domingo, 27 de octubre de 2013

217.- LA COCINA MEXICANA Y LA REVOLUCIÓN FEMENINA MEXICANA

 FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA
DE LA COCINA MEXICANA
ANTE LA REVOLUCIÓN Y LIBERACIÓN FEMENINA
 Con afecto a mi apreciada hermana Nieves
y su ensayo sobre la Cocina Mexicana.
 Muchas gracias a Alejandra.
 Gracias al Instituto de la Artesanía Jalisciense por las facilidades para tomar las fotografías
 Hemos juntado tres ensayitos que están al principio de este documento o blog.
las fotografías de Alejandra son los primeros ensayos, en dos o tres semanas si Dios nos permite tendríamos las definitivas, gracias por su paciencia y atención.




   En el último garabato de su servidor tratamos de ilustrar la Antropología Estética Mexicana y tomamos como base la pintura de Orozco en la Cúpula del Instituto Cultural Cabañas: El Hombre de Fuego, utilizamos para delinear a una mujer  a partir de las forma de la Cerámica Tonalá como son: Jarros, ollas, cantaros, tinajas, etc. , en su mano derecha tenía un platón con semillas y frutas, en otros dibujos hemos hecho lo mismo a partir de los instrumentos musicales del Mariachi o bien desde las forma  del Floreo de la Reata, estas expresiones culturales son ahora patrimonio cultural de la humanidad:  El Instituto Cultural Cabañas con el Hombre de Fuego, el Mariachi ,  la Cocina Mexicana y el Paisaje Agavero , y a partir de ello hemos de desarrollar la Teoría Estética Mexicana para que sea más comprensible para el mundo, son patrimonio universal del hombre.

  Hacemos ahora una sencilla reflexión sobre la Cocina Mexicana a partir de algunos elementos de ensayo de Nieves Peña sobre la Cocina mexicana que es una rica herencia prehispánica.

   En el garabato que anexamos arriba retomamos las forma de la Cerámica Tonalá y el Hombre de Fuego de Orozco, el hombre de barro  en el horno ardiendo, representa a una mujer frente al fuego de la cocina , las formas de las llamas de fuego dar forma a la mujer, en la parte superior están las ollas, cantaros, jarros, etc. Y las semillas y los frutos de la tierra, es una mujer cocinando. Hay un elemento fundamental en la cocina: El fuego, si hablamos antes del Hombre de Fuego  podemos hablar ahora con mayor razón de la Mujer de Fuego en el Hogar , en la cocina, ese Hogar es el Santuario mismo de la Vida y los alimentos son bendecidos y sagrados , hemos  dicho que la mujer tiene en sí tres formas de alimentar que son: Mediante el cordón umbilical que es el origen profundo de la Charrería, mediante los pechos o lactancia y mediante la cocina, la mujer por eso tiene formas como cantaros y ollas, los pechos que contienen la leche, el vientre materno son  las formas mismas de la cerámica de la cocina muy apreciadas en las culturas prehispánicas.



   El fuego en el Hogar se vuelve sagrado, los leños de distintas maderas al quemarse desprenden exquisitos aromas y perfumes cual si fueran inciensos que purifica los altares y templos, la lumbre en la cocina desprende calor y luz que iluminan de vivos colores el cuerpo y el rostro de la mujer mexicana que da forma a la masa y hace las tortillas  como base de la cocina mexicana, ( barro y masa donde se moldea el arte de la cocina mexicana) desde esta luz podemos ver algunos aspectos de la belleza de la mujer mexicana, la comunión y la fraternidad en el encuentro en la mesa, rituales y costumbres de la cultura mexicana, donde el mismo hombre nace del maíz.

  Para poder entender a profundidad  lo anterior hemos de acercarnos a la luz y fuego de la Teología  del Hombre Celeste donde el Señor preparando un Banquete  o Cena Pascual como la fuente misma de la Redención o Liberación del Hombre, el camino de la Liberación tomando humildes signos domésticos como es la mesa, el pan y el vino y hacer de esto la plenitud misma y perfección de la Teología, el propio pensamiento queda liberado de las sombras y del mal, la Liberación a partir de la cocina cuando la mujer moderna ve precisamente a la cocina como el principio de su esclavitud.



  Este Banquete o Cena del Señor es una plenitud del Cordero Pascual cuando fueron liberados de la esclavitud de Egipto y más aún tiene significados antiquísimos que encierran el mismo principio y creación del hombre en el Génesis donde el hombre come del fruto prohibido y encuentra en ello la muerte, en la Eucaristía el hombre come y encuentra la Vida y la Luz, de modo pues que no despreciemos los humildes quehaceres del hogar ante un falso modernismo y modernidad y falsas liberaciones porque la Cocina es la fuente y cumbre de la Teología, la auténtica filosofía y teología a de iluminar los aspectos sencillos y ordinarios del hombre y no crear élites ideológicas y culturales.

  El quehacer de la cocina, el Arte de la Cocina es para la mujer moderna mexicana uno de los aspectos que atentan contra su libertad y su dignidad, por ello es que la Revolución y Liberación Femenina  tiene como fundamental liberarla de la esclavitud del hogar, del calabozo oscuro de la Cocina, esta Revolución y Liberación Femenina la encabezan, abanderan y financian en gran parte las poderosas empresas trasnacionales de la belleza y los cosméticos y de las empresas trasnacionales de la Comida Rápida  que se han multiplicado por cientos de miles en México y esto ha hecho que los mexicanos sean los seres más gordos del planeta tierra a tal grado que el pintor que pinta puros gordos si mal no recuerdo llamado Botero ve en nuestro país el paraíso mismo de su pintura, la figura del mexicano se ha deformado y transformado en consecuencia el principio de la belleza, la Estética de la sociedad de consumo  y en las misma proporciones se multiplican las enfermedades.

  No solo vemos millones de comercios de comida rápida sino la multiplicación extraordinaria de las empresas trasnacionales de alimentos industrializados, en lugar de fuego en los hogares se tienen cada vez más  refrigeradores más grandes atestados de comida enlatada, de botellas y bolsas, la frialdad de la sociedad de consumo y el empobrecimiento de la economía familiar y de los precios bajos de los productos de los campesinos mexicanos que llevará a una crisis alimentaria y la crisis misma de la economía , una de las tesis Doctorales  del Ilustre Ideólogo de Huentitán.


   Esta fascinación del hombre por el fuego  al verse privado de la cocina tradicional, del fuego y el calor de la cocina lo encuentra en el consumo del tabaco, al encender el cigarro con el cerillo se ilumina su rostro, la brasa del tabaco y las formas del humo, cientos de millones de personas en el mundo fumando  y gran parte de ellos enferman y mueren, el tabaco lleva luego a otras drogas que también se fuman, el humo y el fuego en su rostro, una mala interpretación del fuego de la cocina y el hombre de fuego, del arte y la belleza, de la luz y de la vida.


  Hogar quiere decir hoguera, fuego, luz y calor, las llamas y el fuego envuelven al hombre y a la mujer y sus cuerpos se funden en la intimidad del hogar, es la fuerza y colorido del erotismo y del arte popular mexicana pintada de colores chillones y sabores picantes, a ello se suma el chile y el tequila que raspan los sentidos. En la cocina se conjugan todos los sentidos: la vista de las semillas de los frutos coloridos  y del fuego, el olor desprendido de los alimentos, el gusto para saborearlos, el oído al cocerse, sentir el calor del fuego y lo caliente de los alimentos, etc. Se exaltan los sentidos en la cocina  pero no por ello el mexicano ha de estar limitado para la reflexión filosófica, es por ello la intención de ideologizar las artes populares que ahora son patrimonio de la humanidad.


  De este fuego de la cocina se ilumina y da color a la estética femenina, las llamas vivas dan movimiento a sus formas y se comprende entonces el Hombre de Fuego de Orozco. La Teoría Estética Mexicana que no nace como una élite ideológica sino como una expresión misma de las artes populares que brotan del arte milenaria prehispánica, los tesoros de nuestra historia hoy celebrando precisamente el Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana, los caminos históricos de nuestra auténtica y original Liberación, la misión social y popular de las Universidades Pos Modernas Mexicanas.

  
                                         Juan Ángel Peña Enríquez





LA COCINA MEXICANA

PATRIMONIO CULTURAL DE
LA HUMANIDAD

  Dentro del acelerado proceso industrial hay un rompimiento con lo natural, entre el campo y la ciudad, entre la planta vegetal y la planta industrial.
  Hemos visto brevemente la literatura de Rulfo, Arreola, Yáñez, la literatura mexicana ligada a lo rural o a la sencillez del campesino como refugio de los indígenas, en esa arte no se afronta la vida urbana y de las grandes ciudades, un aspecto parecido a la época de oro del cine mexicano, la vanguardia cultural  se vería entonces como un futurismo que rompe y desconoce el pasado lo cual es una gravísima equivocación.


  Esta relación del hombre con lo natural jamás lo podrá romper o separar, es la unidad inseparable entre el hombre y la naturaleza, lo anterior se ve plenamente en su alimentación, el hombre come de las semillas y frutos de la tierra, en esto también vemos la relación entre el comer y la palabra, la palabra que alimenta.

   Los anteriores aspectos tienen profundos alcances teológicos: El hombre está en medio de un paraíso, el Edén, es un ecosistema perfecto, la mujer seducida come del fruto apetitoso del árbol del bien y del mal, de la sabiduría y de la vida, se le abren los ojos y se dan cuenta que están desnudos y da  principio la muerte. Vemos el comer en el Cordero Pascual que anunciaba su liberación de la esclavitud de Egipto y el Señor en la Eucaristía, en el Árbol de la Cruz, el hombre come y encuentra la vida o la muerte, la separación entre el bien y el mal, la izquierda y la derecha, es una nueva creación, un nuevo orden, el Nuevo Adán como nos enseña San Pablo  que dormido en la Cruz  de la herida de su costado nace la mujer o la Iglesia.

   Como ya hemos dicho la Eucaristía es una Fiesta, Madre de todas las fiestas, es un banquete  donde el hombre come, es la celebración sacramental de su pasión y su muerte y una muerte de Cruz, el grano de trigo ha muerto para dar fruto, la muerte del Pastor vuelto cordero que da fruto en abundancia, la fuente misma de la vida.
   La humildad de la cocina mexicana con la luz de su fogón refleja e ilumina esos antiquísimos misterios, es ahora patrimonio cultural de la humanidad y toca a nosotros invitar al mundo a sentarse a esta mesa  y disfruten de nuestra humildad y sencillez, esa cocina sintetiza la naturaleza y el campo, una síntesis histórica doméstica y en ello encuentra parte de la identidad profunda de la mujer desgraciadamente rechazada y despreciada por los ideales de la revolución y liberación femenina que ven en la cocina como dice Nieves Peña una cárcel que las oprime y las esclaviza.


  El pintor Diego Rivera, en lo personal no llena el ancho y lo profundo del corazón mexicano , si bien desarrolló el muralismo histórico  sin  embargo sentimos que le faltó el paso a la abstracción pictórica, Frida su esposa también pintora  representa en cierta forma a la mujer mexicana, el Adán y Eva del arte pictórica mexicana que pintan incansablemente  el paraíso de la cultura de nuestro pueblo, crear y recrear a un pueblo destruido intencional y sistemáticamente, reconstruir una arte gravemente amenazada, decíamos que utilizamos mucho el concepto de “reconstruir”  porque en Pedro Páramo y Arreola es un desmoronamiento y destrucción  trágico que se suma al propio proceso destructivo de la conquista, en este sentido el Arte Mexicano Pos Moderno se miran como nuevos retoños, como nuevos brotes primaverales de un gran árbol cuyas raíces  se hunden   en la cultura milenaria prehispánica, un árbol que da frutos , pues en un afán de novedad y modernismo  podríamos desconocer esa herencia y tesoros que desfigurarían la identidad de nuestra arte  y cultura , el propio árbol dentro del Evangelio representa la vida y la muerte, la semilla que se sepulta en la tierra y muere  y luego renace a la vida , el misterio del hombre ante un árbol resuelto plenamente ante el Árbol de la Cruz.

  Decíamos en páginas anteriores que el hombre encierra en sus órganos sexuales  el mismo génesis, puede el hombre crear al hombre, y en el alimento da otra vez vida o mantiene esa vida, por eso en el sencillo video que anexamos y que son unas pinturas de Frida hay una relación entre las flores, los frutos y la sexualidad, entre los frutos de la tierra y la desnudez sexual del hombre, la cocina encierra  ese misterio del Génesis: La mujer da  de comer  al hombre, el hombre come de la mano de la mujer, bueno, eso era antes que la mujer revolucionaria se liberara de la esclavitud doméstica y la cocina se transformara
en una fría distribuidora de productos industriales  enlatados.

   La cocina es un encuentro con la vida, es un banquete de encuentro y fraternidad sombra de la Eucaristía, es una Fiesta, es el regreso al Paraíso, la reconciliación y la unidad, aunque esto tiene otro sentido , el comer, la lengua, el alimento, la palabra, nos estamos refiriendo a la Palabra, el Arte de la Palabra, la lengua come el mundo exterior y la lengua lo hace palabra abstracta saliendo del interior del hombre hacia el exterior, la Palabra es un árbol que da frutos, hay árboles buenos y árboles malos, árboles que dan frutos y otros solo espinos y amargura y por esos frutos se conoce al hombre como dice el Señor.


  Entonces la Palabra como espíritu, como semilla se siembra en la tierra, en el hombre terreno, para brotar como hombre espiritual, la frialdad de la palabra actual es que ha perdido su unidad con la naturaleza volviéndose enteramente urbano industrial, un acelerado futurismo que desconoce el pasado y la historia, las raíces, el envejecimiento, las modas literarias de la sociedad de consumo instantáneas y desechables terminan irremediablemente en los basureros históricos.

  Con los aspectos anteriores de la teología popular mexicana podremos sembrar y entender  las primaveras del mundo profundamente Indignados contra todo aquello que atenta contra la dignidad y el derecho del hombre, la cultura mexicana mediante la refundación de los modelos universitarios ha de hacer su contribución y solidaridad con ellos.


                                            Juan Ángel Peña Enríquez
EL TEQUILA Y LA COCINA
TRADICIONAL MEXICANA:
PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD

  Atraídos por el resplandor de las grandes ciudades  los pueblos rurales de México han quedado habitados por fantasmas, solo quedan viejos que se consumen entre suspiros, las mujeres con rebozo gris y negro rezan continuamente el novenario por tantos muertos y desaparecidos, son como monasterios donde reina la quietud y el silencio, ahí no existe el tiempo ni la prisa, todo es una espera donde se oye el aletear de las moscas, divisar de lo alto a los que se van y no regresan borrados por el polvo y los caminos como serpientes que los devoran, los pocos que quedan no conocen el color ni las modas, todos visten igual, no se distingue el rico del pobre, mejor dicho todos son pobres, no tienen cuerpo ni miembros, ni  rostro y se diluyen en la resequedad del suelo, partidos por el frío, el abandono y la soledad.

   El humo de las chimeneas de la cocina es la escritura entre borrones da a entender que alguien vive tras las paredes de adobe y hay alguien que aún no se ha marchado y espera, es la mujer mexicana frente al fuego de la cocina que pinta su rostro y su cuerpo de vivos colores  reflejando su sombre en techo y paredes como una danza, son los recuerdos y los bosquejos de la cocina tradicional mexicana que es ahora patrimonio cultural de la  humanidad, es el génesis particular del hombre mexicano amasado y moldeado de barro y de maíz.


   El Hombre de Fuego está rodeado de varias siluetas de hombres como trazos de carbón, como si fueran las cenizas y carbones del hombre cósmico que asciende con la fuerza del fuego, entre lenguas de fuego y de humo, las siluetas de hombres carbón giran tomados de la mano en un danza prehispánica que da movimiento a la tierra y el cielo  como un torno que da forma a los hombres, la fuente de la antropología mexicana, el génesis estético.  Uno de esos hombres de trazos de carbón y ceniza es el pintor Dr. Atl atraído por el fuego de los volcanes, los volcanes son los padres de los paisajes, estruendo y temblor, orgasmos geológicos concibiendo y pariendo estas tierras, los volcanes son también artesanos viejos llenos de arrugas, de recuerdos y secretos, el escultor que funde el hierro y el bronce para dar forma a sus sueños y delirios reproduce el paisaje de los volcanes que se derriten y corren y cambian y toman mil formas, el hierro se deshace como fantasma  y se escapa entre las rendijas sintiéndose libre ,  quizá por ello los escultores le encuentren algo de alquimista  y de magia.

  Aún hoy vemos el Volcán de Colima, uno de ellos activo y el otro dormido o muerto cubierto de nieve, como si estos dos volcanes formaran el corazón de los hombres de estas tierras, por el rumbo de aquellas tierras es Orozco, Rulfo, Arreola, los sones y el mariachi, lava hirviente que corre por los ríos y arroyos del cuerpo, el hombre derritiéndose y fundiéndose dando origen al hombre y al mismo tiempo el hombre dormido, muerto y sepultado con cobijas rodeado de oscuridad y frío.

  Cercas de Comala y Sayula está Cocula y Tecalitlán, de ahí es donde revientan los sones, ahí floreció el Mariachi  como una rebelión contra el silencio, contra la muerte, contra el frío y la oscuridad , la vida es voz y es canto, es grito y es fuego, el aliento del hombre ya no es un susurro, murmullo, eco, ronquido, balbuceo o tartamudeo como agonía de muerto sino que es un grito que como el gallo que despierta y apresura el amanecer con su serenata y la luna corre asustada brincando tapias  y azoteas  sorprendida  en amoríos secretos, es el charro, el mariachi con su caballo y su inseparable tequila.


   El Volcán de Tequila son parientes y de la misma familia de los volcanes que hemos citado , este volcán contempla de lejos a Guadalajara  con el sol a sus espaldas que le gusta pintar  de rojo las nubes, el sol duerme y habita en el volcán de tequila , fuego y lava quizá recuerdos de amigos hechos de lumbre , el Volcán de Tequila es ya viejo , su rostro está cubierto de arrugas , está  silencioso y pensativo fumando un cigarro de hoja viendo el humo y de vez en cuando tosiendo y asustando a los hombres que se estremecen , se recuesta, extiende sus pies y sus brazos que son sus laderas y valles , dormita y sueña,  en los huecos de su piel salen vapores  soñolientos que forman las plantas del tequila y pintan los  paisajes extraordinarios de color azul como si se chorreara  y destilara  del cielo, el tequila es el fuego de los volcanes que enreda en  su sueño a los hombres, es el fuego que derrite el corazón frío de los hombres  y desata su lengua,  moldea el carácter bullicioso  y chispeante del mexicano, el tequila es comer lumbre de los volcanes, esto tiene otro significado filosófico y teológico.

  El hombre de barro es un hombre terreno, el vino, en este caso el tequila hace que el hombre muera y se revista de un hombre nuevo según la teología de los primeros padres apostólicos, se olvida entonces el hombre viejo y da lugar al nacimiento de un hombre espiritual vivo y alegre , es decir el tequila debería de ser una bebida espiritual, seguimos tratando al hombre de barro y el hombre de fuego o lumbre, a la luz y a la oscuridad, al frio y el calor , vivos y muertos.
  Esto tiene enormes profundidades teológicas  que comparados con  la frivolidad metodológica del psicoanálisis son solo garabatos infantiles del viejo mundo europeo.


  Diremos brevemente que   las aguas del bautismo simboliza o prefiguran  la muerte, el hombre es sepultado por las agua, el agua da al mismo tiempo vida y muerte como es el caso del diluvio, el agua mata a los hombres y Noé y las especies de animales flotan sobre un leño o barca,  nuestro padre Noé planta un viñedo, produce el vino y se embriaga y queda desnudo,  su hijo Canaán se ríe de él y Noé lo maldice y  en cambio bendice a Sem que cubre la desnudez de su padre, el Señor que es la Vid Verdadera transforma el agua en vino en las Bodas de Cana  y luego en la Eucaristía transforma el vino en su sangre, en la nueva alianza, el vino simboliza  sacramentalmente el derramamiento de sangre en su pasión, está desnudo y recibe burlas como Noé en quien   principia una nueva humanidad, en la Cruz el Señor bendice al de la derecha y maldice al de la izquierda, la cruz salva y condena, es debilidad y poder, es burla y es gloria, al mismo tiempo da vida y muerte,  es su muerte, la muerte del cordero que establece una nueva alianza nueva y eterna, eso de la eternidad está encerrada en el propio misterio del vino, pues en efecto al triturar las uvas al tercer día se transforman en vino, el vino al paso del tiempo no se corrompe sino que se hace cada vez más exquisito mientras que otros compuestos orgánicos terminan por corromperse, el vino se añeja como la misma eternidad, el vino que es una muerte o bautismo sepulta al hombre carnal o terreno y resurge el hombre nuevo o espiritual, es una embriaguez  espiritual , y desde esta luz teológica podemos entender entonces el tequila en México,  cuyos paisajes agaveros son ahora patrimonio cultural de la humanidad, aunque  hemos de decir que el tequila está en manos de  empresas trasnacionales.


  En lo anterior hemos visto la muerte del mal y del pecado, para que el pecado deje de existir ha de morir y ningún psicoanalista tiene poder ni para perdonar el mal o pecado ni mucho menos poder para dar muerte al pecado,  si alguien comete una falta tiene culpa y remordimiento, esa falta que cometió contra una persona no puede ser perdonada por el psicoanalista más bien podrá perdonarlo aquel a quien ofendió y entonces sanará su inconsciente, la muerte del mal o del hombre viejo para dar lugar al nuevo yo según nos refiere San Pablo, de tal forma que el cristiano y el mexicano miran la muerte y el mal que nada tienen que ver con la frialdad metodológica del psicoanálisis.


  Para concluir y ver las artes y mañas de los pelados y los provocadores de sueños como Inocencio vemos esta arte de pulsear y dar calor de la psicología popular mexicana, de hipnotizar  y llevar al trance como lo hacía Freud, es sobar y dar calentura como la de los volcanes pero ahora frotando y tallando manos, miembros y  cuerpos , no interpretar el sueño sino provocarlos, en la gravedad del incesto entre Bartolomé y su hija Susana simulan también una muerte al descender a un pozo donde se va perdiendo la luz, ella aún  niña está sostenida y atada por una cuerda o reata que la hace sangrar, en el fondo se encuentra una calavera, la muerte del mal, el Charro no es pues un interpretador de sueños sino un provocador de sueños y con su reata  desciende a los abismos del corazón del hombre donde habita la oscuridad y la muerte, esta psicología del nuevo mundo nada tiene que ver con la psicología y filosofía del viejo mundo, más para Dios dueño del mundo y de los hombres , éste es uno solo.

                             Juan Ángel Peña Enríquez
su servidor haciendo unos garabatos para la cocina de un amigo, son los ensayos, estudios  y trazos para una pintura en una cocina mexicana, aunque deben de estilizarse pues es una casa con una arquitectura moderna y contemporánea de mi buen amigo Felipe Nuño, saludos.

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