PRIMAVERA FILOSÓFICA MEXICANA
las fotografías de este video han sido tomadas de:
www.suinspiracionesfrida.blogspot.mx
Es difícil pensar en la felicidad del hombre
sin la radio, el cine, la televisión, video juegos, las millones de canciones y
películas, la sociedad de consumo, la felicidad es un producto en bolsas,
paquetes y botellas desechables que se compran en los santuarios de los
supermercados.
Los artistas, los ídolos, son la imagen del
éxito y la felicidad, curiosamente esos que ofrecen la felicidad son los seres
más infelices y desdichados de la tierra,
simplemente veamos las estrellas luminosas de Hollywood, celebridades que con
todo terminan muchos de ellos en desgracia.
Por lo tanto hemos de ser cautelosos en
nuestra admiración e idolatría de los
ídolos viejos del siglo pasado, de la
sociedad del espectáculo.
Para la siembra y cultivo de la Primavera
Filosófica Mexicana me hace recordar un poco los pequeños y bellos jardines
japoneses, Japón, una isla pequeña con muy poca tierra para el cultivo y hacen
de esos pequeños espacios toda una arte y México que es inmensamente rico en
ecosistemas únicos en el mundo desprecia toda esa riqueza.
El jardín japonés al igual que el té en las culturas orientales es todo un rito, de
silencio y meditación, la quietud de los deseos
y las pasiones del hombre, valores o estados que mucho necesita el excitado
y violento macho mexicano.
Esa paz y quietud buscados infructuosamente
por Jobs fundador de Apple en los Hare
Krisna, en las doctrinas de la India, como los rockeros como los Beatles, es
decir la felicidad de la contracultura en el mundo feliz, los happy o hippies que renegaban como rebeldes contra el modelo
de la sociedad y cultura norteamericana.
El jardín japonés lo interpretamos como un
pequeño mundo natural al que ingresa el hombre, se ve a la naturaleza
como un santuario al que se le debe
respeto y es esa la característica de su saludo oriental al inclinar la cabeza.
Por tal razón para la siembra y cultivo de esa
Primavera Filosófica Mexicana trabajamos sencillamente en el diseño de un
pequeño jardín mexicano que sea toda una arte y un ritual, una invitación al
silencio, al encuentro y la contemplación , sea una síntesis de la gran riqueza
de los ecosistemas mexicanos ahora
gravemente amenazados.
El animalero Disney como hemos expresado no
ha llevado a una mayor conciencia ambiental, a una preocupación y
responsabilidad ecológica, por el contrario, se supone que los animales Disney
viven plenamente felices divirtiendo a los hombre, porque si hablan y actúan
como los hombres entonces viven en el mismo confort y comodidad, al igual que
las sociedades de los perros en las grandes
ciudades que son indiferentes a las miles de especies que desaparecen
dramáticamente.
El cultivo o sentido ideológico de las Primaveras del mundo: La
Primavera Árabe, los Indignados, Ocuppy Wall
Street, Ocuppy Fráncfort, los movimientos estudiantiles y todos y cada
uno de los movimientos a inicio de este
nuevo milenio y siglo del que la Iglesia ha de estar atenta para acompañarlos e iluminarlos cuando sus
reclamos sean una mayor libertad, derecho y dignidad de todo ser viviente de la
tierra, la felicidad ya no solo se reduce al hombre.
El jardín mexicano que sintetiza esa primavera termina con el
antropocentrismo agresivo, la vida exclusiva del hombre para abrirse a miles de
forma de vida que por siglos han sido exterminadas ante la práctica del
terrorismo del hombre, los animales se
horrorizan ante la presencia del hombre, su presencia es solo destrucción y
muerte. .
La mística y espiritualidad del jardín
mexicano que como motor y engranaje se mueve conforme a esa maquinaria
cósmica de fuerzas colosales en la que
el hombre y sus máquinas son tan solo una partícula de polvo, la dimensión
humana real en la escala del universo.
El jardín mexicano es entonces un espacio de
silencio y contemplación, un pequeño santuario que abona la reflexión
filosófica, eso para cambiar esa imagen degradante de que muestran al mexicano
dormido bajo un nopal, el nopal en México simboliza el desierto, el desierto
frente a una sociedad de la abundancia y el derroche, el desierto en medio
de las grandes ciudades, el jardín
mexicano como fina arte de cultivar
primaveras.
La encíclica del Papa Francisco sobre las
cuestiones ambientales nos ayuda mucho a
fortalecer la Primavera Filosófica y Teológica Mexicana , el cultivo de la
meditación y el análisis crítico , entonces se desinflarán y desquebrajarán por sí mismos los ídolos de
la felicidad de la sociedad del
espectáculo y el hombre comenzará a ser feliz por sí mismo , ha
alcanzado la verdad y la libertad , los
invitamos a este nuestro sencillo jardín mexicano aprendiendo la fina arte del cultivo de las
primaveras en estos campos nuevos al amanecer luminoso de este nuevo milenio y
siglo.
Juan Ángel Peña Enríquez
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