COMALA Y DETROIT MICHIGAN
Comala en Pedro Páramo es un pueblo
abandonado, fantasma, ilustra con colores negros y sombras la emigración del
campo a la ciudad, Detroit en Michigan al igual que Comala es una ciudad fantasma, en decadencia y ruinas, cementerios
de fábricas, quizá sea la primera ciudad industrial abandonada, en ella solo se
escuchan murmullos, quejidos, susurros, lamentos, en la Ciudad del Motor solo se
escucha el viento y las nubes de polvo que cruzan los grandes ventanales
rotos de la fábricas Ford, Chrysler, General Motors y miles de fábricas que
hicieron posible la era del automóvil, el imperio y la dictadura que se ha
apropiado de la ciudad y de las calles y que marca los ritmos de la economía
mundial, los precios del petróleo, la contaminación, el ruido y el cambio climático,
el llamado calentamiento global.
Los sueños de la revolución industrial que acelera y destruye ciudades y hombres, es
esta la novela de muerte industrial, huesarios
y cementerios de autos, los muertos que entierran a sus muertos.
México tiene una atención especial para la
muerte desde los tiempos prehispánicos, el Mictlán, el mexicano se ríe de la
muerte, los vemos en Posadas, en las catrinas, luego más perfeccionado en la
novela de Pedro Páramo, esa herencia nos permite interpretar la cultura de la
muerte de nuestra sociedad de consumo instantánea y desechable.
Hemos de ver en lo anterior que la riqueza de
la literatura Latinoamericana no se ha de quedar encerrada en aspectos
novelescos sino que ha de dar el paso
hacia la profundidad filosófica y teológica, entendiendo eso de profundidad
como una responsabilidad ha de interpretar
y dar respuesta a las angustias y problemas del hombre de nuestro tiempo, por
ello la literatura latinoamericana ha de ayudar a interpretar la cultura del
mundo y su realidad y no sea entonces esa literatura algo mágico e ilusorio,
demos esos pasos iniciales.
A inicios de la revolución industrial se
prometían grandes y fantásticas ciudades, las grandes industrias ofrecían la
felicidad, el paraíso de las grandes ciudades y Detroit es el ejemplo.
Ahí se establecieron las más grandes empresas
automotrices, la ciudad experimenta un gran desarrollo, progreso y modernidad,
a mediados del siglo pasado tenía dos millones de habitantes y ahora tiene 750
mil, miles de industrias, edificios, casas, etc. lucen completamente
abandonadas, Detroit es una ciudad en decadencia y ruinas, la Ciudad del Moto
es chatarra, escombros y cementerios habitados por fantasmas que salen de los ataúdes
de los autos.
Esto lo podemos tomar como signo de los
tiempos, el automóvil es la vida de las grandes ciudades, el petróleo y los
plásticos, la poderosa economía de la que pende nuestro mundo y el modelo de sociedad, no hay ética
industrial, a las grandes empresas del automóvil poco les importa el futuro de
una ciudad que los vio nacer y fue su cuna, para ellos solo importa el interés del
mercado, las ganancias y la utilidad mercantil y todos aquellos principios
como: pragmatismo, funcionalidad, optimización, competitividad, esto que hace a
la industria salvaje y brutal que mata y
destruye y Detroit esa viva imagen, la lucha del mercado sin que importe el hombre y la ciudad, sus
colonias y comunidades, y esa será ciertamente la suerte y el futuro de muchas
de las grandes ciudades al derrumbarse la era del automóvil como lo fue ciertamente
Detroit entre ellas Guadalajara.
A México llega todo el desecho de los Estados
Unidos, lo que ha pasado de moda, lo defectuoso, la chatarra, lo que ya no
sirve y es útil, una economía de muerte que despedaza la industria y el
comercio, es entonces un cementerio de la sociedad de consumo norteamericana,
tal desecho o basura industrial configuran una sociedad envejecida, decadente,
, patética al igual que Detroit Capital del Motor que mueve al mundo y toda su
maquinaria y engranaje, en esta sociedad envejecida es difícil hablara de renovación,
de Primavera y florecimiento, porque es ante todo una sociedad muerte,
expliquemos más concreta y claramente lo anterior:
Guadalajara al igual que Detroit presenta una composición urbana que marca sus
diferencias, entre blancos y negros, entre ricos y pobres, la Guadalajara Oriente y la
Guadalajara Poniente está última de la riqueza y la opulencia donde están las
modas y los autos del año y en cambio al cruzar el muro o frontera de la
Calzada Independencia empieza por el lado de la vieja central camionera los
cementerios y hueseríos de automóviles, los talleres mecánicos, lamineros, etc. que reparan las
carcachas, el Oriente es un cementerio de autos, la muerte industrial, ruinas y
decadencia de las ciudades.
La Primavera Filosófica y Teológica ha de
llevar a estas sociedades en decadencia y ruinas, envejecidas, una esperanza de
vida.
¿Ha envejecido y agotado el pensamiento científico
industrial?, la industria y la tecnología no pueden construir por sí mismas el
futuro de las ciudades, los motores del petróleo y eléctricos como fuerzas que
mueven y dan “vida” a las grandes ciudades presentan signos claros de
agotamiento y muerte, tales motores, fuerzas
y energías de la que el hombre y su economía dependen han fatigado al
hombre, el objeto industrial por encima del propio valor del hombre, la
mecanización y automatización industrial
del hombre, las cadenas productivas que han atado al hombre a nuevas
esclavitudes, el hombre es solo una fría y eficiente pieza del engranaje
industrial y tecnológico.
El automóvil es la causa principal del ruido
y la contaminación de las grandes ciudades, del calentamiento global, del cambio
climático , el cambio climático que hace perder y alterar el orden de las
Primaveras, de las estaciones históricas
o generaciones del hombre que deberían dar sentido pleno a su
existencia, en nuestro caso la generación industrial y tecnológica de la que el hombre se siente orgulloso
y hace de ilusión de vida tener tan solo un auto del año, pasear a gran velocidad y descansar en las plazas
comerciales comiendo hamburguesas con coca cola.
La llegada de los desechos y chatarra de
Estados Unidos a México no significa el desarrollo de la ciudad sino su lenta
destrucción desolación como lo vemos ilustrado patéticamente en Detroit, si
ellos no tuvieron consideración por sus propios hermanos y ciudades natales ,
mucho menos lo harán por los extraños.
El poder industrial está en que la maquina,
ese objeto industrial se vuelve una arma, la industria o instrumentos de la guerra que hacen la
destrucción y desolación de las ciudades, de la muerte, aviones, tanques y
barcos para la guerra, es ahí donde están las grandes ganancias de la
industria, de motores y máquinas, las distintas formas de muerte. Si Detroit
muestra una desolación y destrucción semejante a los efectos de una guerra,
hemos de preguntarnos ¿Hay entonces en la planta industrial violencia y muerte? Es este un tema de la
Filosofía Mexicana Postmoderna, es decir la filosofía de la industria y la
tecnología y la forma en que impactan e impactarán al hombre, a la cultura
mexicana, las fuerzas y leyes del mercado que generan violencia y muerte en sus
propias fuentes.
De cualquier manera la Filosofía y Teología
Latinoamericana con el Papa Francisco ha
de interpretar a profundidad orígenes y tendencias de la cultura
norteamericana, los mitos y falacias del sueño americano, un análisis crítico y profundo de un sistema de vida
pragmático, no analítico y reflexivo.
Se ha de cuidar con especial detalle la
economía del automóvil, el petróleo y la sociedad del plástico, el petróleo y
los conflictos con los árabes que marcan
ciertas líneas o tendencias hacia el futuro de la política de los Estados Unidos, el petróleo, la matemática
económica que en formulas, operaciones y ecuaciones trazan las líneas económicas
y del mercado, las gráficas de Wall Street. El petróleo como recuso natural que
mueve a millones y millones de automóviles y que ante su agotamiento ira marcando las eras, las crisis y los comportamientos, es esa una línea fundamental
y estratégica, esa está ligada a su vez con la contaminación y el calentamiento
global, con el cambio climático sentido principalmente en la parte norte con
los intensos fríos, los estragos en sus campos agrícolas, hemos de ver por
ejemplo que las grandes civilizaciones prehispánicas no se establecieron al
norte como los Aztecas sino cercas de los trópicos, por ello México tiene abundancia
de frutos en costas y valles teniendo
climas más estables contario a los Estados Unidos más cercano al polo, esta
geografía económica es determinante, México comparado con los Estados Unidos es
un Paraíso aún en la pobreza que estamos, por ello planteamos las Primaveras,
es decir la Primavera Filosófica y Teológica que de verdor y color a las
Primaveras del Mundo , a los Indignados que ven la falta de libertad, derechos y
dignidad del hombre, más ahora teniendo una Papa de América que debe
fundamentar esa renovación teológica., en esto vemos la composición entre la
planta natural y biológica, es decir el cosmos y el universo y la planta industrial de
muerte, dos tiempos y dos desarrollos que se han roto.
Las crisis y las guerras derivadas de la
relación entre automóvil y petróleo , el fin del mundo feliz y el despertar del sueño americano, una
sociedad salvaje y brutal , ante el nuevo milenio y siglo es preciso sembrar
esas nuevas Primaveras que renueven corazones y ciudades, la humanización y
socialización de la industria y la tecnología, nuevas escuelas de valores que
desechen los valores y escalas mercantiles y utilitarias , la construcción de
nuevas ciudades al futuro como es el caso de la Nueva Guadalajara en su dimensión objetiva como gracia y regalo
de Dios para nuestra pobre vida.
En esto, al dar fin a la teología y filosofía
de Europa, nos hemos de preguntar si la Unión Europea es una nueva primavera
para Europa, una nueva era de la vieja europea, del viejo mundo, la destrucción
del nacionalismo comparada con la Unión Latinoamérica y Americana. , son estas
cuestiones tareas prioritarias de la construcción
de la Filosofía y Teología latinoamericana, la filosofía del nuevo milenio y
siglo, de las nuevas culturas y
sociedades globalizadas, aspecto universal de la misión evangelizadora, con
ello hemos de dar final colonialismo ideológico europeo y cuestionar el
pragmatismo utilitario y comercial norteamericano, , con eso damos paso a la
madures del pensamiento Latinoamericano, es eso una responsabilidad teológica
conforme a la Providencia de Dios de dar a América un Papa que se vuelve una
Luz, la Luz de la Fe como principios reflexivos teológicos.
La visión, la luz cristiana, no es una visión
local y temporal sino cósmica y universal, no ligada a un tiempo sino al
principio y fin de las cosas, del mundo, la eternidad, es esa la dimensión o
plano sobre el que se desenvuelve nuestra vida, la comprensión solución de
nuestra vida, es decir su plenitud y perfección en la imagen del hombre
perfecto: Cristo Jesús, la fructificación de nuestras vidas, el Paraíso o Edén
o la búsqueda y llegad a la Tierra Prometida cruzando el desierto colmado de tentaciones , la Primavera
Teológica Americana con el Papa Francisco que ha encendido la luz de la fe.
Ciertamente que la cultura mexicana es un paraíso
colorido, vivo, colmado de fuerza, pero esta riqueza se queda encerrado en una
expresión artesanal y folklórica, le falta esa profundidad filosófica y
teológica como lo hemos dicho de su florecimiento literario.
Del mismo los movimientos sociales en el
mundo, en el nuevo milenio y siglo están desprovistos de estos ideólogos que
orienten sus aspiraciones, nos referimos a las primaveras, los Indignados como
ya hemos dicho, que ven por la situación de la vida, no solo la del hombre sino
de todo ser viviente de la tierra.
Hablar de creación y naturaleza en el
pensamiento de la ciencia y los científicos es, según ellos, hablar de
primitivismo, del pasado anticuado, de ignorancia, el futurismo tecnológico se
plantea no como integración al propio orden universal o cósmico sino a experimentos
de laboratorio y su utilidad industrial,
es este el principio elemental de la humanización del pensamiento científico,
la justa dimensión entre el hombre y el universo.
Pues bien, tales Primaveras del mundo
necesitan tener las bases teológicas , temas que ya hemos tratado y que ahora
intentaremos sintetizar para determinar nuevos rumbos y estaciones de la
Filosofía Mexicana Vanguardista, es decir de los nuevos tiempos que no es ningún
privilegio sino gravísima responsabilidad ante los problemas que nos aquejan,
el pensamiento es entonces un servicio al hombre explotado y que sufre, verlo
de otro modo es una ociosidad y complicidad con los poderes del mundo que
hacen, promueven y provocan la cultura de la violencia y de la muerte, aquellos
que no están a favor de la vida sino de la muerte, que atentan, desprecian y
explotan al hombre, a los más débiles y desprotegidos justificados en una
superioridad del “conocimiento científico”, del desarrollo industrial y
tecnológico.
El hombre fue creado en medio de una
Primavera, un Edén fantástico en que por desobediencia del hombre toda la
creación se vuelve caos y muerte, en el Arca de Noé, el hombre, el
cristiano, ha de ser los más grandes
ecologistas de la tierra que cuiden y denuncien la desaparición y amenaza de miles
de especies por un desarrollo científico e industrial brutal e irracional, es esto una nueva
oscuridad de los tiempos, necesitamos la
luz, la luz de Aquel que es la verdadera Luz del Mundo como inicia su encíclica el Papa
Francisco pues no basta la luz del sol para dar sentido a la vida
del hombre.
Cristo Jesús como Nueva Creación y Nuevo Adán, la imagen del hombre perfecto
desnudo en la Cruz de cuyo costado
herido por la lanza forma la mujer o
Iglesia, el retorno al paraíso, es decir, la muerte en la Cruz, árbol misterioso
del que el hombre come y tiene vida, reflejo perfecto de aquel árbol del que si
el hombre comía encontraba la muerte, se abren sus ojos y se da cuenta de su
propia desnudez, entonces cualquier primavera del mundo tiene en lo anterior su
pleno fundamento, su origen y fuente inagotable de vida, se parte del admirable
árbol de la Cruz del Señor de donde se deriva la plenitud de la vida y se vence
el mal y la muerte, la oscuridad y la descomposición para dar paso al orden, a
la renovación de lo viejo, de esto se deriva como repetimos la vida y la vida
en abundancia, la sed del hombre en medio de la sociedad de consumo ha sido
saciada.
El árbol da vida verdadera, que transforma el
agua en vino y luego el vino en Cuerpo Eucarístico, la vida o muerte de nuestra
sociedad, en esta escala de valores teológicos hemos de ver la fructificación
de nuestra propia vida y generación como lo expresaba el filósofo de Oblatos
Antonio Rojas, la madurez existencial de nuestras vidas y de nuestro pensamiento, la madurez del
pensamiento y cultura mexicana, nuestra respuesta y actitud ante la vida, bajo
estos principios hemos de ver si la era industrial y tecnológica ha dado frutos
de vida o muerte, si nuestra sociedad de las grandes ciudades tiene la madurez,
entendemos por madurez nuestra responsabilidad ante nuestras necesidades y problemas
y la forma en que hemos servido a ellos para resolverlos o hacerlos más grandes
y complejos.
De ese árbol o Vid Verdadera se deriva toda
forma de vida, su perfección y plenitud, es esa la fuente o razón de las
auténticas Primaveras al inicio de este nuevo milenio y siglo y que han caracterizado
a los movimientos sociales , tales primavera so retoños si no están unidos a esa
vid no puede dar fruto y nada pueden hacer porque el poder de la muerte ahogará
todo intento de vida, es decir estamos ante la cultura de la violencia y de la
muerte, ese ordenamiento y fructificación en las grandes ciudades es una vocación
y misión propia del laico en el
ordenamiento de las realidades temporales o del siglo, del nuevo milenio y
siglo, según las directrices del Concilio Vaticano al emprender una Nueva
Evangelización según las luces de la Doctrina Social de la Iglesia, esta
Iglesia Conciliar pone especial énfasis en la tarea evangelizadora de los laicos
vista la gran complejidad de las grandes
ciudades.
Toca entonces en este nuevo mundo y nuevos
tiempos sembrar esas nuevas Primaveras Filosóficas y teológicas unidas a esa
Vid del que se deriva toda renovación y retoño primaveral, florecimiento y
fructificación, aquí en estas primaveras vemos el principio mismo de la vida,
la industria y la generación de vida o muerte, porque en efecto la industria busca
una artificialidad o rompimiento con lo natural
y termina siendo una fuente de muerte, desolación y destrucción como lo
vemos en la Ciudad del Motor o Detroit que se igualaba con París y es ahora
ruinas y decadencia.
Esas Primaveras teológicas que hunden sus
profundas raíces en esa Vid eterna que renueva y recrea desde la debilidad y
burla de la Cruz que es la manifestación del poder, bondad y sabiduría de Dios,
ese Dios desconocido expulsado de las grandes ciudades y que hoy vemos su
destrucción y muerte, el hombre sin Dios no puede tener trascendencia, ni
siquiera alcanzara su plenitud y perfección, su madurez, la comprensión total
de su vida, en esta madurez del pensamiento mexicano dejamos de ser tutelado y
una colonia de las ideologías europeas.
Si tal era científica y tecnológica no están
unidas, injertadas a esta Nueva Alianza, es decir, a esa transformación
vital no puede dar futo sino que se secará,
será cortada arderá en el fuego, el infierno de nuestra sociedad, el infierno
de las grandes ciudades en el que se ve amenazada la propia vida del hombre a
pesar de sus adelantos industriales y tecnológicos, la industria, la ciudad no
ha traído la felicidad prometida al hombre, ese vació y soledad del hombre ha
sido llenado con el imperio del
narcotráfico, el automóvil no lo ha llevado a una tierra encantada sino a un
profundo abismo, esas carreteras y
puentes de autos no le han llevado a
tener y poseer la verdadera libertad.
Las grandes ciudades como eras o cultivos han
de dar sus frutos, en este espacio y estructura urbana se define la Teoría de
Grupos y Redes Mexicana que es un modelo interpretativo particular de la era
digital, es decir: comunión, relación y comunicación plena del hombre pues toda
relación virtual o digital no puede estar por encima jamás sobre una comunión
eucarística, la Vid es un grupo o conjunto donde la comunión y participación es
real, plena y perfecta, este es el reto de la teología del Nuevo Mundo,
renovada por Aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida, que puede dar vida a
los muertos y que con su sangre destruye el mal y la muerte, la era digital
formar esos grupos y redes en el que el hombre supuestamente se encuentra y
relaciona y ciertamente encontrará muchos engaños y frustraciones, no son las
redes de los pescadores de hombres, no
está edificado y estructurado sobre la Roca firme, toca entonces a la
Iglesia Piedra o Pedro o Papa Francisco la construcción o renovación de la Iglesia que
pueda emprender es nueva misión fantástica de la Nueva Evangelización ante la luz del nuevo milenio y siglo que se vuelve luz Eucarística como los
caminantes de Emaús .
La Teología y Filosofía enfrentando y
cuestionando el pensamiento científico e industrial, la filosofía de la ciencia,
la relación entre la fe y la razón, los fieles cristianos en el ordenamiento y
proyección de las ciudades del futuro no
propuesto como una ilusión como Detroit que lentamente se va desquebrajando
como Pedro Paramo, la casa o ciudad se ha edificado sobre la arena y los
arquitectos han desechado la Piedra que es ahora Piedra angular, es esto una
maravilla de Dios.
Juan Ángel Peña
Enríquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario