que termina siendo interpretada
equivocadamente por los marxistas.
Pareciera que en el domar y dominio del caballo el mexicano aprende a dominar sus instintos,
su lado animal y salvaje, el cuerpo y espíritu del hombre, la reata o el arte del charro ayudan a atar y
desatar esos instintos del macho , del
dominio de la fuerza del hombre
especialmente su instinto sexual, el macho se reducirá a su fuerza sexual , la violencia sexual de los machos,
la familia patriarcal, el estilo psicológico tradicional del mexicano con
profundos traumas históricos jamás resueltos.
El charro, el macho mexicano alcanza su
esplendo en el cine, la época de oro: Jorge Negrete y Pedro Infante, los medios
de comunicación y la cultura de masas
que moldean los estilos de hombre mediante ídolos artísticos y musicales, el
prototipo del mexicano.
El hombre al pasar de niño a joven su cambio
más notorio es la voz, la testosterona modifica y regula la voz del hombre y será parte elemental del cortejo, el canto
del hombre que busca y seduce a la mujer , el charro ahora es canto, el macho
se reduce a un aspecto de la sexualidad
como expresa Francisco Peña, el surgimiento y esplendor del mariachi que
lleva serenata a la mujer, el ídolo cantor irresistible para las mujeres y el
modelo antropológico del mexicano, esas imágenes forjaron esa identidad
folklórica por el que el mexicano es conocido falsamente en el mundo y nos hace tanto daño.
Ya hemos explicado en otras parte la relación
entre el floreo de la reata y el órgano
sexual del mexicano, el hombre crece en torno al cordón umbilical, este
concepto es el que gesta la visión mexicana del hombre, llegada a su perfección
con la explicación del Señor a Nicodemo, el nacimiento del hombre celeste, esto
último es un tema aparte que si Dios nos permite los desarrollaremos posteriormente.
El charro mexicano desata ese instinto
sexual, todo aquello que lo limitaba o frenaba y da rienda suelta a esa
violencia, el charro monta a la mujer mexicana para dominarla como doma a su caballo, el acto sexual se
define como una lucha de cuerpos y de voluntades donde domina el macho mexicano
que a la fuerza somete, doma y vence la voluntad de la mujer, la voz del
mariachi se reduce ahora a expresiones guturales instintivas y biológicas que reafirman ese
cuerpo único entre el hombre y la mujer , la sexualidad se muestra como una
violencia instintiva, el instinto que se opone a la razón como tema prioritario de la filosofía mexicana,
es decir que el hombre mexicano no es un ser reflexivo por lo tanto no puede
acceder a los niveles de la filosofía y teología lo cual es una falsedad. Los
aspectos anteriores definían la familia tradicional, al padre y al macho, a la
mujer dedicada sus hijos y a su hogar.
Tal valor del macho mexicano se acentúa con
el tequila, que desata ese carácter violento y agresivo , irracional, los ídolos del cine de oro eran ante todo
borrachos y mujeriegos y así debe de ser el mexicano, tal modelo impuesto fue
de gran utilidad para un gobierno y un partido que no se cuestionaba los
problemas sociales y políticos y le dio cierta estabilidad a México que resultó
contraproducente al ligarse a aspectos meramente rurales que nada tenían que
ver con las sociedades desarrolladas del
mundo como expresa Francisco Peña.
Vicente Fernández es un continuador de Jorge
Negrete y Pedro Infante, con sus canciones sigue difundiendo por todo México este modelo cada vez menos
inoperante del charro mexicano, del macho, esto pudiera servir para una amplia
e interesante tesis de Antropología
Mexicana, el modelo del hombre mexicano, por ejemplo en la película del
Arracadas que fue filmada parte en Huentitán el Alto y en la Barranca se definen esos rasgos del mexicano
tradicional, se canta, se ve el valor del mexicano que mata con gran facilidad y aparecen claras escenas de la sexualidad que
sirvieron de ejemplo al México rural tradicional.
El retiro de Vicente Fernández es el fin de
toda una era del macho y charro mexicano, la llegada de la grandes ciudades,
los millones de automóviles, los medios de comunicación, la vida urbano industrial
hacen inoperante esos viejos modelos tradicionales mexicanos.
Brevemente diremos que la cultura norteamericana toma dominio e influencia a través de
millones de películas y nuevos estilos musicales que forjan nuevos hombres y
sociedades, especialmente impulsa la Revolución y Liberación Femenina, estas
culturas globalizadas ridiculizan lo nacional y tradicional e imponen en esa
cultura de masas nuevas escalas de valores, nuevos estilos de hombres y de
familia.
Con ello surge una cultura anti machos, anti
mexicana, los norteamericanos desarrollan la cultura del oeste, del viejo
oeste, de los cow boys, de gran interés para los mexicanos por lo antes
expresado de los charros, fundamentalmente aparece el pantalón vaquero, los
Levis de pantalón de mezclilla que se vuelve
la bandera de liberación de la mujer de los machismos especialmente de los mexicanos,
el 90 por ciento de las mujeres actualmente utilizan pantalón de mezclilla,
pantalón vaquero, es quitarle esa historia de dominio brutal y salvaje del
hombre , el pantalón de mezclilla como ya lo hemos tratado en otros
capítulos es rudo y tosco, de color gris que quita a la mujer todo
sentimiento de ternura y maternidad sino
que la hace ruda y tosca, el cinto y las botas junto con el pantalón de
mezclilla exaltan las sentaderas y
niegan el embarazo, se ha dado el proceso de la masculinización de la mujer, ,
con el pantalón vaquero norteamericano como modelo monta sexualmente ahora al
hombre y lo domina, el rol tradicional de la mujer mexicana ha desaparecido, ahora las mujeres en su mayoría estudian y
trabajan y están lejos del hogar y
de uno o dos hijos que por lo regular
crecen en guarderías, ya no hay familia, la familia y pueblos tradicionales mexicanos han dejado de ser
funcionales y tener sentido, estamos ante nuevos fenómenos y sociedades, necesitamos
nuevos modelos históricos, filosóficos y teológicos que respondan a las necesidades
y problemas urgentes de los mexicanos, el retiro de Vicente Fernández es el
anuncio del fin de toda una época que sirvió de referente y ejemplo para los
mexicanos, Vicente se retira y se encierra en su mundo, en su rancho, la antropología mexicana ha de avanzar por nuevos caminos y horizontes, construir las
sociedades y ciudades del futuro, el caballo permitió conocer el nuevo mundo,
la nueva antropología mexicana ha de conquistar no por el instinto sino por la
detenida y profunda reflexión los nuevos caminos y rumbos de la cultura, del
hombre mexicano, retos y desafíos de la filosofía y teología mexicana del nuevo
milenio y siglo.
Juan Ángel Peña Enríquez
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