RESPLENDOR DE LA PRIMAVERA TEOLÓGICA AMERICANA
La relación o más bien continuidad entre el
calendario astronómico y el calendario Litúrgico, unen al hombre con el cosmos,
precisamente estamos celebrando la Epifanía del Señor, aquellos hombre que ven
con cuidado los acontecimientos del cielo
y encuentran la verdadera Luz, esto nos revela la armonía y orden del
cosmos, la luz del hombre y al mismo
tiempo la oscuridad y ceguera de los gobernantes como Herodes incapaces de levantar su mirada al cielo.
Los anteriores aspectos para el fiel laico
son los signos de los tiempos expresados
en los acontecimientos astronómicos y
naturales, las hojas que se caen anunciando la llegada del invierno, el color
del cielo anunciando las tormentas, los signos de los tiempos que despiertan al hombre, a estar en una
continua vigilancia , el despertar de Ojos Tapatíos, a esta Epifanía de Luz
anunciada en el cosmos, estos hombres
venidos del Oriente, ciertamente en el Valle de Atemajac donde está asentada Guadalajara el sol sale por el oriente, ese es el
significado de Tonalá “por donde el sol sale”
el tonalpohualli, el calendario solar, también hacia el oriente está la
Luz del Mundo como acontecimiento
teológico que ensombrece la Guerra Cristera
como dialéctica teológica tapatía que se ha de resolver precisamente a
partir de la comprensión de la luz como es la tarea de Ojos Tapatíos de
Francisco Peña.
Bien, tenemos el orden natural calculado en el calendario, por tal razón
esos signos de los tiempos en nuestra
sociedad de ahora se expresan desde los acontecimientos naturales, el cambio
climático o calentamiento global debido principalmente a millones y millones de
automóviles que emiten gases y parece
que esto no tiene la menor preocupación e importancia , en este sentido se ha
de fundamentar las primaveras del mundo , los indignados de nuestra sociedad
donde los fieles cristianos deberían de ser los primeros.
La primavera teológica constituye un arco
iris de protección, la alianza hecha por el Señor para conservar todo tipo de vida, la del
hombre y toda clase de especies, porque la vida del hombre depende directamente
de esas otras formas de vida por muy
insignificante que parezcan.
Esa alegría en el corazón del hombre al ver la serenidad del arco iris después de la tormenta , la vida
amenazada puede ahora continuar , la
creación, la vida no puede ser
destruida, el Arca de Noé es una imagen de la Iglesia , el arca es el
fundamento central de la teología ecológica, la vida del hombre y de todas las
especies , las obras de los hombres para la conservación de la vida, no de su
destrucción, dirán que esto es un mito, en efecto, eso mismo decían aquellos
que perecieron, los profetas de la sociedad de consumo prometen un mundo feliz no de las catástrofes
o destrucción o muertes de miles de especies, la propia amenaza de la vida del
hombre, ese cambio climático está causando la muerte de muchos hombres.
Se ha de replantear el racionalismo y el
pensamiento científico, su escala de valore, sus principios éticos y morales,
la humanización de la ciencia y la tecnología, la naturalización del desarrollo
urbano, esto replantea el concepto de “progreso” y “desarrollo”
Juan
Ángel Peña Enríquez
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