OJOS TAPATIOS
Los ojos del siglo pasado fueron impactados
por el cine, la televisión, el video y ahora la era digital, la generación de
la imagen y del espectáculo.
La importancia de los medios de comunicación
en la construcción de la sociedad del espectáculo, de la sociedad de consumo: ¿Qué
tanto influyó el cine y la televisión en
el desarrollo de nuestro ser, personalidad, conducta, identidad y sensibilidad?
Hemos de decir que tanto el cine, televisión,
radio y periódico, el hombre , las grandes masas eran receptadores pasivos,
eran unos cuantos medios en poder de pocos empresarios, ellos definían de
manera unilateral el control de los medios, la cercanía con el poder político,
por ello grande es su responsabilidad y el juicio histórico y divino que
esperan, pues en efecto ejercían un gran poder
si consideramos que fomentan una cultura de masas basada en una escala de valores e intereses
individualistas, difusores de la violencia y de la muerte, los anuncios
comerciales base de la sociedad de consumo, la superficialidad y la banalidad y el olvido de los valores fundamentales como:
la justicia, el derecho, la libertad, la dignidad, la convivencia, el sano
desarrollo del hombre.
La importancia de la ficción por encima de
la realidad, la distorsión de los acontecimientos sociales, urbanos y ambientales,
la falta de crítica y autocrítica, los intereses políticos antes que los
intereses de la sociedad, por tal razón no podrán trascender y sustentarse por sí mismos y eso significa
la lenta desaparición del cine, la televisión, radio y periódico ante la era
digital.
Si eran los canales únicos no había porque
capacitarse y buscar calidad, (siendo únicos) todo aquello que difundieran era
visto y resultaba un éxito, por tal razón tales medios se fueron empobreciendo
mientras que aquellos que vetaban o censuraban se capacitaban cada vez más de
modo que ahora con las nuevas tecnologías difunden con gran capacidad, libertad
y creatividad todo aquello que los medios tradicionales por ninguna razón lo
permitían, se tienen ahora millones de canales alternos e independientes.
Por ello la sociedad del espectáculo tenía
una visión única e institucionalizada de
su ciudad, del acontecimiento local, nacional e internacional, ellos eran los
ojos únicos con que se miraba la realidad de todos los acontecimientos, con
ello determinaban modos y comportamientos, los moldes de la sensibilidad, formaban la opinión pública, el
entretenimiento, la diversión, la música, los ídolos del espectáculo, sin estos medios
tradicionales no es posible entender el mundo y la sociedad del siglo XX.
LA SOCIEDAD DE CONSUMO
Y LA SOCIEDAD DEL
DESECANTO
La filosofía postmoderna mexicana debe de analizar con profundidad la influencia
del individuo y de la sociedad debido a los medios de comunicación tradicional:
radio, cine, televisión y periódico que en sus anuncios hace primero la
sociedad de consumo como expresión de la
cultura urbano industrial, el producto comercial donde le propio hombre es una mercancía, los anuncios espectaculares
que ahogan las grandes ciudades, el hombre vale por la marca comercial que
porta en sus vestidos y productos, por el modelo de automóvil que maneja y en
ello basa su éxito y realización, la brutal sociedad de consumo que solo termina por producir frustración,
tal frustración ha de ser remediada con la sociedad del espectáculo, millones
de artistas se lanzan a conquistar la felicidad frustrada del hombre urbano
industrial, billones de canciones y películas le ofertaran la alegría en todos las formas y
temas posibles hasta llegar al agotamiento, y el hombre del espectáculo es cada
vez más y más insensible, ha perdido su capacidad de asombro y de
maravillarse ante el universo, el mundo,
ante la sociedad y hasta de sí mismo, tenemos entonces ahora la sociedad del
desencanto, del hartazgo, los temas del cine y los ídolos musicales ya no
logran emocionar al hombre , el hombre no puede ser una mercancía en las ofertas
del mercado, no puede ser un receptor pasivo del espectáculo que no toma en cuenta su propia historia y
realidad, el hombre ante la sociedad de consumo
de la cultura urbano industrial es más que un cuerpo, se ha olvidado de
su alma y de su espíritu, de su ser, de los valores que no tienen precio ante
las ofertas del supermercado: la justicia, la verdad, la libertad, el derecho,
la dignidad del hombre, pero muy especialmente el hombre se ha olvidado de Dios, ha construido su historia,
su mundo y paraíso artificial sin él y he ahí su gran fracaso.
OJOS TAPATÍOS
Francisco Peña nos plantea ahora Ojos
Tapatíos que se abren a los horizontes amplios del nuevo milenio y siglo , se
abren después de ser dominados por los medios de comunicación tradicional, se
tienen nuevas visiones y perspectivas de
aquellos excluidos y marginados de los medios monopólicos de la información y comunicación, estamos
ante una nueva era, aparecen los blogs, las redes sociales, los canales independientes,
periodismos digitales, nuevas estaciones de radio ciudadana, pareciera
inicialmente como si fuera la democratización de los medios de comunicación, la
libertad de expresión y crítica es ahora difícil que sea controlada por el
Estado o por los medios de comunicación tradicional.
Ojos Tapatíos al igual que el Tequila,
Mariachi y Charrería se adecua a los nuevos tiempos, despertar, visión,
contemplación , la importancia de la luz en la vida del hombre, los alcances
teológicos y filosóficos de la luz.
Francisco Peña ha redescubierto Ojos Tapatíos
su interpretación es amplia e interesante.
Guadalajara monasterial rodeada, amurallada
de conventos, Guadalajara de la Minerva y de los Arcos, los Arcos del Milenio, el puente atirantado Matute
Remus, el Santuario de los Mártires y la
Guerra Cristera, si Guadalajara tejió esa identidad nacional del Mariachi y
Charrería, Guadalajara se volvió entonces en un refugio de esa cultura nacional, la Guerra Cristera que
define esa fe, los Arcos y la Minerva
como muralla y custodia de esa identidad y cultura nacional, la defensa de los
valores nacionales.
Es por ello ese carácter tradicional y conservador, Guadalajara se
siente custodia de la cultura nacional, esto popularmente lo vemos reflejado
también en el equipo de fut bol de las Chivas
del Guadalajara que celebra y defiende ese nacionalismo precisamente frente a
los Arcos y la Minerva.
Si Guadalajara tiene esa importancia en su
contribución a la cultura nacional, entonces Ojos Tapatíos se han de abrir a
los retos y desafíos de la era digital, la Filosofía mexicana de la información
y comunicación.
Francisco Peña observa que los Arcos del
Milenio redefinen esa visión de Guadalajara , dichos Arcos se proyectan sobre
el Puente Matute Remus, tanto los Arcos como el Puente están hechos exclusivamente
para el automóvil , el hombre de a pie
no tiene lugar, y estos arcos milenarios y puentes como puerta y puente
supuestamente proyecta a Guadalajara al futuro, hacia la riqueza y opulencia
feliz de la Guadalajara privilegiada poniente, creando varios abismos, tales
supercarreteras no llevan al futuro sino a la destrucción bajo el imperio y
dictadura del automóvil que son fuente de las guerras por el petróleo, la sociedad desechable del plástico.
La Nueva Guadalajara que Dios nos ha
permitido plantear tiene como
cimiento y columna el rico ecosistema de la Barranca, la
relación del hombre con su medio o entorno natural , así como el Museo de Arte
Moderno y Contemporáneo, el arte, la libertad y creatividad como camino
antropológico de liberación y realización
sobre el eje de la Calzada Independencia
que es la gran muralla o muro de
separación entre la Guadalajara Poniente
que es la rica y opulenta y la Guadalajara Oriente donde se desborda la
pobreza, exclusión y marginación, en esta dialéctica o polaridad urbana y
social Tapatía tiene un gran significado teológico , esa luz y oscuridad, los
Ojos Tapatíos, la Luz del Mundo, la teología como constructor del futuro de un sector que le caracteriza la
destrucción, la pobreza, los cementerios, la violencia ay la muerte, este es el
reto teológico de Ojos Tapatíos, la lámpara para iluminar los nuevos tiempos y espacios, la construcción de las ciudades al
futuro , Ojos Tapatíos es una nueva visión para ver e interpretar Guadalajara
donde hunde su raíces la cultura mexicana.
Este concepto teológico se proyecta con
claridad hacia esa teología americana, la luz en la era digital.
EL HOMBRE DE LOS
VOLCANES
EL HOMBRE DE FUEGO
Actualmente esta una exposición del Tapatío Dr.
Atl en el Hospicio Cabañas que es
Patrimonio Cultural de la Humanidad celebrando los 50 años de su muerte, Atl
que fue el pintor mexicano de los volcanes, el fuego, la lumbre de los
volcanes, lumbreras que iluminan intensamente la prehistoria, el arte de la
formación de los paisajes, de los valles y montañas que luego
se pintaran de colores por las estaciones, la fuerza, el fuego de la creación,
imágenes nocturnas de hogueras volcánicas que cuentan antiquísimas historias,
Atl nacido en el barrio de San Juan de Dios , el corazón ardiente y palpitante
de Guadalajara donde corre con facilidad
y libertad el color y calor de la sangre, y ello se desborda en los sentidos,
el chorrear del arte mexicano, los colores mexicanos , el calor de la cultura
tapatía que moldeó esa identidad nacional, ese hombre de los volcanes termina
por envolver al hombre, el llano en llamas de Rulfo, el Hombre de Fuego en la cúpula
del Cabañas que se transforma en un sol pictórico que ilumina
ahora las sombras del Valle de Atemajac las tinieblas del Oriente de
Guadalajara, esos son los Ojos Tapatíos que se alzan para contemplar majestuosos el hombre
trascendental Tapatío, el hombre cósmico, celeste, incendiado con el fuego de
los volcanes, esa es la profunda identidad Tapatía y es la lámpara de su
filosofía particular, ese fuego antropológico ilumina su pasado, su historia,
desde la Revolución Mexicana , la Guerra de Independencia, la colonia, la
sangrienta conquista, los pueblos prehispánicos, todo ello se ilumina y lo
sintetiza , tal lumbrera permite entonces dar claridad a los rincones del
corazón del Oriente, la antropología estética como base y principio de la
reflexión teológica, reflexión, visión, proyección, como Patrimonio Cultural de
la Humanidad : Mariachi, Cocina Mexica, el paisaje Agavero, la cultura mexicana
ante la globalización que supera ese
concepto folklórico de nuestra cultura , el turismo antropológico en el que el
mexicano es solo una curiosa atracción que despierta compasión , si el Señor
Dios nos ha dado un Papa Americano entonces se nos han dado las gracias y
talentos para edificar sobre la Roca firme, sobre los únicos e inconmovibles cimientos
que es Cristo Jesús sobre la que hemos de levantar la Teología Americana que de fin a ese centralismo teológico
europeo.
En dicha imagen del Hombre de Fuego vemos
varios bosquejos del hombre asentados sobre expresiones de la Revolución Mexicana,
en dicha historia pictórica nos conduce a la época prehispánica, el águila y la
serpiente, el principio del hombre, el Génesis, el hombre de Barro.
TEOLOGÍA AMERICANA
Esta
teología parte de la antropología americana, el significado profundo del hombre
americano, del nuevo mundo y la forma en que ha influido esto en el mundo con
el dominio de los Estados Unidos.
El Papa y teólogo Francisco de Argentina nos presenta su primera encíclica que tiene
por título la Luz de la Fe, donde nos refiere ´como el hombre en la historia
universal busca la luz y precisamente los Aztecas o Mexicas se conoce como el
pueblo del Sol, el hombre asciende y desciende en su arquitectura astronómica de
las pirámides lo cual les permitió a los Mayas tener calendarios solares y lunares
más precisos que el calendario gregoriano que nos rige, el dominio de la luz
como parte de la cultura milenaria mexicana, el mexicano encontrándose con
sus dioses celestes en la cima de sus pirámides.
La Luz de la Fe según la reflexión y
proyecto de Gilberto Robles que diseña como reflexión una Catedral de la Luz
para el nuevo milenio y siglo, con ello se define alguno de los aspectos
teológicos de la nueva era de la información y comunicación, la relación entre
la arquitectura y los aspectos teológicos.
Moisés asciende al Monte Sinaí donde recibe
del Señor las Tablas de la Ley escritos
con su propia mano, ese encuentro de Moisés que los libera de la esclavitud de
Egipto, su rostro se vuelve brillante de
modo que se cubre con un velo, el Señor Cristo Jesús asciende al Monte
Tabor y se transfigura volviéndose luminoso
, entonces aparece Moisés y Elías y se escucha una voz admirable, todo ello
envuelto en una luz luminosa, esta imagen para nosotros es una volcán maravilloso,
teológico, la nueva creación , el encuentro de Dios con el hombre que lo transforma
y reviste de luz, la verdadera luz que alumbra a todo hombre que viene al
mundo, ya no es la luz del sol sino que el hombre aspira y tiene sed de esa luz
como lo refiere el Teólogo Americano Francisco , en Nicodemo que va de noche a
ver al Maestro el Señor le revela ese nuevo nacimiento la diferencia entre el
hombre de barro y el hombre celeste, la luz y las tinieblas, la vida y la
muerte, donde l hombre prefiere la oscuridad a la luz, es decir queda cegado, ciego como al
abrirse sus ojos en el paraíso y se da
cuenta que está desnudo y cubre su desnudez, el Ciego de Nacimiento, la Luz del
Mundo, ese admirable milagro del Señor que al mismo tiempo da vista al ciego de
nacimiento y a los que ven quedan ciegos ¡Qué forma tan admirable de hacer
milagros del Señor!
La teología Americana se construye a partir
de esa Luz, la Luz de la Fe del Papa Francisco, ello abre de nueva forma Ojos
Tapatíos para contemplar el Hombre de Fuego, el hombre transfigurado, el hombre
trascendental, celeste, luminoso, el mexicano cósmico, la purificación de
nuestra cultura, el hombre envuelto en llamas, es también una transfiguración
del hombre, en ello se define el futuro de nuestra sociedad mexicana.
La sociedad de consumo se ha edificado
pirámides y templos donde rinde culto a sus nuevos ídolos que les proporciona
comodidad, libertinaje y placeres ilimitados , son los ídolos que menciona el
Papa Francisco, el ídolo de sus objetos
y sus máquinas que los ha hecho con sus manos como el diosero de
Francisco Rojas González que fabricaba sus ídolos y dioses conforme a sus
caprichos y antojos, que es en realidad un egoísmo antropológico, el antropocentrismo
brutal e irracional de la cultura urbano industrial regido por las leyes del mercado, por el dios
dinero , los ídolos y dioses de la sociedad de consumo que destruye sin miramiento su pasado, su
historia, naciones, pueblos, etnias, miles de especies y plantas y animales que
no tienen ningún valor en las ofertas del mercado, en su absurda escala de
valores, entonces el futuro del hombre guiados por sus profetas y sacerdotes
del placer y la felicidad de la sociedad de consumo es el paraíso artificial
encerrado en una cápsula o burbuja aislada del mundo donde reina el individualismo agresivo.
Esa ley y valores del mercado de poderosas
empresas trasnacionales que destruyen historia y fronteras, hombres y naciones
y plantean el mundo feliz de la
globalización que garantiza tan solo la expansión
de sus empresa y negocios, la sociedad instantánea y desechable de la sociedad
de consumo donde domine tan solo el interés económico sobre cualquier otro, esto parece ser la
esencia y el objetivo de la Unión Europea vista desde la lámpara teológica
de América, esa globalización o nuevas
fraternidades mundiales que apuntalan ese nuevo orden mundial con la era
digital no sorprende de ninguna manera a la Iglesia pues en efecto la Iglesia
tiene una misión universal de dar unidad a todos los pueblos de la tierra y formar un solo pueblo, desde
este claridad se ha de comprender a profundidad la Unión Europea y el fin del
centralismo teológico europeo, para ello es necesario que conozcamos y
dominemos a profundidad la filosofía de la información y comunicación, retos y
desafíos de la era digital, la construcción de las ciudades al futuro en la
llamada aldea global, Estados Unidos, América y la Unión Europea temas
fundamentales de seguridad nacional que toca a la filosofía y teología
Americana iluminarlos, alumbrarlos, ese es una de las tareas de la filosofía
mexicana postmoderna celebrando el Bicentenario de la Independencia y
Centenario de la Revolución Mexicana.
Juan Ángel Peña Enríquez
Juan Ángel
Peña Enríquez
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