TEOLOGÍA
DE LA POBREZA
LATINOAMERICANO
EN
LAS GRANDES CIUDADES URBANO INDUSTRIALES
Hemos de tener muy presentes que todo intento de formar nueva s Órdenes
y Monasterios lleva en sí un deseo de crear nuevas Iglesias, iglesias paralelas
según nuestros gustos y respondiendo a nuestros deseos, perdiendo con ello la
Iglesia su pureza, fidelidad y unidad, pero también hemos de considerar y discernir
que en esta Nueva Evangelización
los dones y carismas que el Espíritu distribuye según su parecer y que
le da a la Iglesia esa diversidad y
particularidades que constituyen precisamente esa unidad, por ello necesitamos
de prudencia para interpretar auténticamente bajo la luz de la fe esos carismas
particulares y no entorpecer con ello la vida consagrada que son ciertamente
grandes tesoros de la Iglesia.
Si se habla entonces de nuevas Órdenes y Monasterios concretamente de
los laicos en medio del mundo, no se habla por lo mismo de conceptos y
edificaciones materiales o grupales, en su inicio un deseo y sed de espiritualidad
en medio del desierto de las grandes ciudades, estos hábitos son más bien
estilos de vida , esos monasterios son formas de vida en medio del mundo, no debe haber entonces
tal paralelismo en este proceso renovador y reformista de la Iglesia porque uno
solo es el cimiento, una sola Iglesia, una sola fe y un solo cuerpo que
según la naturaleza de sus miembros cada
uno tiene sus particularidades y misiones específicas propias y originales.
Es cierto que en la antigua evangelización nos hemos acostumbrado a ver
a la Iglesia más por la Órdenes como:
Dominicos, Jesuitas, Franciscanos, Etcétera. Con ello tenemos una visión
parcial o particular de la Iglesia, la llegada de un jesuita como el Papa
Francisco y poniéndose el nombre de un franciscano como Francisco de Asís nos
señala esa unidad de las Ordenes, esa Unidad eclesial, hemos de comprender plenamente esa diversidad y unidad eclesial
para poder emprender esta Nueva Evangelización.
Corresponde a los fieles laicos según su vocación y misión el
ordenamiento de las realidades temporales, está en medio del mundo, por ello si
hemos propuesto Ordenes laicales y Monasterios laicales urbanos son a partir del propio mundo urbano
industrial donde ha de encontrar esa espiritualidad y siendo levadura buscando la propia
transformación de la masa del mundo, por ello hemos puesto por ejemplo el
Monasterio Estético, Monasterios del Arte donde se vea y encuentre el silencio
y la contemplación en un mundo de prisa y ruido, o bien Monasterios o
Santuarios Ambientales y Ecológicos, aún encontrados en los propios parques
urbanos o en nuestro caso en la extraordinaria barranca de Guadalajara que muy
pocas ciudades tienen, estos paisajes ambientales son las catedrales naturales
donde el hombre urbano ha de encontrar esa espiritualidades que niega la vida
urbana, las mismas catedrales y monasterios de basura, hemos
propuesto los Monasterios Matinales Urbanos , la grandes ciudades al
amanecer donde el hombre pueda encontrarse
con sí mismo, en la oración y con Dios en el silencio y quietud de las
mañanas en que la ciudad duerme y hay silencio,
toca ahora ver cuestiones como los hábitos o la pobreza en la sociedad
de consumo, de las modas , de lo instantáneo y desechable, siendo un tema
extenso, trazaremos ciertas líneas de reflexiones iníciales.
Dentro de las tendencias teológicas latinoamericanas en las últimas
décadas se ha remarcado “la opción preferencial
por los pobres” tal compromiso social cuestiona fuertemente los votos de
pobreza dentro de las Órdenes y
ministerios de la Iglesia que tratan de
reflejar de una u otra forma la pobreza evangélica.
Para profundizar un poco más en el tema partimos de las tesis del
Ilustre Felipe Nuño, considerando que el Papa Francisco se ha inspirado en la
pobreza y espiritualidad de San Francisco de Asís, con ello se renueva y
actualiza la pobreza franciscana, en ello observa por lado Felipe Nuño que son
tiempos y sociedades totalmente distintas, si bien San francisco de Asís
renunció a la riqueza de su familia, en términos generales las diferencias de
clases no eran tan marcadas como ahora y la pobreza de su orden en cierto modo
aislados y separados del mundo en grande monasterios amurallados era más fácil
o llevadero llevar esa pobreza, en cambio ahora en una sociedad urbano
industrial, de la sobre productividad y la sociedad de consumo, de los
poderosos medios de comunicación, de billones de productos comerciales de un
mundo de prisa, de estilos y modas que cambian aceleradamente según las
temporadas , formas infinitas de la diversión y el entretenimiento, la comida
industrial y la chatarra, refrescos y
vinos en abundancia, las máquinas y las grandes fábricas, las novedosas
tecnologías de comunicación, , Etcétera se dificulta enormemente definir en
esta sociedad el concepto de pobreza si se está en medio de ella y no se usa el
monasterio para huir de este mundo, toca a los laicos enfrentar estos
problemas, retos y desafíos, aquí vemos otro aspecto al igual que el dilema
entre fe y razón, el racionalismo del pensamiento científico, el cristiano
ante el progreso y la modernidad, el pasado y el futuro.
El Ilustre Felipe Nuño fundamenta con razón que se ha de redefinir el
concepto de pobreza en estas nuevas sociedades urbano industriales y
tecnológicas, pues en efecto muchos de los “pobres” traen novedosos teléfonos
celulares, en los hogares muy humildes tiene televisión y videos y muchas
películas, en las clases más pobres se consume mucho refresco, cigarros y
cerveza y gastan mucho dinero en la compara de drogas ¿Dónde está la pobreza en
esta sociedad de la abundancia y el derroche?, diariamente se tiran en el mundo
miles de millones de toneladas de basura, de alimentos, de ropa, cada año se
renueva los automóviles y las computadores, los teléfonos celulares y se tiran
los pasados de moda, moda en ropa y aparatos domésticos, billones de películas
y canciones, aparatos electrónicos, dulces, refrescos y frituras, alimentos
chatarras, , en esta ambiente devorador ciertamente que los laicos han de
definir nuevas órdenes y misiones, los nuevos monasterios hechos de desechos de
basura, entonces los monasterios no son en el desierto sino en el mismo corazón
de las grandes ciudades, este es el camino de Reforma del Papa Latinoamericano,
ciertamente que los hábitos no tiene que ver con grandes capas y capuchas sino que son en sí estilos de vida como ya
hemos dicho ante la sociedad de consumo
y la sobre productividad industrial, la ética y moralidad del mercado, la
humanización de la ciencia y la tecnología. La Iglesia Pobre para los Pobres ha
de profundizar en estos conceptos y proponer nuevas rutas interpretativas del
auténtico y verdadero progreso y modernidad, la construcción de las sociedades
y ciudades al futuro.
El laico dentro del mundo, su
monasterio y orden concreta es simplemente su propia Parroquia, esa es y debe
ser la fuente autentica de su espiritualidad, de su propia formación, para
desarrollar dentro de las grandes ciudades su propia misión, plantearlo de otra forma es entroncarse con la new age y
nuevas espiritualidades agnósticas que nada tienen que ver con la Iglesia.
Juan
Ángel Peña Enríquez
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