LA ESTÉTICA
Y LAS CIUDADES AL FUTURO
LA NUEVA GUADALAJARA
Las bellas artes, entre ellas la arquitectura, con su carácter profético proyectan las nuevas ciudades, la sociedades del nuevo milenio y siglo, lo anterior nos dice que las ciudades son o deberían de ser una expresión de belleza, de la hermosura. Las grandes ciudades como Nueva York, Chicago, Río de Janeiro, México, Etc. ¿Son ciudades hermosas? ¿Podemos decir esto de Guadalajara? Vemos las calles de automóviles contaminación y ruido, falta de árboles y parques, violencia e inseguridad, pobreza y deterioro urbano, contaminación visual, jóvenes con drogas, narcotráfico, rostros reflejando la angustia y la indiferencia con sus audífonos permanentemente, ancianos tirados, basura, Etc. Etc. ¿Estamos orgullosos y satisfechos de esto? ¿Nuestro ser y corazón han alcanzado la paz y la felicidad tan añorados? ¿Nos sentimos dignos de lo que somos y tenemos?
Las grandes ciudades como esplendorosas paraísos artificiales armados por el hombre ¿Han dado al hombre la felicidad plena? ¿Han quitado el dolor, el sufrimiento, la injusticia, la pobreza y el odio y la lucha del hombre contra el hombre?
En estas ciudades se ven cada vez menos templos, se necesitan menos templos según ellos, no deben de existir templos y los pocos que hay pasan desapercibido, Dios no forma parte de esta sociedad, no es El uno de nuestros invitados, más aún El es señalado como la causa de la falta de libertad y realización del hombre, Dios en las ciudades es el enemigo de su felicidad , las grandes ciudades no necesitan de templos donde se busque o encuentre a Dios , Dios no necesita de una casa para que habite en medio de nosotros y si acaso El visita o se hace presente en nuestra ciudad será un vagabundo que camina por las calles durmiendo en las plazas o bajo los puentes como era su propósito en Sodoma.
Si no hay templos y catedrales ni santuarios entonces la Arquitectura ha perdido el sentido y su esencia más profunda y sagrada, son profetas que construyen sin el espíritu, sin alma, sin corazón, y nunca alcanzarán la propia plenitud de su ser, la madurez y perfección de sus vidas porque el hombre
, porque el cuerpo del hombre es un admirable y extraordinario Templo, esta es la profundidad de la arquitectura, del ser del hombre se proyecta las líneas de la arquitectura, por ello en el Apocalipsis vemos al final la Ciudad de Dios, la Nueva Jerusalén , la Arquitectura de Dios, la Arquitectura profética toma ahora rasgos plenamente teológicos.
Si el hombre es un Templo donde ha de habitar el silencio en medio del ruido de las grandes ciudades, la quietud en el mundo de prisa del imperio del automóvil, la quietud y serenidad en medio de la cultura de la violencia y de la muerte de los medios de comunicación, la contemplación ante un mundo desechable, el encuentro del hombre ante las ofertas en las plazas comerciales. Los centros comerciales son ahora los templos donde se adora y alaba el placer, las ofertas y ofrendas de la sociedad de consumo, los profetas y sacerdotes del progreso y la prosperidad del mundo feliz que se vende en paquetes y bolsas desechables, ahí está esa sonrisa y cara feliz como grotesca máscara y el vacio profundo en su corazón, la sociedad de consumo, los precios y las ofertas del mercado, todo lo demás no tienen ningún valor, son cosas ridículas y anticuadas , su absurda escala de valores donde no se mide, ni cabe ni se cuenta los valores del alma y del espíritu: La bondad, la sencillez, la alegría de la vida, de compartir, amabilidad, comprensión, humanismo solidaridad, deseos de paz y de justicia, de la verdad, de pronunciar esa palabra tan despreciada y deformada como es el amor, de la dignidad, de la nobleza del hombre, del servicio sin esperar nada a cambio, de la pureza, del dialogo amistoso y sincero, de la fidelidad, de la honradez, Etc. Etc. Todo lo anterior ha sido desterrado de las Grandes Ciudades, aquellos que los practican son hombres soñadores fracasados, ilusos inocentes, les espera la pobreza, enemigos de la riqueza y del progreso y en consecuencia son seres infelices y desdichados, la felicidad del mundo y las grandes ciudades y la felicidad y alegría del espíritu. Si no hay estas virtudes en las ciudades: ¿Pueden ser las Ciudades Bellas y fuentes de la felicidad y de la realización del hombre? ¿Puede nuestra existencia tener sentido y esperanza?
Los arquitectos no construyen templos en las Grandes Ciudades le piden en cambio cárceles y hospitales cada vez más grandes , no entendemos cómo puede haber belleza en los hospitales y las cárceles si nadie por muy bonitos que estos sean alguien quiere estar en ellos, esto muestra a una sociedad enferma y herida, millones de habitantes y se mira una escalofriante soledad, una deshumanización terrible, el hombre teniendo miedo del hombre, el hombre enemigo del hombre, dice ahora conectarse con internet y teléfono celular con el mundo y sus vecinos de décadas son unos grandioso desconocidos, ve mundos brillantes en las pantallas de plasma y no nota la realidad que lo envuelve, no ve la luz del sol ni advierte la luz de la luna, lejos de familia y de sí, perdido en los mundo virtuales tejidos de luz y de espejos, neblina y fantasía, oscuridad y muerte en la era de las pantallas, según ellos se comunican con el mundo y no pueden decir una sola palabra.
De estos bosquejos urbanos definimos la Filosofía y Teología Latinoamericana con el Papa Francisco de Argentina, se emprende la Nueva Evangelización, si la arquitectura ha tomado rasgos teológicos entonces hemos de construir las nuevas ciudades, proyectar y construir la Nueva Guadalajara implica conjugar todo un conjunto de disciplinas bajo la dirección del Señor de la Historia , manejar tiempo y espacio, este reciclar histórico actualiza el peregrinar de Guadalajara por Compostela, Nochistlán, Tonalá, Tacotlán y finalmente el Valle de Atemajac, Tenamaxtli que obliga a Guadalajara a cruzar la Barranca que separaba la Nueva España de la Nueva Galicia es trasladado a España donde escribe el documento De Agravios, el primer documento sobre derecho indígena, la inversión de ello nos lleva a la clausura simbólica y real del Centro Universitario de Arte Arquitectura y Diseño de la Universidad de Guadalajara para plantear una nueva arquitectura y urbanismo que tenga las dimensiones de esa Nueva Guadalajara, en ese reciclar se acopla el proyecto del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo Guadalajara de los suizos Herzog de Muerón que está inspirado en el Calendario Azteca, ese calendario que nos lleva al pasado pero sobre todo que nos proyecto a los nuevos tiempos y espacios, las ciudades al futuro, manejamos entonces tiempo y espacio, el reciclar de plataformas y pirámides prehispánicas por pirámides y plataformas de basura de la sociedad de consumo, estas geometría nos trazan esas sociedades del futuro, tales aspectos no son sencillos como suponen sino extremadamente admirables y complejos como solo el Señor puede hacerlo, por lo tanto esa es la Misión y la Conquista, la construcción de Santuarios y Monasterios , Nuevas Misiones en el corazón de las grandes ciudades, nuevos monjes y espiritualidades urbanas, la contemplación y el silencio en los grandes centros urbanos, el arte latinoamericano imprimiéndole un estilo particular a la Iglesia ahora que ha terminado el centralismo teológico europeo y se busca la reforma de la curia romana que han hecho de su tarea unos principies colmados en la opulencia, Francisco de Asís, la Reforma, Concilio Vaticano II, la Nueva Evangelización, el Papa latinoamericano, Brasil y las Primaveras de los Jóvenes, hemos pues de sembrar y dar sentido a esas primaveras que llevan la esperanza de renovar el mundo y a su debido tiempo florecer y dar fruto, las Primaveras de las Grandes Ciudades, la Primavera Latinoamericana.
Juan Ángel Peña Enríquez
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