Las sociedades del primer mundo, la del
norte, las sociedades frías, ácidas y tóxicas, los caras pálidas dirían
nuestros indios, los blancos, de pelo rubio y ojos azules, sienten y dicen ellos ser
superiores y simbolizan la belleza, el bien, la riqueza y la prosperidad, es lo
bonito, lo exitoso, la superioridad racial, los gigantes y superhombres como aquella estatua vista en sueño por el rey Nabucodonosor que sintetizaba la historia de los imperios
del mundo, y sin embargo una pequeña piedra que pega en los pies, en la parte
más humilde y aquellos formidables imperios, colonias y poder superior se
derrumban y se destruyen, aquella insignificante Piedra se vuelve un Reino
eterno, al igual que aquella humilde piedra tomada del suelo y lanzada por
el enano David y pega en la frente del gigante Goliat, los enanos y el
exterminio de los gigantes, “la Piedra que desecharon los arquitectos es ahora
la Piedra angular, es el Señor quien lo ha hecho ha sido un milagro patente”
No está permitido el desprecio del hombre,
porque ciertamente, cuando el rey Nabucodonosor se enalteció a sí mismo sintiéndose
dueño del mundo que era la cabeza de oro
resplandeciente habitó y vivió luego como una bestia creciéndole el pelo y las
uñas.
Pues bien, la siembra o construcción de estas
Primaveras Teológicas tiene como
cimiento y como fundamento esa humilde Piedra, Piedra de escándalo y de
rechazo, inconmovible, la gloria del Señor, la humillación y exaltación en la
Cruz.
Todo hombre que se sienta superior a otro
hombre será destruido y reducido a polvo, así, los del norte, los blancos o
cabeza de oro que se sienten superiores, dueños y amos del mundo, en sí mismos
serán humillados y destruidos.
Si en los Estados Unidos que dicen ser naciones desarrolladas vemos el hiriente racismo a pesar de que forman supuestamente una sola nación, con cuánta mayor razón despreciarán a otros pueblos y culturas, una gran necedad del norteamericano porque la Unión Europea despedazará a los Estados Unidos, se esperaba precisamente que un presidente afroamericano como Obama significaba precisamente dejar atrás la estupidez del racismo, pero lamentablemente es una equivocación.
Si en los Estados Unidos que dicen ser naciones desarrolladas vemos el hiriente racismo a pesar de que forman supuestamente una sola nación, con cuánta mayor razón despreciarán a otros pueblos y culturas, una gran necedad del norteamericano porque la Unión Europea despedazará a los Estados Unidos, se esperaba precisamente que un presidente afroamericano como Obama significaba precisamente dejar atrás la estupidez del racismo, pero lamentablemente es una equivocación.
Es realmente expresión de gran ignorancia y
pobreza que los del norte siendo en su mayoría blancos desprecien desprecian a
los negros o morenos del sur, sin duda su mente está obscurecida y dañada, pues
aún por mediante los principios antropológicos estéticos elementales podemos
descubrir y admirar la belleza
extraordinaria de las distintas razas conforme a su genética, por ejemplo la
raza amarilla asiática, los negros de África , los blancos , los indígenas en América y aún otros muchas admirables
ramificaciones que nos hablan de esa admirable belleza genética de los
distintos pueblos, verdaderos tesoros histórico culturales, cuestión que
aquellos que se sienten dueños del mundo no les agrada porque todo valor histórico
y cultural de los pueblos significa un
obstáculo para la expansión de su poder y de sus empresas trasnacionales, por
eso debe de ser destruido mediante una globalización falsa todo valor histórico
y cultural de las naciones.
Por tal razón es
inadmisible el racismo en los Estados Unidos, la era digital permite
interactuar con todos los pueblos y
razas sin distinción de lenguas, la institución de la Unión Europea significa
el derrumbe de muros y frontera, y sobre todo que el Pueblo de Dios está
formado por hombres de todas las naciones, el hombre es uno solo , la
superioridad racial es una de las mayores locuras y estupideces del hombre , de
igual modo aquellos ahogados en su sociedad de consumo, de las delicias del
primer mundo, rodeados de placeres y éxitos, en sus sociedades, frías e
indiferentes, ácidas y tóxicas de la cultura
de la violencia y de la muerte , mientas que otros hombres y naciones sufren atroz miseria a los que son insensibles e indiferentes, cuando
sus cráneos o calaveras estén sobre el polvo de la tierra se darán cuenta que los
cráneos de todos los hombres son del mismo color y el mundo de los muertos es
uno solo, mejor dicho el infierno o verdadero inframundo.
Si no pueden distinguir la belleza genética
de las razas humanas: ¿Será posible que
les llame la atención la extraordinaria belleza de millones de especies de
plantas y animales tan diversos y coloridos?, su pequeño y miserable mundo no mira más allá de la propiedad de sus
objetos, de sus máquinas, de sus autos del año, de sus instrumentos y máquinas
de guerra, para amenazar y destruir, para hacer sentir sobre los demás su
fuerza y superioridad, aunque eso signifique la muerte de esos seres
inferiores, especies de animales primitivos y salvajes, animales no
evolucionados que deben de ser exterminados, más bien industrializados, con
estos principios justifican su vida, sus
fábricas, sus empresas, sus corporaciones trasnacionales que contaminan y
destruyen, desbastan los recursos de la tierra en una brutal industrialización
basada en la sobre productividad, en la sociedad de consumo, en la cultura de la
violencia y de la muerte, base de su riqueza y el derroche , de triunfos y éxitos de los que se sienten sumamente
orgullosos, y ese orgullo los vuelve sordos y ciegos para escuchar a los otros,
a los inferiores, a los del tercer y quinto mundo, la pregunta es: ¿Son dignos de la vida y de la
tierra? ¿Su supuesta superioridad les permitirá vencer la muerte?, no hay duda,
les espera una responsabilidad y un juicio.
La Primavera Teológica y Filosófica, del
nuevo milenio y siglo, se plantea desde los terceros mundos, desde los débiles
e inferiores, desde los pobres, de los ignorados, olvidados e excluidos, las
vanguardias artísticas y culturales desde los barrios bajos, desde los sectores
populares, la Iglesia de los Pobres, la Iglesia Popular con el Papa Francisco: ¿Pueden los pobres transformar
el mundo y la historia, Ese es precisamente el poder y eficacia de la Cruz, de
lo débil, de lo humillado y despreciado, la vida en la tierra no puede ser
amenazada y destruida.
En esto procuramos una nueva visión , una
reconstrucción antropológica que supere
esa irracionalidad de la superioridad e inferioridad, hombres clasificado en
distintos mundos, la antropología, el hombre como eje fundamental de la Nueva Evangelización,
solo una unión antropológica verdadera y
justa permitirá una relación digna , el hombre no es un objeto, no un número,
un instrumento, o medio, no un objeto sexual,
pues todo planteamiento o sistema ideológico, político, económico,
comercial, religioso, Etc. Que parta de una falsa concepción y concepto del hombre terminara volviéndose contra el propio hombre
aún por muy científica que pareciera como las distintas visiones antropológicas
descritas por el Documento de Puebla de
la Conferencia Episcopal Latinoamericana.
La antropología cristina del hombre nuevo,
está para servir, no para ser servido, lavar los pies a los otros como puso el
ejemplo el Maestro.
La vieja filosofía europea buscó justificar,
promover, esa superioridad de máquinas y
científica que implique el sometimiento, dominio, intimidación, explotación y
lucha del hombre contra el hombre, esa superioridad que significa también ver a
los más pequeños como niños y jóvenes, sociedades
infantiles que necesitan ser protegidas y tuteladas que luego justifica y
tolera el dominio de unos hombres contra otros, las conquistas y los
colonialismo.
Ese es la enseñanza y mandato que hemos
recibido, el respeto a cualquier forma de vida, cuidar la vida en su forma más débiles
indefensa, la del hombre y la de miles de especies que están gravísimamente amenazadas
y en peligro de extinción, que toda vida tenga ante sí una primavera de
esperanza.
Los súper hombres, las sociedades ácidas y
tóxicas altamente desarrolladas cuyos sistema ideológicos y filosóficos buscan
justificarlos, su racionalidad fría
representada por el Papa Benedicto XVI que refleja el envejecimiento, el
agotamiento de un sistema filosófico y teológico que caracterizó al viejo mundo
de Europa y consolidó la curia romana, la Providencia de Dios ha dado hoy los
talentos y la responsabilidad al nuevo mundo, al continente de la esperanza,
para edificar tal proyecto se necesita
resolver la cuestión integral en las relaciones
entre Estados Unidos y Latinoamérica, el salto del realismo mágico literario al
resplandor de la reflexión filosófica y teológica, no el primer mundo del norte
y los terceros mundos latinoamericanos, los desarrollados y los
subdesarrollados, sino hacer de América un solo hombre, principio elemental de
la antropología americana que construya una sola historia, eso nos permitirá
enfrentar los retos y desafíos de la Unión Europea, América es un solo hombre,
una sola familia, un solo pueblo.
Sin duda Europa se corona con la filosofía
alemana que termina por construir y justificar la supuesta superioridad racial de los arios, el súper hombre y esa es una de las mayores vergüenzas del
pensamiento europeo y concluye efectivamente en la muerte, en la devastación
total de Europa en la Segunda Guerra Mundial, el adelanto científico y
tecnológico terminan siendo armas e instrumentos de guerra y muerte, la ciencia
y la tecnología, el científico vuelto contra la vida en la tierra, esa es la
tarea filosófica americana del nuevo siglo y milenio, la humanización y los
principios éticos y morales del pensamiento científico que se ha constituido en
una tecnocracia al servicio de los militares, del poder y la fuerza de la
muerte, no de la Primavera donde florece plenamente cualquier forma de vida,
particularmente los más débiles y desprotegidos.
Juan Ángel Peña Enríquez
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