domingo, 10 de mayo de 2015

365.-EL ARTE MEXICANO REVOLUCIONARIO Y LAS NUEVAS PRIMAVERAS DEL MUNDO

EL ARTE MEXICANO REVOLUCIONARIO
ANTE EL MUNDO DE LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN

  EL HOMBRE DE FUEGO
Y EL LLANO EN LLAMAS

  El Hombre de Fuego como imagen antropológica de la cultura mexicana a inicios de la primavera, el sol intenso, el viento y el polvo que hace palpitar los desiertos, en ese tiempo los pastizales están secos y es común grandes incendio, el Llano en Llamas de Juan Rulfo el escritor  de nuestra tierra, de las tierras flacas, de las mujeres enlutadas, de la agonía del hombre que se lleva a cuestas sin oír ladrar los perros, los lenguajes de las campanas que es la voz de los pueblos.
  Es costumbre de los campesinos mexicanos quemar antes de la siembra y este lumbre se extiende por los montes, de igual modo las  viejas siembras del realismo mágico literario  han dado sus frutos y se han secado y agotado, es necesario que el fuego prepare el terreno para la siembra de la nueva palabra, el cultivo del arte de la literatura, las nuevas primaveras en la era digital.
   El milenio, el siglo pasado ha sido consumido por el fuego, solo quedan cenizas  y de esas cenizas resurgen los nuevos brotes primaverales, el fuego ha consumido el realismo mágico de duendes, fantasmas y muerto, el ensueño y la pesadilla, el ir cargando al moribundo, ese hombre viejo mexicano que agoniza al final del siglo y añora entre las sombras ver las luces de un nuevo sol y de una nueva sociedad, la palabra comienza a crear nuevos mundos. , se disipan los espejismos y las sombras de la noche.
  El jardín de la palabra en los campos mexicanos tan atados y encadenados a su pasado.
  La palabra como en el Génesis tiene capacidad crear un nuevo mundo, la luz es el principio, los bellos destellos del amanecer donde el hombre se vuelve fuego y pinta y repinta el mundo de colores y hace posible las Primaveras existenciales en el corazón del hombre, se desprende de fantasmas y muertos  que tratan de abrazarlo y atraparlo, le quitan su libertad y vida y dejan a aquellos pueblos encadenados al pasado para caminar sin el peso del moribundo hacia los mundos, sociedades y ciudades del futuro, el futuro del mexicano no se mira ya reflejado como espejismo en una bola de cristal  del realismo mágico sino en su capacidad para reconstruir su vida o historia  trágica en un camino de esperanza , el mexicano ha quedado atado a su trágica historia  de los duendes y fantasmas, de magos que son solo ostros de traumas de conquista y de colonia , esa fuerza liberadora , ese fuego abrazador consumirá y derretirá los viejos moldes y estructuras, los viejos mundos en ruinas  y tenebrosos llanos de sombras y de recuerdos anudados al pasado, el realismo mágico se ha desquebrajado como bola de  cristal que no puede encerrar el futuro, ese era el espejo donde se miraba el rostro del mexicano y por el que era conocido en el mundo, es necesario crear nuevos rostros y caras , sabremos y cultivemos esas nuevas primaveras de la literatura mexicana.
  Hagamos una sencilla síntesis de la antropología estética mexicana:
                                                                Juan Ángel Peña Enríquez

 

  Para poder entender la sencilla reflexión que presentamos ahora es necesario conocer un poco la novela  “Pedro Páramo” de Juan Rulfo. Gracias

   Partimos para esta reflexión de unos bosquejos de su servidor  sobre Pedro Paramo misma que anexamos , Pedro formado de bloques de piedra, atrás vemos la figura de Susana y su relación con la Media Luna, vemos arriba la luna y  Andrómeda, el fulgor de las estrellas. En esto vemos un paisaje de la Filosofía y el Pensamiento Mexicano, la profundidad del corazón, los abismos de las dictaduras,  caciques y tiranos y los espejismos  de las revoluciones.
  Recuerdos de la infancia, de jugar con los papalotes  donde el hilo se enreda entre las manos, ilusiones que mueve el viento, el espíritu de la vida que comienza, la niñez que siente su pequeñez mirando siempre arriba, hacia el cielo, la inocencia y la pureza  del alma, y esa inocencia se rompe al descender por una soga o cuerda a las minas abandonadas de Andrómeda, el espacio invertido, el papalote revoloteando de ilusiones y la cuerda sangrante que lleva hacia la muerte del ser, Andrómeda ya no es luz y riqueza sino abismo, oscuridad y muerte, esta inversión del tiempo y el espacio que pierden orden y continuidad, la pérdida del tiempo y el espacio que alcanza su esplendor con la locura de Susana, el único amor de Pedro Paramo que no pudo colmar ese deseo de cacique, dueño absoluto  del  pueblo, de tierras, de vidas.

  En lo anterior se pinta la filosofía y la psicología mexicana, su ser profundo y su identidad, cuando el hombre no ama, no siente, no experimenta el amor su vuelve en el más cruel de los dictadores como Pedro, sin ello mata, acumula, se enriquece, viola, hace sentir su poder sobre los otros pero por dentro esta vacio, muerto en vida, si no hay amor no hay vida, porque el amor es la única razón de la existencia, por ello Susana al perder la razón, la vida se derrumba como piedras, por ello en Comala reina la muerte, los fantasmas, las ánimas en pena, si no hay amor no hay vida y por lo tanto no hay tiempo y espacio, orden y estructura, por ello el papalote se revienta y el fulgor de Andrómeda se vuelve un pozo oscuro donde se encuentran calaveras.

  Todo hombre tiene dentro de sí  un corazón de piedra, un dictador que gobiernan conforme a los caprichos de sus deseos y pasiones, las mujeres como Doloritos  son cuerpos u objetos que colman solo deseos e intereses, ese es el dolor  y el remordimiento,  las culpas que matan el corazón, el hombre sea cual sea su condición, sexo o edad no puede instrumentalizarse.
  Una mala interpretación de la religión  donde pretende dar la gloria o el infierno a cambio de una cuantas monedas como es el trueque de la muerte del hijo de Pedro Páramo o la confesión de Susana que pretende  arrancarle el Padre Rentería que no trae sosiego al corazón atormentado.

  En todo lo anterior descubrimos entre luces y penumbras al México al inicio de la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera, un pueblo sin identidad, sin rumbo inmerso en el  torbellino de destrucción  de la conquista y la colonia, esa historia hecha piedra, de extraordinarias  ruinas arqueológicas derrumbadas como Pedro, el fin de una cultura y una civilización que definían el hombre o la antropología americana.

  Decíamos  que a los indígenas no se les permitió por mucho tiempo montar a caballo, por ello cuando el caballo mata al hijo de Pedro Páramo que es una continuidad del poder destructor del conquistador lo celebran y nace en ello la Charrería, al igual se alegran y hacen una fiesta mexicana con la muerte de Susana, encierra ello los sentimientos o más bien resentimientos  históricos nacionales, la muerte de Fulgor es el anuncio de la Revolución Mexicana, la rebelión contra esos cacicazgos, la historia de las haciendas y de la vida rural mexicana que por siglo permaneció más o menos inalterable.

  En esta relación entre Pedro y Susana se define en parte la teoría del macho mexicano y la historia trágica de la mujer mexicana, el odio de la mujer contra el hombre que la domina, este modelo es inoperante ante la llegada de la Revolución y Liberación Femenina impulsada por Inglaterra y los Estados Unidos y dada la cercanía con este último impacta  fuertemente sobre la cultura mexicana, los nuevos roles de la mujer en las sociedades de ahora en que se van formando no matriarcados sino femenicracias que tienden más a una masculinización de la mujer, a la negación de la propia maternidad, de los hijos y del hogar, el destierro de todo sentimiento de delicadeza, ternura, elegancia, cortejo y amorío, amar en una sociedad competitiva es mostrar  debilidad y ternura, unidad y solidaridad y eso es inaceptable en los intereses del mercado donde el hombre es tan solo una mercancía, eso es volver a la mujer sufrida  que por siglos y milenios h a sido explotada y maltratada por el hombre.

  La Revolución Mexicana se presenta como un tilcuate, como una serpiente, los mismo que el calendario azteca  que está envuelto en dos serpientes, el tiempo es cíclico conforme a los fenómenos celestes que rigen la vida en la tierra entre ellas la del propio hombre, por ello en el Centenario de la Revolución Mexicana  se recicla el tiempo y la historia y se sale con ello de un circulo vicioso y trágico como la misma novela de Juan Rulfo, esto define la identidad y el ser del mexicano, los principios de su  esencia y desarrollo , el pasado y el futuro, la visión trágica de un pueblo sin otro fin y esperanza que la destrucción y la muerte y esto lleva a la apatía e indiferencia ante los poderes que oprimen , la inutilidad de las luchas y las revoluciones, por ello el arte se plantea como liberación y revolución, la Palabra como orden y  creación, luz y vida, como estructura orgánica y no como un montón de piedras que se desmoronan al final.

  Esta visión trágica de la mexicanidad acentuada por la literatura del llamado realismo mágico ha hecho un profundo daño y hemos de romper y derribar esos esquemas, sepultar esas visiones.

   Muy bien, el lenguaje que hemos utilizado en los párrafos anteriores es una respuesta a la Revolución de la Información y Comunicación, a lo revelado por Snowden donde se constituyen los nuevos poderes, el nuevo orden mundial globalizado, el espionaje sistemático sobre todo hombre, en el lenguaje anterior que está cifrado conforme a los lenguajes literarios por lo mismo no puede ser descodificado por los procesadores y ordenadores automáticos, ese es el sentido revolucionario de los lenguajes de las artes, por ello se busca la destrucción del arte porque son escuelas de la libertad, verdaderas escuelas de rebelión , de la creatividad y constructores del mañana donde se reafirma la propia individualidad ante las millones de mercancías producidas en serie por la industria, el arte es una confirmación del ser y la identidad individual única y original pero ligada a su proceso histórico nacional, de otra forma se pierde en los abismos de la individualidad, el arte, historia y nación, el arte con su lenguaje se adentra  a los simbolismos,  no a la lógica estructural como base de los circuitos electrónicos.

  La Era o Revolución de la Información y Comunicación deberían de enriquecer extraordinariamente el uso de la palabra y del lenguaje del hombre, tener nuevas épocas de oro de la literatura mundial y sin embargo no es así , por ello el Arte de la Palabra en la Filosofía Mexicana  del internet y telefonía celular es una tarea fundamental y estratégica de otro modo nos perdemos en estos espectaculares mundos virtuales ahogados en los grandes basureros de la sociedad de consumo  informáticos, la basura electrónica.

  Guadalajara, según dicen tiene la Feria Internacional más grande e importante de habla hispana superada tan solo por la de Frankfort  en Alemania, sin embargo no ha gestado nuevas épocas de la literatura mexicana, por cierto en esta feria que ha tenido más a una feria mercantil ha sido desterrado Juan Rulfo.

   Estamos celebrando el Bicentenario de la Independencia ay Centenario de la Revolución Mexicana, hemos de impulsar una Revolución del Pensamiento Mexicano, la ideologización de su propia historia como base de su reflexión filosófica, la historia como uno de los grandes tesoros  que definen con  firmeza esencia e identidad  y nos proyectan por lo mismo hacia un futuro real  no a mundos y realidades virtuales, esta revolución del pensamiento tiene como objetivo central la refundación ideológica y doctrinaria de las Universidades en México, de la Universidad de Guadalajara, los nuevos modelos de educación ante las nuevas tecnologías de la información y comunicación, las nuevas escuelas históricas, antropológicas y filosóficas mexicanas, a su vez las nuevas teologías teniendo el primer Papa Latinoamericano, esa es nuestra misión y nuestra responsabilidad, sin duda una tarea fascinante.

                      Juan Ángel Peña Enríquez
FIN DE LOS MAGOS Y FANTASMAS
DEL ARTE MEXICANO

  Dentro de la Teoría del Arte Mexicano hemos visto la Obra  Colunga y Bustamante que tienen por fuente de su inspiración la magia, el circo, los duendes y fantasmas  para crear mundos mágicos y fantásticos que resultan a veces difícil entender y explicar para ellos mismos con palabras, la Obra de Juan Rulfo  y su novela “Pedro Paramo” nos ayuda a entender  lo anterior con mayor profundidad, aunque  muestra en sí mismo una contradicción como los fantasmas que suben la escalera buscando la razón, es decir es complejo explicar fantasmas y muertos que platican con los vivos y es ahí su truco y su fascinación compleja , el miedo como instrumento didáctico en la formación infantil oscura  de la conciencia y de la razón del hombre.

   Pedro Páramo, el Pueblo de Comala es también un pueblo fantasma, abandonado y en ruinas, en sus calles y sus paredes se oyen lamentos, murmullos, gritos y quejidos  de hombres muertos, la conversación de difunto o finados , duendes y fantasmas que habitan en las viejas haciendas mexicanas, la agonía de hombres, pueblos y haciendas  del mundo rural de México a principios de 1900.

   Estas imágenes de pueblos fantasmas  las vimos unas décadas después en toda su crudeza  tanto por la Revolución Mexicana  como por las grandes emigraciones del campo a la ciudad, entonces quedan tapias viejas, caminos abandonado, cocina y  jacales en ruinas, puertas y ventanas donde entra el viento y el polvo dibujando fantasmas y  se saludan con susurros  las ánimas en pena, es la memoria, los recuerdos rurales que tanto marcaron el ser del mexicano.

  En esos caminos abandonados se escuchan aún los pasos de los caballos, los gritos y chiflidos de los arrieros, las conversaciones en los mesones, el cruce de los correcaminos, el ir y venir de los muertos, es la historia que surge de los rincones que reproduce el eco continuo atrapado  en las paredes y que el viento reproduce en los labios de nuestros abuelos entre suspiros cada vez más débiles , polvo y neblina, oscuridad y muerte, pasión de amor en cementerios, muertos en vida  que viven la soledad y el infierno condenados por sus propias culpas.

  Así como vemos en Colunga y Bustamante los magos, el circo, los fantasmas y duendes que recuerdan su infancia así vemos en Rulfo la infancia de la sociedad rural mexicana , de las ruinas de las haciendas  al comienzo de la Revolución.

  Decíamos en páginas anteriores que con motivo del Bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución Mexicana  deberíamos  de dar el paso a nuevas Escuelas Históricas, a nuevas interpretaciones históricas y que es notorio como dice el Ilustre Ideólogo de Huentitán  la falta de historiadores  que den un rumbo más luminoso  a nuestro proceso histórico, quizá por ello la Novela en Jalisco ha tomado el lugar de los historiadores, lo cual no es del todo correcto, ya que la historia se vuelve  novelesca como lo vemos en: “Los de Abajo” de Mariano Azuela o bien en “Pedro Paramo” de Juan Rulfo, en ésta última se trata de representar la Revolución Mexicana como la luz que disipa a los duendes y fantasmas, los poderes de la oscuridad y el mal representado en el hacendado  como lo era Pedro Paramo que se adueñó de tierras y de vidas, entonces la Revolución es como el amanecer  que renueva al hombre y a los pueblos, aunque ésta costo más de un millones de vida. A grandes rasgos se ilustran a los pueblos rurales mexicanos abandonados y quedando pueblos  y mundos fantasmas cuyas ánimas envueltas en polvo  y rebozos  emigran por los caminos de arrieros para nunca más regresar  y han dado paso a las grandes ciudades donde hay otros mundos, otros fantasmas, magos y duendes  con su cultura de la violencia y de la muerte, de la soledad y nuevas formas de terror que atemorizan y espantan el corazón de los hombres,  el miedo como forma de educación y de gobierno.

  Ante estos jubileos históricos de la Independencia y la Revolución Mexicana, del inicio del nuevo milenio y siglo, hace ver el tiempo del siglo pasado de la forma en que lo pinta Rulfo: en ruinas  y destrucción  habitados por lagartijas, polvo y telarañas en que quedan atrapados los fantasmas en los rincones de nuestra memoria, para salir de ese mundo hemos de abordar los trenes o fogoneros del delirio de Colunga  o montar las sirenas  y duendes de Bustamante que nos llevarán a un futuro incierto, por ello la Crítica del Arte y la Crítica de la Historia  hace que el arte pierda su encanto, su magia y sus hechizos, tiembla y se caen las vigas del teatro y sus máscaras,   entramos hacia un nuevo concepto del arte cuando la neblina y el polvo  llevados por el viento corretea los duendes y fantasmas, se pierde el poder de la varita del mago para transformar las cosas y queda entonces el mundo quieto y en silencio, el arte ha perdido su fascinación, la vida del hombre se hunde en la monotonía, el arte era una negación y falsificación de la realidad, sombras  que sofocaban el entendimiento y la razón y hacían posible el imperio de los magos y de los fantasmas que se burlaban con gritos descarados de la razón, gobernaban con el miedo, la ignorancia, la superstición y se hermanaban y justificaban  con otras tantas formas de magias y de ciencias oscuras y ocultas.

   Adentrémonos a nuevas épocas del arte, de la literatura que se presentan en estos tiempos como las primaveras, esa capacidad para renovar y reconstruir lo viejo, para dar luz y color a los rincones oscuros del hombre, esperanza y fuerza a su corazón, alegría y vida en lugar de sombras y de muerte, se disipa  con este sol primaveral las sombras y la niebla de los magos y duendes, de los pueblos habitados por fantasmas que platican entre lamentos su propia muerte y se pierden como eco en los nuevos campos históricos donde brotan  los nuevos verdores de la primavera, renacimiento y reconstrucción de Guadalajara: La Nueva Guadalajara, las nuevas tendencias del arte moderna y contemporánea.

                                                     Juan Ángel Peña Enríquez


EL HOMBRE DE BARRO
Y EL HOMBRE DE FUEGO

  Un río dividía a Guadalajara, dos mundos que solo se cruzaban con puentes o barcas, del poniente el conquistador envuelto en armaduras de fierro, del oriente el Reino Indígena de Tonalá, hacia el poniente el arte y las modas europeas  de los catrines, de los afrancesaos, de los de tacuche y por donde sale el sol las artes y costumbres  prehispánicas, la de  los pelados, la de los jarritos baratos.

  La cultura indígena por siglos destruida, quemada, perseguida, condenada al fuego por superstición, magia, idolatría, fanatismo, le envuelve la tragedia  y el fatalismo  como a Comala de Juan Rulfo, el arte mexicana sin esperanza en su lucha silenciosa por sobrevivir y escapar  del  terrible holocausto histórico, los infiernos de una conquista  continuamente reciclada y actualizada.

  El arte que estamos tratando está del otro lado del río, cruzando la calzada que separa a vivos y muertos, pobres y ricos, buenos y malos, cuerpo y espíritu, en el Hospicio de los pobres está Orozco, en San Juan de Dios Colunga y en Tlaquepaque Bustamante, el Arte de Tonalá que arrulló en sus brazos a la Guadalajara cuando aún no podía hablar ni caminar, Tonalá, oriente de Guadalajara, tierra de los olvidados, de los fantasmas, de los que no tienen nombre, ni rostro ni historia, mundos perdidos, ahogados en las grandes ciudades, es buscar entre ruinas, sumirse  en el infierno  en la búsqueda de un origen y una identidad del mexicano buscando la paternidad de Pedro Paramo, la sombra del conquistador y cacique, la genealogía perdida de pueblos y hombres que desconocen su origen, su identidad y su herencia ante la violación y la destrucción del dominio o conquista, la búsqueda del hombre de sí mismo.

   Buscar al Hombre de Barro, es escarbar hondo en el suelo, quitar el jal y las piedras, cavar una tumba, descender al inframundo , sepultarse, morir y volver a ser tierra y polvo, nada, y entonces tener la capacidad de volverse a crear,  al encontrar las vetas del barro que han dado origen al Paraíso de las Artes Tonaltecas en donde se forman hombres y animales, un barro negro como la noche, ahí,  en ese hueco se oye el eco de las palabras como murmullos de muertos, finados que conversan entre palabras entrecortadas su historia, son siluetas que parecen hombres, sin despegarse, como una sola plasta se unen hombres y animas,  y en las manos artesanales aparecen y desaparecen en el barro plástico como truco mágico de Colunga , la literatura, la novela le da formas a cada una de ellos , a veces de forma grotesca, apenas siluetas, sin corazón y sin espíritu, podemos observar que todos en la novela de Pedro Paramo no tienen ellos ningún sentimiento humano bueno, la más mínima expresión de luz o bondad, no tienen en la cavidad de sus ojos destellos de esperanza y vida, sino solo oscuridad y muerte, solo crueldad, resentimientos, odio y soledad , ruinas, piedras caídas, tumbas, polvo y sombras, es un hombre terreno que se hunde en el lodo y en el fango, se revuelca en sus terribles pasiones  y muere ahogados en sus propios  resuellos, no hay gloria  ni cielo  sino solo ánimas en pena que sufren eternamente, la literatura, el arte de la novela se vuelve antropológica , se crea como el barro los personajes, con la palabra se les da aliento de  vida, pero como hombres de barro están sepultados, bajo tierra, en el mundo de los muerto, por eso los personajes de Rulfo en Pedro Paramo no tienen vida, son sombras o fantasmas, apariciones, ánimas duendes, ensueños, magos, encantadores, brujos y con Susana se llega a la misma región de la locura, se pierde la vida y la razón, los muertos vivientes que sepultan a sus muertos.

   En esto se crea y pinta la propia Arte Mexicana, la  tragedia y fatalismo de la cultura prehispánica  asediada por un mundo de amenazas, de conquistas, de deformación y destrucción y que explican la propia pobreza de los pueblos mexicanos  que son abandonados y quedan pueblos fantasmas, de este barro hemos de crear nuevas antropologías mexicanas pos modernas.

  Vemos entonces en el arte de Jalisco al Hombre de Barro sepultado bajo la tierra, confundido con la tierra  y por otra vemos al Hombre de Fuego, no en el suelo sino en el firmamento alumbrando, podemos concluir entonces que el arte es luz, calor y vida, el hombre está hecho para la luz del día, cae la noche y el hombre duerme o muere, la muerte está prefigurada en el dormir, en el acostarse en la oscuridad y el silencio, entonces se desatan los sueños, los delirios y las pesadillas, en el silencio nocturno  bajo la media luna los ojos se sienten inútiles y se agudiza con mayor fuerza el sentido del oído que percibe la monotonía del grillo, del tecolote y sobre todo los susurros, murmullos, quejidos y lamentos, en ese silencio se escucha el ruido del viento que mueve los arboles y la ropa tendida, es la hora de los muertos que surgen  o se esconden con capas, mantos y rebozos de sombras.

  En esta oscuridad o desnudez hay una relación entre el morir y la sexualidad del hombre de barro, el arte de moldear los cuerpos de barro, amasar   y fundir para dar vida al hombre en el seno, quejidos  y respiración entrecorta que es la violencia sexual  o la pasión desbordada hasta el incesto y la locura en Pedro Paramo que teje y amarra con ecos y murmullos nocturnos y sexuales toda su novela, si la noche es la hora de los enamorados y la sexualidad entonces se ha de hablar despacio, casi con el aliento para no despertar a los otros, ahogar y callar, morir y dormir.

  El hombre todos los días experimenta ese dormir o morir, adentrarse al mundo de los sueños, luz y oscuridad, vida y muerte, el bien y el mal, si domina la oscuridad el hombre vive oculto, sepultado, atormentado por sus propias  culpas, el Hombre de Fuego es un Hombre Cósmico, celeste, espiritual, en esto hay una relación entre el fuego y el viento, al fuego se le sopla para que arda, la palabra es fuego, lenguas de fuego que aquilatan al hombre de barro, el fuego no como tormento infernal de Comala sino como fuego purificador, barro y fuego, tierra y cielo, el hombre terreno y el hombre celeste, el hombre carnal y el hombre espiritual, el hombre espiritual no es un duende o un fantasma, un mago o un espiritista, bajo este fuego, bajo esa luz clarifiquemos y aquilatemos la noble misión del arte mexicano pos moderno, la Antropología Estética Mexicana mediante la crítica o fuego de la palabra, la crítica es entonces luz que alumbra aún la Media Luna que cuelga en el cielo  estrellado como un globo y por cuyo hilo como papalotes descienden los duendes y los magos de Bustamante, recuerdos de Pedro y de Susana  (La única parte de la novela en que hay amor, vida, luz y razón y se ven niños aunque como recuerdo, sin embargo debido al magistral estilo de Rulfo: ¿Podrá distinguirse entre recuerdo y el ahora, entre sueño y realidad o vida y muerte, pasado o futuro?)cuando los envolvía el recuerdo infantil de la inocencia, el paraíso, antes de que Comala se volviera infierno, los soles de Tonalá que con bigotes y sombrero pinta con su paleta la historia de los hombres, la fuerza y el color del arte mexicano, el Hombre de Fuego que es patrimonio cultural de la humanidad y que pide  la presencia misma de los filósofos y antropólogos mexicanos en el mundo moderno y contemporáneo, el arte universal, como un Renacimiento  del Arte en este nuevo milenio y siglo, es entonces un nuevo amanecer, se han borrado como la neblina de la noche los duendes y los fantasmas.

                                              Juan Ángel Peña Enríquez

domingo, 30 de septiembre de 2012


PSICOLOGÍA Y FILOSOFÍA
DE LOS PROVOCADORES DE SUEÑOS
MEXICANOS

  Pareciera en un principio muy fácil tratar de entender según la psicología clásica y tradicional de Freud y Fromm la novela de Pedro Páramo de Juan Rulfo como si se tratara de una receta de cocina y llenar tan solo un formulario, siendo la novela un diálogo de muertos, difuntos, aparecidos y fantasmas  sin otra esperanza que la muerte y el infierno se vería entonces como la máxima expresión de la necrofilia y todas sus implicaciones psicológicas de sobra conocidos, lo cual sería una injusta y gravísima equivocación.

   La muerte en México no es una expresión de una patología individual sino que representa ante todo un patrimonio cultural, es la Catrina que anda elegantemente vestida, trae instrumentos musicales de Mariachi, toma tequila, se emborracha, canta y baila el jarabe tapatío,  se duerme en su catre y sueña con la vida. En Tonalá la catrina de barro se pinta de muchas flores y trae una corona de cempasúchil, es una rica herencia prehispánica que ilustra de forma viva y colorida la visión  sobre la muerte de los mexicanos que nada tiene que ver con la frivolidad de la muerte de otras culturas del viejo mundo, por lo tanto no se podrían aplicar los principios de la psicología europea.

 Acá en Jalisco vemos la presencia de la psicología mexicana en Inocencio (de inocente solo tiene el nombre) que es un amansador de animales y de voluntades, mientras el patrón duerme  ,  por sobre nombre el Saltaperico según la novela, que es ante todo un provocador de sueños que desnudo, sobando y  con escupitajos  pulsaba y daba calor al cuerpo, sobre todo de las mujeres que sumidas en la inconsciencia  de los sueños provocados las hipnotizaba o hacía caer en trance adivinándoles el futuro como los gitanos, vemos entonces el “provocador de sueños” “la inconsciencia y el delirio del paciente” “el encanto o hipnotismo” “desnudo”, etc. una arte mexicana de entender los sufrimientos y las culpas y formas domésticas  e ingeniosas de sanarlas, la psicología popular mexicana,  fuente también del arte del erotismo mexicano, mejor conocidos como los pelados, dadores de consejos de no arrejuntarse cuando la luna esta brava.

   En esta psicología popular mexicana vemos en Pedro  Páramo la relación entre Bartolomé  y su hija Susana, está última sostenida por una cuerda desciende a un pozo oscuro en las minas abandonadas de Andrómeda, el cielo y las estrellas se transforman en un agujero, pozo o abismo, mejor dicho tumba, se pierde la luz  y se encuentra una calavera, el incesto, la culpa y el inframundo que termina en la  locura, es descender a los abismos del inconsciente según la psicología clásica de Freud o los abismos del corazón de Fromm, pero acá no sanado por la interpretación del sueño sino por el provocador de sueños, por el encanto de la palabra de la literatura mexicana según expresa el Ilustre  Ideólogo de Huentitán.

  El tema es muy extenso, solo hemos de agregar que ese silencio, murmullos, quejido, susurros , como el tartamudo que le anuncia la muerte de Fulgor a Don Pedro, es la infancia  y esplendor de la literatura mexicana, de la formación mediante la palabra del hombre de barro sumido entre el polvo, el barro y las profundidades de las minas, del corazón o inconsciente, ese silencio o murmullos luego reventará en el canto y los sones del Mariachi, el silencio se envuelve en uno de los patrimonios  culturales de la humanidad como lo es el Mariachi, el Hombre de Fuego y la misma cocina mexicana, todo ello  lleno de color y vida, la noche y la muerte se han disipado.

  Tras de todas estas sombras, ruinas y destrucción veríamos el existencialismo filosófico mexicano, la preocupación por la vida y la muerte, el principio y el fin de uno mismo que se inicia como la misma búsqueda de Juan Preciado hacia un pasado histórico  destruido como lo es México, su cultura prehispánica asediada, ahogada por la tragedia y el fatalismo.

                                               Juan Ángel Peña Enríquez
A la muerte de Susana que es cuando se nota  el silencio y los sollozos suenan las campanas en Comala por tres días y tan fuerte que sus habitantes quedan sordos, tal estruendo  de la campanas llama a gente de otros lados, en esto vemos la diferencia entre Juan Rulfo y Agustín Yáñez, para Yáñez las campanas es un lenguaje maravilloso en que se entienden los pueblos y trasmiten tantos mensajes y sentimientos, para Rulfo es el despertar de los muertos a la alegría y a la fiesta, la muerte es una burla de los pobres para los ricos, una venganza que los ricos y sus tiranos sufren y lloran, ese es el significado de la catrina y su simbolismo alegre y colorido , el pobre explotado se ve confortado cuando ve que su patrón pierde o muere lo que aprecia porque sabe que la muerte no puede ser comprada por sus monedas  y por su oro, es cobrarse tantos ultrajes y atropellos, por eso hacen una fiesta en Comala ante el coraje del cacique que promete matar de hambre a Comala en venganza por no guardar silencio y luto por la muerte de su único amor cuando él mismo ha destinado a un pueblo entero a la muerte y a los ecos de sus fantasmas  , llega la fiesta a Comala, música, serenata, gallos, sillas voladoras, lotería y un circo con todo los personajes de Colunga: payasos y magos que hacen un mitote y fandango por la muerte.

  Sobre el caballo que mata al patrón, los indígenas después de la guerra de Independencia y de la Revolución Mexicana lo toman como una conquista, es apropiarse de aquello que tanto le negaron y le causaba tanto asombro, en ello están los orígenes de la Charrería, del Charro, Inocencio,  que en realidad es sumamente astuto mejor conocido por Saltaperico  que es bueno para dar brincos y quizá lo de lo perico es por su arte para encantar con sus palabras es un amansador de potrillos, de caballos, apropiarse de la voluntad del caballo mediante la rienda, el quitarle al conquistador español el instrumento de su poder y acortar las distancias de sus dominios y tierras, la Charrería y el Charro es una venganza como la fiesta o feria por la muerte de Susana, es burlarse y cobrarse el dolor de la conquista lograda gracias al caballo, por eso la continuidad del poder de Pedro Paramo es rota  por el caballo, el caballo mata a su heredero  y entonces no tiene sentido los títulos de propiedad ni los limites de los potreros por quien ahorco a sus vecinos sin darles el derecho al pataleo.

  Inocencio Saltaperico es domador de caballos y abusa  de la esposa del patrón en su misma luna de miel  en la  Media Luna porque la luna está brava, al hijo lo mata el caballo, quiere decir que no era bueno para brincar las cercas y las trancas de sus amores cobijado por la luna y la neblina, el Saltaperico prefigura al Charro que doma o domina el caballo, es el Charro  erótico  provocador de sueños que toma su figura plena en los sones del Mariachi, el Mariachi que es patrimonio cultural de la humanidad, el Hombre de Fuego ha tomado la forma de una Charro-Mariachi  y precisamente a un lado del Hombre de Fuego está la Plaza de los Mariachis pero ya no están los caballos sino solo se escucha el ánima del caballo de Miguel Páramo, la historia vuelve a reciclarse, las armaduras, herraduras y espadas de conquista toman otras formas, son las esculturas a las que nos hemos referido.
  Siendo el Mariachi y el Hombre de Fuego patrimonio cultural de la Humanidad hemos de fundamentar su esencia, su identidad y su significado de estos símbolos que dan identidad a México ante el mundo y en la que Jalisco ha contribuido extraordinariamente, la internacionalización de la cultura mexicana.

                                     Juan Ángel Peña
  Para concluir y ver las artes y mañas de los pelados y los provocadores de sueños como Inocencio vemos esta arte de pulsear y dar calor de la psicología popular mexicana, de hipnotizar  y llevar al trance como lo hacía Freud, es sobar y dar calentura como la de los volcanes pero ahora frotando y tallando manos, miembros y  cuerpos , no interpretar el sueño sino provocarlos, en la gravedad del incesto entre Bartolomé y su hija Susana simulan también una muerte al descender a un pozo donde se va perdiendo la luz, ella aún  niña está sostenida y atada por una cuerda o reata que la hace sangrar, en el fondo se encuentra una calavera, la muerte del mal, el Charro no es pues un interpretador de sueños sino un provocador de sueños y con su reata  desciende a los abismos del corazón del hombre donde habita la oscuridad y la muerte, esta psicología del nuevo mundo nada tiene que ver con la psicología y filosofía del viejo mundo, más para Dios dueño del mundo y de los hombres , éste es uno solo.






No hay comentarios:

Publicar un comentario