OJOS TAPATÍOS
Y EL
DESPERTADOR AMERICANO
La revolución de la nueva era digital necesita de teórico se ideólogos de la
información y comunicación que analizan con detenimiento y profundidad los
profundos cambios que se están gestando en el hombre, familias, pueblos y
naciones mediante la construcción de la esplendorosa aldea global, por ello
Ojos Tapatíos despiertan a la luz de esta nueva era.
Un paso preliminar es hacer una evaluación
crítica de los medios tradicionales como
cine, periódico, radio y televisión que
fueron decisivos en la formación del
siglo XX, esta comprensión nos permitirá visualizar algunas líneas proyectivas
de la era digital.
Francisco Peña en su proyecto de Ojos Tapatíos
nos presenta el tema “ El apagón ilógico analógico” el apagón analógico en México donde en un año electoral se regalaran
millones de televisiones y la esposa de
Peña Nieto es un producto de Televisa, la poderosa empresa que dominio y moldeaba bajo sus programa s y su escala de
valores el tipo de sociedad mexicana,
grande es esta responsabilidad por el
que enfrentarán un juicio severo tanto
histórico como divino siendo que la
televisión ha sido tan solo un instrumento de gobierno para la enajenación y manipulación, no para
la educación y la difusión de auténticos valores que humanicen nuestra sociedad.
Si el cine mexicano en su época de oro con
sus limitantes presentaba al hombre mexicano, la televisión tiene por objetivo
su destrucción, presentando como hemos dicho a un hombre débil y ridiculizado ,
por ello el tema principal de Televisa (El Canal de las Estrellas) era hacer de la estupidez e idiotez héroes nacionales, de lo ridículo la
diversión y el entretenimiento y ello
explica la desmoralización de la sociedad mexicana , los modelos de conducta
los define Televisa, hemos de ver en nuestra vida la influencia de la
televisión y ciertamente que nos
quedaremos sorprendidos al descubrir que
somos simples títeres que juegan con nuestros afectos y sentimientos.
Hoy sufrimos en México los estragos de la
inseguridad y la violencia y son en efecto frutos de las generaciones
gestadas por los medios de comunicación , difusores incansables de la cultura
de la violencia y de la muerte, veamos por ejemplo el tema de las
películas en que los criminales
despiadados son héroes que se celebran, en la televisión la forma tan
superficial en que tratan la sexualidad humana, el mensaje de las canciones, el
periodismo al servicio del Estado y los grupos de poder sin ningún compromiso social , por tal razón si no tenemos medios de comunicación
constructores la sociedad es tan solo un
reflejo de los mismos, toca ver en esta nueva tarea la forma en que la era
digital reforma, destruye, reconstruye, renueva,
elimina, democratiza o socializa los medios de comunicación tradicional .
Dentro de la Teoría de Redes y de Grupos
Tapatíos que busca crear a teóricos e
ideólogos , dentro de este modelo teórico interpretativo de la era digital poco nos ha de preocupar si esto se extiende
por las redes o tiene unos cuantos “me gusta” , el poder y la fuerza del
Evangelio no se mide con tales
parámetros, de hecho poca levadura fermenta toda la masa y no es esto para difundirlo con trompetas
pues nada debe saber la mano izquierda lo que hace la derecha , la
interpretación teológica de la era
digital no se sujeta a sus criterios, de otro modo entraríamos
al juego del poder del nuevo orden
mundial, la globalización digital.
Si filosófica y teológicamente vemos al
influencia y el poder de los medios de comunicación en el siglo XX, hemos de
prestar mayor atención a los retos y desafíos de la era digital que tocará en gran parte conformar la
sociedad del siglo XXI, las visiones del hombre, la antropología postmoderna queda condicionada al universo digital , la
universalización y globalización , esto tiene que ser una cuestión de seguridad
nacional dado los profundos cambios en la política y en las relaciones
internacionales.
De esa antropología pasamos ahora a la
cuestión social desde el punto de vista
teológico: La Doctrina Social de la Iglesia, el compromiso de la Iglesia
Latinoamericana en la construcción de la
sociedad , este concepto social sembrado en las distintas conferencias y
documentos Episcopales latinoamericanos,
aquí avanzamos en dos líneas: una es la antropología del hombre Americano y otra más clara y precisa: La Doctrina
Social , la Filosofía Social Americana, en este proceso pastoral se avanza un
poco más en la aplicación de esa Doctrina Social, concretamente en
Latinoamérica se vieron las Comunidades Eclesiales de Base como futo del Concilio Vaticano II, la acción
Pastoral de Juan Paulo II y ahora confirmada por el Señor en Papa de América,
el Papa Francisco donde América toma una atención y una responsabilidad
particular, sin embargo tales Comunidades Eclesiales de Base en Sudamérica:
Brasil, Colombia, Perú, Etcétera, se distorsionan con la Teología de la
Liberación, vemos aquí la diferencia entre la Teología de la Liberación y la
Teología social, esta última cimentada
solida y fielmente sobre la Doctrina Social de la Iglesia , el magisterio de la
Iglesia .
La Iglesia tiene entonces una opción preferencial
por los pobres y por su identidad y
naturaleza una misión social, la Iglesia y su relación inseparable con la
sociedad. , la Iglesia es en sí misma (o debería de ser) un modelo ejemplar de
sociedad.
Las visiones antropológicas y la visión social en su conjunto se
contraponen al individualismo agresivo del modelo neoliberal cuyos principios son: el lucro, la ganancia,
el placer, la comodidad individual, la riqueza,
Etc. antivalores que ocasionan la pobreza y la injusticia del hombre contra el hombre, los grandes
problemas sociales, este modelo neoliberal
y sus antivalores fueron difundidos por billones de mensajes en la
radio, periódico, cine y televisión, con ello tenemos a la sociedad de consumo,
a la sociedad decante, al hombre indiferente e insensible ante el dolor y el
sufrimiento del hombre, ante la pobreza de grandes sectores de la población, la
desaparición de especies, la destrucción de la tierra, son ellos los profetas y
sacerdotes de la sociedad de consumo, del mundo feliz ahogados en el placer y las drogas, en la comodidad y el
confort de la abundancia de las plazas comerciales., toca a la Iglesia el envío
de esos profetas que anuncian y denuncian los ídolos y dioses nuevos de nuestra sociedad, el
hombre asombrado de sus propias obras y objetos tecnológicos, necesitamos
nuevas visiones de hombres, nuevos modelos de sociedad, esa es la
responsabilidad y respuesta que ha de dar la Iglesia con el Papa
Latinoamericano, la aplicación fiel y oportuna de la Doctrina Social de la
Iglesia y de los principios mismos del Vaticano III en esa aventura maravillosa
de la Nueva Evangelización., esa Teología Americana se cimienta sobre la
Doctrina Social y la antropología cristiana, la filosofía antropológica del
nuevo hombre americano.
Juan Ángel Peña
Enríquez
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