RESPUESTA INICIAL DE UN FIEL LAICO A LA REFLEXIÓN
DEL PRESBÍTERO TOMÁS
DE HIJAR ORNELAS
CRONISTA DE LA
ARQUIDIÓCESIS DE GUADALAJARA
SOBRE LA ESCULTURA “SINCRETISMO”
DEL AYUNTAMIENTO DE
GUADALAJARA
Hemos de considerar que no hay cosa más
sagrada para los mexicanos que la Virgen de Guadalupe, con mayor razón en la
tierra de los Cristeros que se distingue por la defensa de nuestra fe, por tal
razón se ha de pone un mayor cuidado en
cualquier interpretación histórica artística
sobre la Virgen de Guadalupe.
Hemos de considerar que las declaraciones del Presbítero Tomás de Híjar es a título personal y no es el sentir de la Iglesia o de los
fieles laicos, la obra Sincretismo y todas las esculturas no son fruto de un
jurado o una consulta pública para determina la ubicación sino que fue impuesta de manera personal y
caprichosa , del mismo modo la reflexión particular del Presbítero Tomás de Híjar
no es una declaración colegiada de la Iglesia
y esto debe de quedar claro para que no exista confusión, siendo la
Virgen de Guadalupe muy respetada por los mexicanos se debió consultar oportunamente la opinión de la Iglesia y no fue así sino que se impuso frente al
templo del Refugio que sigue siendo un
espacio del atrio del templo de interés
territorial para la Iglesia en Guadalajara
y que como hemos dicho no fue consultada
oportunamente y ahora e hace más
como una justificación forzada.
Nuestros Padres Conciliares del Concilio
Vaticano II donde se dio inicio a una Nueva Evangelización definen
claramente la vocación y misión de los fieles laicos tanto en la Iglesia
como en el mundo, toca a ellos el ordenamiento de la realidades temporales,
transformar con la luz de la fe cuestiones como la política, la economía, el
arte y la cultura, vemos en ello su responsabilidad en la construcción de
nuestra sociedad, siendo responsables y críticos, por tal razón no se pueden
hacer juicios precipitados, no es esto una cuestión que tiene que ver solo con
el arte en sí mismo sino que por el tema implica una respuesta de nuestra fe,
por tal razón para no ser apresurado en los juicios he dividido en forma
resumida esta reflexión personal en cuatro
puntos:
1.- El histórico,
2.- El estético,
3.- El ético y
4.- El teológico
Su servidor ha expresado en distintos
tiempos y formas la importancia del arte
y la cultura en el desarrollo de una sociedad, sin duda estoy convencido de que
el arte humaniza a una sociedad, el bien de una sociedad se ve reflejada en la
claridad y fuerza de su arte, por tal razón celebré en lo personal el proyecto de arte público de la presente
administración municipal a pesar de ciertas omisiones.
Es verdad que en la administración del
Presidente Municipal Enrique Alfaro se ha hecho el gran esfuerzo por recupera y
dignificar el espacio público, es un aspecto que debe de reconocerse y
celebrase, se han rescatado sobre todo parques y unidades deportivas, fuentes,
mercados, plazas, etc. Se han rescatado y reparado algunas esculturas urbanas y en ese esfuerzo se ha buscado enriquecer ese
patrimonio cultural urbano y reciba de parte de su servidor una sincera felicitación y reconocimiento, aunque
he de decir que la recuperación de ese espacio público ha implicado como es el
caso de Banquetas Libres a miles de familias pobres que el espacio público era
su alternativa de sobrevivencia en una sociedad injusta que ha generado esa pobreza, pero este es un
tema aparte que si Dios nos permite en otra ocasión lo abordaremos.
Estoy consciente que el arte y la cultura es
vital para construcción de comunidad y de identidad en
las grandes ciudades como lo es Guadalajara , creo que el problema fundamental
de este proyecto noble de arte urbano de
la presente administración son los procedimientos, estos no han sido lo más
correcto, hasta donde tengo entendido la asignación de la obra escultórica ha
sido de manera directa y sin un
concurso y fallo de un jurado , se ha
dejado al gusto y el capricho de la Directora de Cultura y dejando por lo mismo a cientos de
escultores tapatíos sin derecho a concurso, del mismo modo no ha habido una
consulta pública oportuna y responsable para encontrar la mejor ubicación de
estas esculturas, donde por cierto nuevamente el Oriente de nuestra ciudad es
el más desfavorecido , como siempre los olvidados y marginados excluidos, ante
esta exclusión al menso hemos de levantar nuestra voz de apoyo e inconformidad.
He de decir con tristeza de manera muy
personal que las esculturas que se han
presentado me han parecido de muy poco valor estético, quizá porque no son
fruto de un jurado, aún así celebro el proyecto, considero como parte de mi
responsabilidad tanto eclesial como seglar hacer una reflexión sobre la
escultura “Sincretismo”.
El tema y su ubicación es muy compleja que
originará un amplio y profundo debate, la escultura “Sincretismo” está ubicada
frente al templo del Refugio que es por sí mismo muy interesante e ilustrativo,
este templo como podemos observar ha quedado en medio de la gran avenida de
Federalismo, pareciera más una escultura que un templo, como ruinas o museo de
un templo, de lo que fue una fe impactada por la modernidad, esa fe devorada y
opacada por los nuevos estilos de vida de la cultura urbano industrial , el
templo dando paso a la pisa de los millones de automóviles y trenes de una sociedad que no tiene espacio y tiempo
para su fe, y a su vez resumiera la propia historia conflictiva de la Iglesia
en Guadalajara sobre todo en el último siglo.
Si la escultura se ha puesto frente al templo
y con el tema de la Virgen de Guadalupe quiere decir que la escultura forma
parte del templo, del espacio del atrio del templo y pasa por lo mismo de arte
secular a arte sacro, es decir sería una escultura que sería venerada y reverenciada,
se le ofrecerían flores, veladoras oraciones y saludos religiosos según la fe y
piedad popular, fuera por el templo, fuera por la escultura, el proyecto de arte urbano
municipal toma otra dimensión e intereses.
Dentro de este juicio histórico hemos decir conforme a los documentos de las
Conferencias Episcopales Latinoamericanas
que somos herederos de un pasado, actores de un presente y gestores de
un futuro, la importancia de la historia para entender la primera
evangelización que fue el encuentro crítico de dos culturas y mundo, la
conquista y la destrucción intencionada y sistemática de la cultura original
mexicana, un aspecto histórico muy amplio y profundo que necesita de mucho
tiempo y espacio para tratarse, solo hemos de decir que esa riqueza histórica
que forja en ese sincretismo o mestizaje nuestra identidad y expresión cultural mexicana, la historia de
la fe del pueblo mexicano sintetizada en el
Hecho Guadalupano, esta fue que se expresa con toda claridad y fuerza en
la religiosidad popular, en sus símbolos, en sus ritos, en sus imágenes y que sin duda constituye uno de los tesoros
más apreciados de nuestro pueblo, una sabiduría popular que sabe discernir sus propios acontecer histórico a la luz de
su propia fe, ese discernimiento que le permite defender esa fe cuando intuye
que es atacada o no debidamente respetada, ese respeto a la madre del mexicano
que es sagrado.
Dentro de este resumen histórico de la cultura mexicana pareciera que la
escultura “Sincretismo” quisiera reafirmar que la muerte o los cráneos es la
máxima expresión del tesoro de nuestra cultura mexicana, la muerte o los cráneos
simbolizaran la plenitud de la cultura mexicana, lo cual me parece injusto e
inapropiado, de hecho ese es uno de los problemas fundamental de nuestra
identidad como mexicanos: la referencia a
la muerte y a los cráneos, pareciera que el mexicano muy familiarizado con la
muerte expresado coloridamente en su
arte rinde culto a la muerte, este elemento de la muerte ha sido uno de los grandes obstáculos para el
desarrollo vital integral del mexicano y se ha vuelto en un elemento inspirador
de su visión trágica, de que la vida no vale nada , aspecto que pareciera negar
y contradecir el esfuerzo evangelizador.
Expliquemos más concretamente lo anterior:
Fray Antonio Alcalde es uno de los
hombres más grandes de de Guadalajara y
era conocido como el Fraile de la Calavera, esta calavera que tenía por cabecera
ciertamente no era una familiaridad a la
muerte sino una lucha terrible contra ella
y gracias a ello construye el Hospital Civil donde se lucha tenazmente
contra la muerte, sería absurdo que haciendo una escultura de Fray Antonio
Alcalde la rodeáramos de calaveras porque estaríamos contradiciendo su
grandiosa obra que era a favor de la vida , del mismo modo la escultura “Sincretismo” no resuelve la primacía de la vida sobre la
muerte, sobre esa presencia de los cráneos sino que parece haber una profunda
identidad inseparable o insuperable.
Hemos de distinguir claramente entre el
secularismo y el sincretismo, ese
secularismo de la sociedad actual que ha sido causa de grandes conflictos y
problemas , somos parte de ese sincretismo y secularismo, este aspecto difícil de
la visión de la muerte del mexicano presenta varios retos y desafíos sobre todo
en esta cultura moderna que ha desarrollado la cultura de la violencia y de la
muerte, es lamentable que nuestra sociedad moderna pareciera rendir culto a la violencia y a la
muerte, veamos simplemente los mensajes de los medios de comunicación , la
composición estética de la escultura “Sincretismo” no pareciera vencer esa visión de la muerte conforme a la
iconografía del arte sacro mexicano o de la propia expresión de la piedad
popular, la Virgen de Guadalupe y Cuatlicue o la muerte representada en los
cráneos debido a su transparencia se yuxtaponen y se funden en un sola
identidad de modo que se está rindiendo
reverencia a la Virgen de Guadalupe y a Cuatlicue como si Cuatlicue fuera la misma
representación de la muerte, esto de la reverencia como ya hemos dicho es porque
está frente a un templo como es el Refugio, el autor de la escultura pareciera
expresa que la Virgen de Guadalupe y
Cuatlicue son una misma identidad, es
decir que el hombre mexicano sigue siendo un idólatra , que la idolatría es un sincretismo
y el arte se vuelve ese instrumento de denuncia para liberar al hombre de supersticiones
en este mundo secularizado que ha perdido el respeto por lo sagrado , o nuestra
fe superada por la modernidad como lo lustra el propio templo del Refugio.
En este tiempo de secularidad y sincretismos
de todo tipo la religiosidad popular
debe de tener criterios y caminos claros para la interpretación de su fe, de
otro modo se presta a una confusión como
en efecto lo estamos viendo, pareciera que el Padre Híjar estuviera defendiendo
al autor y al propio Enrique Alfaro
siendo que no hemos escuchado los propios argumentos y reflexiones del
autor de la obra que son fundamentales para poder iniciar un debate y un
juicio, sorprende en este caso el silencio del auto de la obra y por esto mismo ni siquiera hemos mencionado su nombre.
El tema es muy amplio y esto de su servidor
es tan solo una breve introducción al tema, aún la misma declaración personal
del Padre Híjar es también relativo ya que
la obra de arte tiene ese elemento subjetivo y su interpretación dependen de
cada persona , especialmente el arte
moderno que se aparta del realismo y en
consecuencia ocasiona un sano debate, y como hemos dicho no tenemos una
declaración amplia y detallada del propio autor y por lo mismo la propia
Iglesia no podría emitir un juicio colegiado, a este muy breve juicio estético
hemos de añadir el juicio ético , si esto que se expresa en la escultura “Sincretismo” es algo bueno
para enriquecer la religiosidad
popular y sobre todo para revalorar y
enriquecer el HECHO GUADALUPANO desde
una reflexión teológica más profunda acorde a la exigencias de esta Nueva
Evangelización ,
Dentro de este juicio teológico hemos de ver si esta escultura frente a u templo se pueden poner flores,
veladores y todo aquello propio de la religiosidad y piedad popular , el tema es muy extenso pero indudablemente ha iniciado un gran debate en Guadalajara que
necesita ser responsable y respetuoso, si Dios nos permite desarrollaremos esos cuatro puntos , con estos deseos le
envío un cordial saludo al Padre Tomás de Híjar
Ornelas Cronista de la Arquidiócesis de Guadalajara.
F r a t e r n a l m e n t e
Juan Ángel Peña Enríquez
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