sábado, 21 de febrero de 2015

350.-PRIMAVERA Y RENACIMIENTO FILOSÓFICO MEXICANO

PRIMAVERA Y RENACIMIETNO
FILOSÓFICO-TEOLÓGICO MEXICANO
  El arte en nuestro mundo, pintando, esculpiendo nuestra sociedad absurda, la sociedad de consumo, el hombre infeliz y frustrado rodeado de millones de objetos instantáneos y desechables, supuestamente comunicándose con todo mundo  y viviendo en sí mismo una profunda soledad y aislamiento porque en realidad  a nadie le importa,   ni siquiera a sus “amigos fantasmas de facebook”, a ellos no les importa lo que piensa, ni lo que diga  o haga  si esto no trae una utilidad comercial, si no le genera dinero, el hombre pidiendo ser escuchado  y el otro, el mundo con una prisa  que no hay tiempo para el otro y para nadie, el terrible egoísmo de una sociedad decadente.
  El hombre es un enemigo del hombre, el hombre tiene miedo del hombre, desconfía de él, se aprovecha de él según los principios mercantiles  y en base a esa escala de valores  está construida nuestra sociedad, las grandes ciudades, es esa la antropología  urbana depredadora, una sociedad brutal y salvaje llamada también del primer mundo. Si no vale la vida del hombre ¿Tendrá algún valor e interés las plantas y los animales que se ven gravemente amenazados por el hombre? Naturalmente que no, son solo materias primas abundantes, baratas e ilimitadas  que deben de ser industrializadas lo más pronto posible, el antropocentrismo urbano, la ceguera del hombre por ver los ecosistemas del mundo que hacen posible la propia vida del hombre.
  Pero el hombre no tiene cara  ni sentidos, ni corazón, es solo una envoltura comercial que promueve las marcas de prestigio porque si tuviera ojos y oídos, vería y escucharía, despertaría a la vida, la sociedad de consumo es una cultura de la muerte, antinatural e inhumana que no le preocupa el dolor y el sufrimiento del hombre, no tiene una responsabilidad, habla solo de libertad de mercados ¿Y Dios? ¡Dios!  Es solo una fantasía de la vieja sociedades primitivas, el opio de los pueblos.
  Es esta la fragilidad de la sociedad, son esas las estructuras quebradizas sobre las que se han edificado la grandes ciudades modernas, son esos los valores industriales y mercantiles  que rigen los comportamientos y conductas, las preferencias y los gustos  y la libertad total y absoluta, el hedonismo, los placeres sin límite del imperio del narcotráfico: las drogas alucinantes que hacen nuestro mundo “feliz” “de primer mundo”, la muerte presentada como luz y vida, el mal llamado bien. Lo anterior son algunos de los temas en las que han de trabajar los filósofos mexicanos postmodernos, las crisis y conflictos de las grandes ciudades  del primer mundo y cómo transforman e influyen en los terceros y quintos mundos, partimos entonces de la igualdad del hombre, todo hombre ante Dios es igual, aquí vivimos dos pensamientos o reflexiones filosóficas: Lo teórico y lo pragmático , lo pragmático es fruto del laboratorio  y del método experimental  orientado a lo utilitario y funcional en el mercado  y tenemos por otro lado lo teórico o abstracto, este último siendo más importante presenta desventaja ante la otra que se vuelve de valor industrial y comercial: el dinero, el utilitarismo  y la otra que naturalmente no tiene ningún valor, esa sería la cuestión o dilema de los filósofos de los terceros y quintos mundo, los mundos absurdos como negación de toda racionalidad , la barbarie de las sociedades altamente industrializadas , porque tal conocimiento, fruto del modelo experimental es una tortura, el hombre es entonces un objeto del laboratorio, la desnaturalización y deshumanización del pensamiento científico.
    Si la ciudad es fruto de ese análisis experimental  industrial, entonces, la ciudad se ha deshumanizado, ha perdido su escala humana y entonces el hombre al perder esa escala natural  necesita cada vez más de los amplificadores, de sus objetos, máquinas e instrumentos  tecnológicos.
  Por eso la voz humana natural ante el ruido y los amplificadores  de las grandes ciudades  difícilmente podrá escucharse, porque el ruido de aparatos, motores y máquinas han ahogado la voz natural del hombre, el hombre tiene dificultades para comunicarse cara a cara, el hombre no puede transitar por las calles de la ciudad porque están en poder del imperio salvaje del automóvil, todo ello instantáneo, no orgánico  o que surja de un proceso natural de crecimiento y desarrollo, la prisa violenta de las grandes ciudades.
  En esta estructura urbana y funcional de las grandes ciudades se edifican los Nuevos Monasterios  que invitan al reposos, el silencio y la contemplación  en medio de las grandes ciudades, en medio de su caos y profundos problemas , la Nueva Evangelización  no es entonces una huida del mundo levantando altos muros monasteriales  sino todo lo contrario, el derrumbe de toda muralla, es esto el amanecer o Renacimiento de la cultura milenaria mexicana  frente a las sociedades modernas , la Serenata Mexicana que abre los ojos a esa nueva luz del nuevo milenio y siglo, el tiempo y el espacio del mexicano, el Arte Mexicano, impulsa esa primavera cósmica y universal , el arte como camino de liberación , de silencio y contemplación , entonces los Monasterios Latinoamericanos están rodeados del arte de la pintura, de la escultura, de la música, la nueva arte del nuevo mundo, es eso un renacimiento o primavera teológica.
 Hemos tratado el espacio en la grandes ciudades, la escala humana ante estas grandes metrópolis, veamos ahora el tiempo la perspectiva luminosa de la Filosofía Mexicana.
  En el pensamiento mexicano milenio el tiempo y el espacio es una misma cuestión, estos no son abstractos  sino ligados al acontecer astronómica, el orden del universo, este orden determina el calendario  maya y azteca que es superior al gregoriano que es el que nos rige como ya hemos expresado, ese calendario determina el conocimiento del tiempo, de las estaciones, entonces la primaveras del mundo han de conocer con especial detalle el tiempo, el cambio climático que como dirían los mexicanos: ¡Se está poniendo caliente!
   La vida o estructura orgánica  tiene un tiempo de crecimiento y desarrollo, son los tiempos y las estaciones biológicas, el desarrollo y las edades del hombre, un niño desde su gestación se va desarrollando, en un joven, un adulto y un anciano, es un tiempo biológico y generacional, el proceso cronológico  y cada una de esas etapas muestra particularidades, el hombre se ve obligado a sujetase a esos ritmos de prisa que rompen con su propio tiempo biológico, con su orden y dimensión natural, la ciudad es un rompimiento con ese entorno natural, con el universo, el antropocentrismo urbano, el tiempo vertiginoso de la ciudad marcado por la velocidad de los automóviles y las redes de comunicación instantáneas, es un tiempo industrial en las que las máquinas no tienen reposo y que trastornan gravemente los tiempos naturales o biológicos.
   La sociedad de consumo es instantánea, unisex, unitemporal, nocturna, Etc. no distingue sexos ni edad, tal cultura está dirigida a un solo tipo: El consumidor, al que tiene el dinero para comprarla, todo lo demás no tiene ningún valor e importancia, se crea un desorden en el propio desarrollo del hombre , no se toma en cuenta a los niños y los ancianos, a los sectores marginados, a los indígenas, porque eso es perder el tiempo, y el tiempo es oro, dinero, el objeto comercial está por encima del propio hombre , el objeto automóvil macará el ritmo frenético y brutal de la ciudad, la prisa y el ruido, la contaminación y la violencia, por ello en los Monasterios Vanguardistas Mexicanos se busca entonces la quietud y el silencio, para tener cierto orden y entonces podrá escuchar y comunicarse verdaderamente, podrá contemplar el orden del universo, las estaciones, la risa de los niños y el rostro sereno de los ancianos, el valor de los pueblos  indígenas , solidario con los  excluidos y marginados de las grandes ciudades, porque respeta ese tiempo de desarrollo de la vida, de toda vida en la tierra, porque al ser del primer mundo justifica que por su poder y conocimiento puede menospreciar y destruir otras formas de vida porque son aparentemente débiles y deben inclusive ser exterminadas, la lucha del hombre contra el hombre que justifica el exterminio de los  débiles o tontos cuando  deben de ser respetadas y valoradas al vida de las plantas y animales sobre todo  las que están en grave peligro de extinción, la hermandad cósmica de San Francisco fuente de inspiración del Papa de América Francisco, entonces podrá hacer un balance objetivo el progreso y la modernidad, sobre nuevas barbaries y salvajismo de las sociedades del primer mundo, podrá distinguir los falsos profetas y sacerdotes de la sociedad de consumo que prometen un mundo “feliz” cuando la tierra presenta signos graves de preocupación y exige cambios de modelos económicos, industriales y comerciales , han surgido con ello nuevo ídolos que aprisionan al hombre bajo el signo precisamente de una libertad absoluta sin ninguna responsabilidad , el camino de la liberación, el tiempo y el espacio en las grandes ciudades , al Nueva Evangelización  ha de denuncia y derribar esos ídolos , las nuevas idolatrías  urbano industriales.
  Esto hará ver las maravillas del reloj biológico, el orden y perfección de los complejos ecosistemas.
  En los anteriores aspectos vemos el tiempo biológico del hombre, el desarrollo del hombre y las generaciones, dentro de la Teoría  de Grupos y Redes que son modelos interpretativos mexicanos , la estructura orgánica y genética permite la formación de esos grupos, su comunicación e interacción , la comunicación como principio rector de su relación, pero esto se hacen en grupos: naciones, pueblos, comunidades, sectores poblacionales que se identifican dentro de las grandes ciudades, uno de ellos de suma importancia es la Iglesia, sus parroquias y lo que se ha llamado las Comunidades Eclesiales de Base que presentan todos ellos ese proceso orgánico, la pastoral Orgánica Integral que define según nuestros cardenales la Nueva Evangelización de las grandes ciudades.
 Ese conflicto entre el proceso o tiempo industrial y el tiempo biológico generacional ocasiona graves enfermedades y la vida del hombre se ve amenazada en las grandes ciudades, ha perdido ese orden y dimensión humana, esto, como repetimos son las cuestiones estratégicas y urgentes de los Filósofos Mexicanos.
  La creación de Dios es solo una fuente ilimitada e inagotable de materias primas regaladas y los  países del tercer  mundo tan solo  las manos miserables de trabajadores, el proteccionismo de la alta tecnología y la liberación total de los mercados de materias primas, el cambio climático, el agrarismo mexicano en el Centenario de la Revolución Mexicana ha de transformarse en un ecologismo de vanguardia liberal y revolucionario, el abandono del campo y el crecimiento de las grandes ciudades, la des valoración de los productos del campo y la riqueza ilimitada de los industriales, el agrarismo mexicano como vanguardia ecologista, la revaloración del campo.
     Para la Teoría de Grupos y Redes Mexicana se ha de conocer el orden orgánico, la continuidad, secuencia, el orden, es esa la estructura orgánica que define su funcionalidad, sus distintas relaciones, entendida para el caso esa relación como comunicación, la geometría misma de la vida, esa composición orgánica ordenada, entonces la vida es orden, al contrario, la muerte es desorden y descomposición, caos, silencio, frío y nada, en este sentido el procesador electrónico es un “ordenador” que realiza en base a ese orden continuo operaciones lógicas y matemáticas que no tienen relación con el proceso y desarrollo biológico natural y es ese  el fracaso de las redes sociales, es decir la relación del hombre no puede estar mediado  por funciones lógicas  y matemáticas.
  Ese orden hace el tiempo, el número, desde esta visión se mira el número en el pensamiento mexicano, es orden cósmico, el orden del tiempo astronómico urbano, la ciudad trazada a partir de las proyecciones astronómicas, el orden urbano cósmico de la ciudad prehispánica destruida por el tiempo absoluto matemático del conquistador europeo y ahora tenemos el tiempo instantáneo de la sociedad de consumo.
  El espacio y geometría prehispánico donde hunde sus raíces México, el calendario astronómico mexicano que marca sus tiempos y sus edades, como un grandioso engranaje acoplado perfectamente a la máquina cronológica ordenada del cosmos, del universo, en esa dimensión infinita del universo ha de ver el hombre su dimensión y escala real: es solo un ser insignificante de fugaz existencia, la pequeñez y necedad de su mundo.
  El tiempo mexicano es un proceso histórico definido por sus generaciones genéticas y biológicas, esa compleja máquina del tiempo mexicana no nos ha de llevar al pasado sino sus engranajes nos impulsan, son los motores del futuro, el Universo es entonces una máquina de movimientos y fuerzas inimaginables donde el hombre es un poco más que nada, el filósofo  mexicano ha de resolver entonces esa tensión entre el pasado milenario que es sus tesoros históricos y la responsabilidad en ser gestores de las sociedades y ciudades del futuro, más aún ese calendario o máquina cronológica se engrana con el calendario litúrgico , la filosofía se transforma en cuestión teológica , el  tiempo o cronología mexicana se orienta hacia dar sentido a las Primaveras del Mundo  cuando los países del mundo se sepultan bajo el hielo, el cambio climático en los países del primer mundo y súper desarrollados, las nuevas eras glaciales donde sus aviones y automóviles quedan bajo millones de toneladas de nieve, el despertar de un mundo, el desequilibrio de las fuerzas colosales de la naturaleza volviéndose contra el hombre.
  La vida en la tierra amenazada por la cultura de la violencia y de la muerte , de la sociedad de consumo, del imperio fascista del industrial , el tiempo y el espacio real permiten superar los espejismos de las realidades y mundos virtuales, del poder de la era digital que se puede perfilar como una nueva era de oscuridad y frío.
    Lo anterior lo hemos desarrollado en forma resumida y breve sin embargo podemos captar la riqueza y los tesoros históricos mexicanos que ciertamente no necesitamos del método o modelo marxista, del materialismo histórico y dialéctico para explicar nuestro propio proceso histórico milenario.

                                         Juan Ángel Peña Enríquez

   

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