EL EROTISMO MEXICANO
Y SU RENACIMIENTO CULTURAL
Ojos Tapatíos: Francisco Peña en su cartón
político digital nos presenta el tema “Dulces Palabras” que trata sobre el
presidencialismo en México, a su vez nos descubre otro tesoro cultural de las tierras
de Jalisco: la Serenata, el canto del mariachi al amanecer, Ojos Tapatíos se abren
a esa nueva luz del día y nos revela a su vez el Renacimiento Cultual Mexicano.
El amanecer es un peculiar monasterio en
medio de las grandes ciudades y de su sociedad de consumo, la ciudad duerme, no
se ven casi gente ni carros, no hay ruidos de máquinas, se escucha el mismo
caminar del hombre, los pasos, pero muy especialmente se puede escuchar la voz
humana en su estado natural, no grabada o amplificada, el corazón del hombre en
medio de este silencio y desierto
matinal , encuentra en ello un poco de tranquilidad y de paz, de reflexión y
meditación, de encuentro con sí mismo.
El Mariachi en la serenata, es el encuentro
del hombre, el nacimiento del hombre mexicano, el Mariachi que se traduce como
el charro elegantemente vestido que se ha traducido malamente como el “macho” o
“machismo mexicano” aspecto sumamente despreciado en la Revolución y Liberación
Femenina que ve en el macho la opresión y la esclavitud de la mujer por siglos y milenios particularmente en la cultura mexicana, una
gran equivocación si vemos en términos generales el concepto que tiene el
hombre mexicano sobre la mujer, en consecuencia esta cultura es desvalorada,
despreciada y sobre todo sistemáticamente atacada.
El
macho mexicano lo interpretan como algo salvaje, brutal, primitivo, el
romanticismo de sus serenatas como algo
ridículo y pasado de moda, el cortejo como violento acoso sexual.
Para ver ese aspecto del macho salvaje y
brutal , haremos brevemente mención de otro sencillo ensayo de su servidor que
trata sobre la ciudad o sociedad de los
perros, millones de perros en todas y cada una de las ciudades particularmente
de las más desarrolladas o de primer mundo, la animalización del hombre y la humanización de los perros , el hombre
de la ciencia y la tecnología , del desarrollo, progreso y modernidad tiende cada vez más a esa sociedad de los
perros, es decir los signos de una sociedad salvaje, violenta y brutal,
irracional, instintiva y animal, este es uno de los signo de los tiempos de una sociedad decadente.
Desde esta perspectiva miramos al charro mexicano, al mariachi y su
serenata de macho en cortejo ya que la
cultura mexicana lo ligan a aspectos rurales o campiranos, en consecuencia
obsoletos y pasados de moda, anticuados e inoperantes, la figura del macho se
ha enlazado o amarrado al salvajismo de la sociedad de los perros, pasado y
modernidad, brutalidad y progreso, anticuarios y primeros mundos, siendo que la
ciudad es por sí mismo una sociedad salvaje y brutal.
El Monasterio Matutino de la Serenata Mexicana
, el amanecer es una apropiación del hombre de los espacios, de la calle
arrebatada por el imperio brutal de los millones de automóviles que es ahora el caballo de “fierro”, la
serenata se apropia de la calle y de las banquetas, esas banquetas en propiedad
de los perros que las marcan como su territorio, el hombre pobre de las grandes
ciudades no tiene espacio para transitar libremente por las calles, los ruidos
y peligros de los autos y los ladridos de perros se lo impiden, uno y otro lo
amenazan violentamente , son esas oscuridades , por ello la Serenata, los Ojos
Tapatíos se abren a la nueva luz del día , la serenata es una muerte a la
oscuridad, una despertar para dejar la oscuridad , es ese la concepción y
alumbramiento de un nuevo hombre , el Renacimiento Cultual Mexicano,
representado también pictóricamente en el Hombre de Fuego , la Antropología
Mexicana, el hombre es fuego o sol del
amanecer que alumbra su existencia y trascendencia. , los ojos ante la luz y el
alumbramiento del Papa Francisco “La Luz del Fe” que ha enfrentado al centralismo teológico
europeo cuya máxima expresión es la poderosa y opulenta curia romana que viven
como príncipes del mundo olvidando de los pobre, de los que son explotados y
oprimidos. Teológicamente es el nuevo parto explicado pro el Señor a Nicodemo,
la plenitud antropológica, la perfección de la imagen del hombre.
La noche es muerte, frío y oscuridad, la
nada, el amanecer o Serenata Mexicana es luz, vida, color, la celebración
colorida de la vida del mexicano, la Cultura Mexicana que se chorrea en fuerza
y color, concebida como una negación de la noche, por ello el Hombre de Fuego,
el hombre mexicano es fuego, porque el fuego vence la noche, la oscuridad y el frío, y eso se
hace plenamente presente en la Serenata Mexicana, en el romanticismo ridículo mexicano
según la mujer “liberada” por el imperio británico que de esa forma protege eficazmente su
colonialismo siguiendo el consejo dado al Faraón de matar a los hombre y dejar
vivir a las mujeres a quienes esclavizan y explotan sutilmente precisamente con su
liberación , si la mujer ya no tiene hijos o si tiene solo uno como monito de
peluche que adorna la casa y la unión de pareja “no del matrimonio que es
obsoleto”, entonces los perros, la sociedad de los perros completara y formará
esa nueva familia , estos machos salvajes ante esta sociedad moderna que se ofende si se trata como una oveja y
vive rodeada de millones de perros como es Guadalajara , lobos feroces que
anuncian con fuertes ladridos el mal de una sociedad., el machismo y salvajismo
de las sociedades “progresistas”, necesitan esos Ojos Tapatíos abrirse a esa Serenata, a la luz del nuevo día,
el despertar del mexicano que les gusta a los turistas antropológicos pintarnos
dormidos bajo un nopal, ese es el despertar o renacimiento mexicano, el
despertar colorida de una serenata, atentos y vigilantes como es el consejo
evangélico, la auténtica y verdadera luz.
El mexicano al amanecer con su serenata se mira como un monje, con cierto misticismo, lo envuelve el hábito de la noche, la soledad de las calles y envuelto en su gabán y se topa con los gatos, ahi tenemos otra diferencia entre los peros y los gatos, el gato aunque presente en las grandes ciudades es sumamente silencioso, pasa totalmente desapercibido a diferencia del perro, es un felino nocturno, los felinos en las grandes ciudades que hacen más violentas e inseguras las ciudades, decimos esto y lo repetimos porque la sociedad moderna y progresista tiende a la animalización, al machismo salvaje, las sociedades salvajes y en ese concepto envuelven al hombre, patricularmente al hombre mexicano que lo señalan como bruto y salvaje, un concepto equivocado, es por ello el Renacimiento Cultural Latinoamericano, la filosofía y teología de América que aquilate y purifique esas riquezas y sobre todo las haga operantes en los nuevos tiempos y eras
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