domingo, 15 de febrero de 2015

349.- LOS TEÓLOGOS MEXICANOS INTERPRETANDO Y CONSTRUYENDO LAS SOCIEDADES DEL FUTURO

LOS TEÓLOGOS MEXICANOS CONSTRUYENDO LAS CIUDADES AL FUTURO

   El machismo mexicano, para entender un poco lo anterior hemos hecho referencia breve de la sociedad de los perros en las grandes ciudades, la animalización irracional, brutal y salvaje de las sociedades urbano industrial, aquí vemos el aspecto de lo natural y lo científico industrial, en el supuesto primitivismo  de la sociedad rural y campirana ligada al pasado como lo es México y la sociedades industriales y tecnológicas del primer mundo.
  Hemos realizado otros sencillos ensayos que tratan sobre la crueldad del conquistador español, sintetizada, ilustrada y actualizada en su fiesta de toros, el placer por el dolor y la muerte del que hacen un espectáculo, el español montando en su caballo  al cual no podían montar los indios, por ello en la charrería como rebelión se apropia de ese caballo y lo hace una parte de sí mismo “caballero”, el caballo es parte del hombre, , por ello el hombre mexicano no se identifica con un toro un perro  sino como un caballo, es decir, aprecia más los caballos que los perros a diferencia de las nuevas culturas de las grandes ciudades , el mexicano aprecia también los gallos  en lugar de los toros, el gallo que despierta, los Ojos Tapatíos  y la Serenata Mexicana, la luz reflejada en el canto del gallo  que la anuncia, el gallo como principio que da lugar al desfigurar del hombre para encontrar en la Cruz la imagen del hombre perfecto: Cristo Jesús, el nuevo parte celeste explicado a Nicodemo.
  La creación, la naturaleza es un Santuario, un Monasterio que niega el orden y leyes de la ciudad, por ello la naturaleza es una rebelión  o escuela evolucionaria, el hombre al internarse en  ella se siente liberad, libre y verdad. Su estado natural, por esta razón las Primaveras del mundo  como la Primavera Teológica Latinoamericana es una rebelión  en sí misma, los Indignados, vemos esta relación entre lo natural y lo industrial que este último la mira como enemigo,  la relación entre creación y ciudad.
  Ahora bien, plantearlo de tal forma significaría un huir de la ciudad y negar el progreso y el desarrollo, lo cual sería una equivocación e irresponsabilidad.
  Los nuevos monasterios, misiones y misticismos han de estar presentes en el mismo corazón de las grandes ciudades  actuando como fermento o levadura en l amasa urbana.
  La Serenata Mexicana se ha transformado en un Monasterio matinal, silencioso y desierto mientras que la ciudad duerme, la ciudad, las calles se han vuelto un desierto, el hábito de la noche y el gabán mexicano lo envuelve, esa luz no como ocaso sino como amanecer, como renacimiento, los hábitos monasteriales  frente a la sociedad de consumo , es el tiempo y el espacio propicio y fecundo para la reflexión, para la meditación, el silencio, contemplación, el encuentro y el diálogo, ciertos valores y estilos de vida que hacen soportar la prisa, la cultura de la violencia y de la muerte, la brutalidad e irracionalidad de la grandes ciudades.
  Unos cuantos carros, las calles solitarias, solo se ven unos cuantos hombres como sombras, los aparatos, computadoras y celulares desactivados, entonces el hombre se puede encontrar cara a cara  y dialoga, es decir se ha de transformar los hábitos del hombre  en las grandes ciudades, la escala de valores, la comprensión de la sociedad de consumo instantánea y desechable, esto replantea la antropología urbana mexicana, la renovación de la cultura mexicana para actualizarla a los nuevos tiempos  y que no quede  esta encadenada a aspectos del pasado folklóricos  sino que contribuya a construir las nuevas sociedades del futuro siendo expresiones auténticas y originales y no modas foráneas y  ajenas a nuestro proceso histórico milenario.
  En este sentido el hombre o antropología mexicana se dificulta ver su rostro porque la sombra de la noche al amanecer proyecta sobre él infinitas máscaras, los que dicen ser luz es oscuridad y lo que es oscuridad se transforma en luz, lo que era de primer mundo se vuelve primitivo y lo primitivo se vuelve vanguardia, el amanecer o serenata no es un aprecio por la oscuridad  sino que precisamente nos encamina hacia la luz.
  El ordenamiento de las realidades temporales empieza por el orden de nuestra propia vida ante el desorden de las grandes ciudades.
  Al iniciar su frenético ritmo las ciudades  es monasterio matinal se transforma, el habito y monasterio de silencio y quietud  se lleva ahora en el corazón, en lo profundo del ser del mexicano, el día se transforma en un camino  para transitar  hacia las nuevas sociedades, la Nueva Guadalajara, la transformación de las ciudades, para esto ha de tenerse una visión integral, clara y profunda en el medio histórico, social, político, económico, cultural etc.  En el que el hombre está inmerso, tener un modelo interpretativo del mundo que le rodea, particularmente de los poderes y fuerzas dominantes  hacia donde tiene la sociedad en su conjunto, los grupos y las redes  del hombre, de ello ha de hacer una síntesis vital  que permita el desarrollo y orientación de su vida. De otro modo estaríamos perdidos en las grandes ciudades y siendo manipulados por fuerzas oscuras, el hombre se ha de sentir libre de ellas, es esta una visión y propósito de Ojos Tapatíos, rutas y misiones de la Nueva Evangelización.
  Entonces en esta Antropología Mexicana Revolucionaria el hombre no se refleja en el pasado, en el medio primitivo y salvaje sino en una vanguardia cultural, un renacimiento cultural, tal rebelión y revolución han de dar al hombre la libertad, la libertad es la verdad , la historia que es el pasado se transforma en plataforma para la construcción fiel del futuro, esa historia comprendida, orgánica, tiene sus tendencia o ramificaciones o proyecciones  y  se  vuelve por lo mismo en una prueba experimental, una aventura futurista, una utopía de las ciudades y sociedades del futuro, es esto una prioridad estratégica de la Filosofía Mexicana Postmoderna  que disipa la tentación de los mundos  fantásticos virtuales  de la era digital.
  Decimos esto porque la Iglesia y su Cielo no es una proyección virtual sino responsabilidad de transformación  del mundo real, particularmente de la realidad del hombre que sufre y es explotado. Ese es el eje rector de la Teología Latinoamericana, porque entonces el poder digital se volvería tan solo en un distractor, disimulador, manipulador y falsificador de la realidad social y humana construyendo un mundo irreal, falso, la Iglesia ante el mundo real y el mundo virtual, la Iglesia no establece relaciones virtuales superfluas sino encuentros reales y profundos, el verdadero encuentro, dialogo y comunión del hombre de sociedades y pueblos, precisamente ante la falla de la Iglesia el hombre busca esa socialización  y nuevas hermandades en redes sociales porque la Iglesia  no es espacio de encuentro  real y profundo del hombre, si lo vemos así  entonces la era digital terminará por hacer desaparecer o debilitar a la Iglesia ya que el hombre habrá encontrado  nuevas hermandades y fraternidades , vemos aquí la dimensión territorial y funcional que habíamos comentado, la ciudad concreta  y los mundos digitales que deben de ser debidamente valorados y jerarquizados, esos son los retos de los nuevos teólogos americanos. Más concretamente: Las parroquias esparcidas por la ciudad ha de construir la comunidad cristiana del encuentro, dialogo, comunión y participación, no hacerlo así significa un fracaso y contradicción, y ciertamente que esa fraternidad no la encontraremos en las redes  sociales , la Iglesia es pues la primera y fundamental tejedora de relaciones humanas y sociales  profundas y auténticas pues comunión no puede ser un encuentro virtual, vemos entonces brevemente los alcances teológicos de la era digital, la Iglesia  ante los retos y desafíos de los mundos virtuales .
  La Iglesia renovada a profundidad  por el Concilio Vaticano II  que define con claridad  la vocasión y misión  de los laicos en la Iglesia y el mundo , de este último ha de procurar  su ordenamiento , el ordenamiento de las grandes ciudades, la planeación responsable de las ciudades al futuro , esa misión plantea  un Orden, el Orden de los laicos  en sus monasterios urbanos , la Orden de los monjes laicos latinoamericanos , los teólogos populares que enfrentan a los poderosos príncipes de la Curia Romana  de vida cómoda y disipada como fruto de la vieja teología europea.
                                          Juan Ángel Peña Enríquez
 

  

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