domingo, 22 de marzo de 2015

354.-MUNDO DULCE, MUNDO FELIZ, MUNDO COCA COLA

MUNDO DULCE
MUNDO FELIZ
MUNDO COCA COLA

   Habíamos presentado una colorida silla mexicana que la interpretamos como el descanso  del hombre, el encuentro cara a cara, el poder encontrarse y dialogar, escuchar como principio de la reflexión filosófica en un mundo de ruido y prisa.
  Para tal edificación filosófica y teológica mexicana  decíamos que hemos de crear los instrumentos y herramientas que hagan posible el trabajo filosófico, un trabajo totalmente desconocido y desvalorado conforme al pragmatismo industrial y tecnológico, tales instrumentos como proyección de la Nueva Evangelización por lo mismo han de ser extremadamente sencillos y ordinarios  para no adulterar la sencillez y la fidelidad evangélica, en base a ello hemos de sembrar y cultivar las Primaveras del mundo del nuevo milenio y siglo.
 Hemos de considerar el trabajo en la sociedad de consumo, es decir la sobre productividad industrial, desde los multicolores monjes de Oblatos han de cultivar flores y frutos, un nuevo estilo de vida ante el mundo de la abundancia y el derroche.

  Tenemos entonces la Primavera Filosófica y Teológica con el Papa Francisco, la Primavera se entiende como la naturaleza, la creación, las semillas y los frutos de la tierra de la que se alimenta el hombre, el agua en su estado natural, el paraíso original en contraparte tenemos la ciudad como paraíso artificial  y su transformación industrial.
  La relación del hombre de las grandes ciudades se encuentra  o se debería de encontrar con esos frutos naturales del que se alimenta , por lo tanto los monjes multicolores de Oblatos (ese colorido de sus hábitos se debe a su siembra de la Primavera, en consecuencia los hábitos no son grises o negros sino que llevan pintados y bordados con vivos y llamativos colores las especies de animales y plantas en grave peligro de extinción) se conocen por sus hábitos alimenticios, por su estilo y forma de comer, si están sentados en una silla mexicana se determina  ahora la mesa, la forma de comer y de beber que tienen luego grandes profundidades teológicas: El Pan y el Vino, la mesa Eucarística que es una presentación sacramental de la Cruz del Señor.
  Pues bien, iluminemos lo anterior con las artes mexicanas, con la cocina mexicana que es patrimonio cultural de la humanidad , tenemos ahora frente a la silla platos, vasos y copas de los tesoros del arte mexicano que hunde sus profundas raíces en el arte prehispánico, la cerámica mexicana teniendo en Tonalá junto a Guadalajara una de las más bellas del mundo, el hombre de barro, la tierra que busca el cielo, la serpiente y el águila como principio histórico y urbano de la fundación y edificación de México, la fuente de su filosofía, la lucha entre la serpiente y el águila que marca las épocas  históricas, la lucha del cuerpo y el espíritu, el espíritu con alas que se eleva y la serpiente que arrastra al suelo y barro, esa lucha permanente y cotidiana entre lo carnal y celeste, la serpiente levantada en el desierto y explicada a Nicodemo, la Cruz donde revolotean las águilas , aquí tenemos los instrumentos y herramientas para la transformación de la historia y el pensamiento mexicano que encuentra en la Cruz del Señor su profundidad, plenitud y perfección, pero esa Cruz se anticipa como una sencilla mesa donde el hombre come y bebe.
  Entonces los instrumentos y herramientas para la transformación histórica se derivan de la Cruz y la sencillez del Evangelio, esta filosofía y teología no nace de reflexión del pensamiento y el conocimiento que es una característica de la vieja teología europea sino de aspectos sencillos y populares, la Teología y Filosofía Popular en la que son rico los pueblos latinoamericanos más si consideramos la inculturación del Evangelio, la religiosidad popular: la Teología Evangélica, de hecho esa renovación de la Iglesia iniciada en el Concilio Vaticano II donde se emprende una Nueva Evangelización nos invita a esa fidelidad evangélica  y no a la creación de una filosofía y teología como expresión pura del pensamiento del hombre que termina por ser muerte y frialdad, por ello esa Primavera Teológica es en su el florecimiento  y fructificación evangélica, el cultivo del pan y el vino, la mesa eucarística, esta es una cuestión central, piedra fundamental para la edificación filosófica y teológica con el Papa Francisco, la Primavera o florecillas de San Francisco de Asís.
  La Primavera es llevar entonces esa renovación del corazón y alma del hombre, el esplendor de la vida ante una cultura de la violencia y de la muerte.
  Esa mesa eucarística es entonces un encuentro cara a cara del hombre, no un encuentro ilusorio de Facebook, el fruto se ha transformado en palabra, es decir el alimento es Palabra, pan del que vive el hombre, comunicación, toca entonces en esta nueva misión evangelizadora comunicar,  dar la Buena Nueva, la Buena Noticia, son entonces los nuevos evangelizadores expertos comunicadores que iluminan la era digital y efectivamente a aquellos que primero se evangelizan es a los cientos de miles de matemáticos, lógicos, lingüistas, interpretadores, descifradores, decodificadores, Etc. de la National Security Agency (NSA) donde están los servidores centrales y a donde llega toda información y comunicación del mundo , se analiza interpreta y se le da un cuidadoso seguimiento cuando sea del interés  para el Estado , los grandes laboratorios experimentales donde se ensayan y experimentan los planes y objetivos a corto, mediano y largo plazo de la era digital y donde se definen grandes rasgos de las nuevas sociedades, tales cuestiones son fundamentales, prioritarias y estratégicas para la Iglesia y precisamente la filosofía de la Información y Comunicación son uno de los ejes centrales, toca entonces a los fieles laicos conforme a su vocación y misión en el ordenamientos de la realidades temporales ordenar la era digital a partir de esos ordenadores y procesadores por lo tanto es necesario que esa lógica y matemática se simplifique  a esa tarea evangelizadora, a esa comunión y participación en el encuentro eucarístico.
  Hemos de tener muy en claro que la efectividad o fructificación de esa comunicación o nueva evangelización no dependen de la era digital, pues el cristianismo no esa sujeto o dependiente a esos instrumentos, la fructificación depende en su unión a la Vid, a la fuente de la Vida, pues ciertamente el cristianismo que se ha extendido por todo el mundo, pueblos y culturas no se debe a las computadoras u ordenadores, se clarifica entonces la relación entre el fiel cristiano y los poderes del mundo, los imperios como fue el caso del imperio romano que busca el exterminio de los mismos, así, ante los nuevos imperios nuestra vida no puede depender jamás de relaciones digitales o virtuales que en último caso estarían determinados por la NSA, por tal razón poco o nada nos ha de preocupara que en Facebook no tenga “me gusta”, porque bien sabemos ahora desde donde se tejen las “primaveras” en las redes sociales que son experimentos y ensayos del nuevo orden mundial y social determinados en los grandes laboratorios de la NSA, la nueva sociología y psicología, la Iglesia no es una red social ni se rige por sus funciones lógicas y matemáticas, es esa cuestión elemental de los teólogos latinoamericanos con el Papa Francisco, en nuestro caso los monjes multicolores  de Oblatos, las zonas barriales y populares, las zonas pobres y marginadas de Guadalajara a donde llegó el Papa Juan Paulo II en el Barrio de Santa Cecilia como menciona el Filósofo de Oblatos Antonio Rojas. Esa Primavera de la Iglesia como la espera  Leonardo Boff del Papa Francisco es ante todo una renovación, retoño  y verdor del pensamiento y la teología, en nuestro caso la cultura e historia mexicana.
  Esa teología Popular  ha de romper con la viejo odre del modelo teológico europeo, fría y racional, lo vemos entonces como el Invierno Teológico Europeo mejor comprendida como oposición a la Primavera, a la vida, encender ese fuego primaveral ante el cambio climático y el calentamiento global, las Primaveras e Indignados ideologizados por los nuevos teóricos en que la Iglesia tiene una gran compromiso y responsabilidad.
  Ese comer y beber que luego  se vuelve palabra cultivada y fructificada en los monjes multicolores  de Oblatos, es decir el alimento del hombre de barro y el alimento del hombre celeste, espiritual o cósmico en medio de la sociedad de consumo de las grandes ciudades podemos sintetizarlo en la Coca Cola y las hamburguesas, el pan y el vino de la sociedad de consumo, el mundo de los gordos y de la epidemia de diabetes que azota el mundo, el símbolo de la sociedad de consumo la misma chispa de la vida en el que los mexicanos somos los consumidores más grandes del universo de Coca Cola, la cultura desechable de la industria alimentaria cuyas poderosas empresas  trasnacionales están en los Estados Unidos, este colonialismo alimentario de la sociedad de consumo que han hecho del mundo un dulce, de azúcar, el mundo feliz es una bebida y comida de azúcar derivados en gran parte de la fructosa del maíz, la planta mexicana de donde nace el hombre según el pensamiento maya.
  El mundo dulce multicolor en la  sociedad fría y muerta, esos anuncios comerciales y modas que hacen las Primaveras, el paraíso artificial y plástico del hombre, la felicidad en paquetes , botes y botellas desechables  en el templo de la plaza comercial, los ídolos  y dioses de la sociedad de consumo.  Este colonialismo industrial alimentario naturalmente que ha invadido a México y ha modificado la cocina y los hábitos alimentarios.
   La mujer ha sido liberada de la esclavitud milenaria del calabozo oscuro de la cocina cuando el Señor en la Mesa Eucarística como cordero Pascual da la auténtica liberación, el Cordero Pascual que libera de la esclavitud de Egipto donde matan los hombres y dejan vivir a las mujeres, solo Moisés que se escapa en un cesto realiza luego por el Señor prodigios admirables, las plagas, los ejércitos del Señor que se vuelven contra el hombre, la naturaleza, la Creación con sus admirables fuerzas terminará por volverse contra el hombre.
  Bien, una sencilla y una humilde mesa, como instrumentos y herramientas para transformar la historia nos obligan a que esos hábitos místicos y monasteriales nos permitan interpretar la sociedad de consumo, denuncia y destrucción de sus ídolos y dioses, esa humilde mesa que es imagen de la burla y desprecio de la Cruz, motor y eje de la historia del hombre, entonces los instrumentos más humildes y sencillos son los que harán los cambios trascendentales de la historia como resplandor de la Cruz, el misticismo de los monjes mexicanos se verá en su actitud ante las hamburguesas Mcdonald y la Coca Cola, por el gesto Eucarístico pues resulta que hemos visto monjes franciscanos con largos hábitos bebiendo plácidamente Coca Cola, negra la coca cola negro sus hábitos, una imagen contradictoria, entonces en nuestra mesa nos hay embases de vidrio de coca cola sino bella y hermosa cerámica de barro y vidrio del arte mexicana que se deleita en la cocina mexicana, la mesa en donde termina los frutos multicolores de la Primavera mientras que en las sociedades del primer mundo rodeadas por el invierno la comida enlatada con que llenan sus refrigeradores, el refrigerador y el fuego, dos sociedades distintas, el invierno y la primavera, el norte y el sur, los ricos y los pobres, el primer mundo y el tercer mundo, la inversión de los criterios y valores, con bellas obras de arte de Tonalá en humildes mesas mexicanas  les decimos:  ¡Salud!
                                                      Juan Ángel Peña Enríquez
 
 


 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario